El espejismo nuclear

Presentación de "El espejismo nuclear" de Coderch y Almiron en la Central del Raval el pasado martes día 14 de octubre.

El martes pasado asistí a la presentación del libro "El espejismo nuclear" de Marcel Coderch y Núria Almiron. Coderch, doctor ingeniero en telecomunicaciones y vicepresidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, es uno de los principales activistas antinucleares de este país. Por su profundidad y claridad el libro es muy recomendable para todo el mundo, incluso los que no estén interesados en este tema. En esta entrada lo resumo brevemente y comento mis impresiones personales (que en general coinciden con las de los autores).

En primer lugar, hay que decir que "El espejismo nuclear" está muy bien escrito. Coderch y Almirón escriben para que se les entienda y sin entrar en profundidades técnicas, dan la información necesaria para situar al lector. Además, respaldan sus afirmaciones con datos concretos o referencias a otros libros y artículos (desconfíen de quienes utilicen un lenguaje difícil innecesariamente o no respalden sus argumentos).

Click para seguir leyendo... En el libro se desmontan uno por uno todos los argumentos del lobby nuclear: no es una energía limpia, ni mucho menos es segura, no elimina la dependencia energética de nuestro país, genera unos residuos peligrosisimos que nadie sabe donde almacenar, si que genera CO2, las reservas de uranio fácilmente explotable no son ni mucho menos ilimitadas, etc.

A mi personalmente lo que más me indigna es que "En realidad, a pesar de que la industria reivindique que es limpia, las centrales nucleares no podrían funcionar sin liberar de forma regular y deliberada ciertas cantidades de gases y agua radioactivos al medio" (pg. 100). De este modo, no debe sorprendernos que un reciente estudio alemán concluya que "los niños que viven a menos de 5km de una central nuclear tienen un 50% más de probabilidades de desarrollar leucemia" (pg. 94). Y por descontado, peor están sus trabajadores, que reciben unas dosis de radioctividad 50 veces superior a la normal "cifra mínima segura que ha sido fijada políticamente", pg. 96 (de esto ya hablé aquí).

Pero es que además, y esto puede que sorprenda a algunos, la energía nuclear no es ni tan siquiera competitiva desde un punto de vista económico. La moratoria nuclear que Felipe González (ahora pro-nuclear) aprobó en el 83 no fue consecuencia de las protestas de los ecologistas, ni (obviamente) del accidente de Chernóbil del 86, sino de la ruina financiera del sector eléctrico, que había apostado por las nucleares. Finalmente tuvimos que ser los contribuyentes los que pagásemos ese error, con cargo a nuestros recibos de la luz hasta el 2020. La energía nuclear no puede sobrevivir sin la garantía financiera del Estado, que además se hace responsable de los daños que puedan ocasionar las centrales.

En el libro se considera en detalle el caso de Francia, el país más nuclearizado del mundo, que utiliza las centrales para producir plutonio con fines militares. Toda la industria nuclear solamente puede entenderse como un delirio de poder militar, empezando por los Estados Unidos y terminando en Irán. Incluso el general Franco pretendió desarrollar armas nucleares (pg. 84). Y esto nos lleva a otro de los problemas de la energía nuclear: la proliferación del armamento nuclear es inevitable si es que su uso debe extenderse a nivel mundial.

Es tan completa, demoledora y tan bien argumentada la crítica de Coderch que de inmediato surge una pregunta, ¿Es posible que se construyan nuevas centrales?. Si, por dos razones -responde Coderch. En primer lugar, esto obedecería a los intereses concretos de una industria nuclear que actúa como grupo de presión y pretende que todos sus costes y problemas sean asumidos por el Estado, desde asumir un seguro de accidentes (que ninguna aseguradora quiere cubrir) hasta hacerse cargo de los residuos. En segundo lugar, la energía nuclear sería un espejismo, una promesa de un futuro en el que la energía seguiría siendo tan barata como ahora.

¿Cual es entonces la solución? Disipados los espejismos, el camino a seguir es necesariamente amargo. En el epílogo se sitúa el problema de la energía nuclear en un contexto más amplio, "Nos enfrentamos a un dilema energético que hemos construido y cimentado a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, provocado por un modelo de sociedad que es insostenible porque implica unos consumos energéticos crecientes basados, en su mayor parte, en unos recursos fósiles finitos".

"No podemos seguir pensando que el progreso coincide con la creación constante de necesidades superfluas" .. "Contraer el tamaño de la población, reduciendo la carga demográfica sobre el planeta hasta niveles sostenibles, y converger en los consumos, repartiendo equitativamente entre todos los seres humanos los recursos disponibles, se nos antoja como la única solución posible y compatible con la dignidad humana".

"Dedicar todos nuestros esfuerzos a aprovechar las formas de energía verdaderamente sostenibles [las renovables] es mucho más inteligente que construir castillos en el aire, especialmente cuando estos castillos pueden destruirnos sin remisión, como es el caso de este insensato invento militar reciclado que conduce a la militarización y a la contaminación radioactiva del planeta".

El espejismo nuclear. Por qué la energía nuclear no es la solución, sino parte del problema" (Autores: Marcel Coderch y Nuria Almiron, Editorial Los Libros del Lince). Aquí otra reseña.