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Mostrando entradas de septiembre, 2008

Safo de Lesbos, las Pleyades y la rotación de la tierra

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Encontré en un blog unos versos de Safo que me gustaron: Se han puesto la luna y las Pléyades ya es media noche las horas avanzan pero yo duermo sola. ( Aquí se recopilan varias traducciones para que cada cual elija su preferida, quien pudiera disfrutar del original) Las Pléyades son un inconfundible cúmulo de jóvenes estrellas azules que brillan juntas en una esquina del cielo. Pero como la tierra gira, las Pléyades parecen desplazarse por el cielo y acaban poniéndose bajo el horizonte, como el sol. Casi podemos imaginar a Safo revolviéndose en la soledad de la cama mientras las estrellas se movían con lentitud exasperante, como la aguja corta de un reloj. Ahora casi nadie es consciente de este movimiento aparente de los astros en el cielo, por que en las ciudades los referentes son los anuncios luminosos y las series de televisión. ¿Ustedes se imaginan si Safo hubiera dicho "Ya se acabó Hannah Montana en el Disney Chanel y sigo esperando a ver si vienes de una vez" ?

Persiguiendo al doble arcoiris

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Contra lo que se puede pensar, la fotografía de paisajes no es una actividad relajante. El paisaje es luz y la luz cambia. Aquí está el arcoiris completo, pero probablemente unos minutos antes se veía doble, ahora solamente se puede intuir la parte superior, que tiene los colores en orden inverso. Pocas veces se ve completo, y yo no lo he visto nunca completo y doble. Al parecer, en esas montañas verdes hay un oso y unas extrañas ranas, entre otros prodigios. Los naturalistas suelen hablar de los animales en singular, y dicen por ejemplo: "aquí vive el lobo y allí el buitre". Yo diría que es como una personificación. Pero en este caso sería confuso por que queda un solo oso, mientras que por el momento las ranas son varias. Como dejé esta entrada programada, en estos momentos yo debo estar de viaje. Si el avión se estrellase o sucediese cualquier otro percance, que sinceramente espero que no, les ruego tengan a bien leer este breve texto en mi entierro.

La nueva fábrica de chocolate

Yo sigo con el vicio de leer la prensa en el bar mientras me tomo un cortado descafeinado por la mañana, a pesar de que Quim Monzó ha hablado varias veces en contra de esta práctica. Dos cositas de actualidad quisiera comentarles. UNO Aparece hoy jueves en La Contra de La Vanguardia un personaje misterioso de los servicios de información de Francia, que investiga "el crimen organizado y sus derivaciones financieras y económicas". ¿Es una especie de James Bond Francés?. Dice que habla a título personal, y yo me pregunto si los espías pueden hacer eso, pero acto seguido suelta una muy gorda: "Las subprime son el último entramado mafioso que han acabado pagando los contribuyentes de EE. UU.". Así resumiendo, viene a decir que el asunto de las subprime no es un caso de mala gestión en las altas finanzas, sino que parece ser cosa de ladrones finos y mafiosos, que "han entrado en el sistema financiero con complicidades políticas y lo han saqueado desde dentro"

Ecos de tiempos pasados

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Me pidieron unas fotos para una agenda de naturaleza, se trata de ilustrar el paso del tiempo con una imagen por semana. La idea me gustó y mandé unas cuantas, al final han seleccionado cuatro. Esta es una de ellas, ya ha salido en el blog (disculpas a quienes la habían visto). Es de una tormenta nocturna de verano, con una parte del cielo estrellado y otra con rayos. Al preparar y reprocesar las fotos para su publicación he recordado momentos pasados, instantes de modesta gloria íntima cuando incluso me atreví a desafiar a los elementos para hacer fotos. Viendo esta (buena o mala, ustedes dirán) me parece imposible que la haya hecho yo. Todo esto es ahora un recuerdo del pasado por que ya estoy metido de nuevo en la ciudad, malviviendo como las ratas y las cucarachas. El otoño es muy malo, créanme. Noche con tormenta de verano, Nikon F3, Velvia, 2005.

Desconstruyendo "La garota de ipanema"

La Garota de Ipanema, Daniel Rollim. A mi no me gusta demasiado salir, pero un lunes por la noche, estando en Rio de Janeiro, fui a parar a un bar-restaurante musical casi vacío en el barrio de Lapa. Actuaba un chico joven, Daniel Rollim, y me pareció realmente extraordinario el sentimiento que ponía en las canciones. Tarde o temprano tenía que interpretar La garota de Ipanema y no se si será a causa de las caipirinhas que esa noche escuché y creí entender la canción, que en realidad es tan triste como alegre. Vinícius de Moraes andaba por los 50 cuando, estado sentado en un café de la playa de Ipanema, pasó una chica estupenda camino del mar. ¿Quien, de entre los hombres que gustan de las mujeres, no la hubiera mirado detenidamente? Esa visión, no obstante, a Vinícius le resultó triste y eso es lo que yo quisiera comentar de la canción. Yo creo que en ese momento Vinícius hubiera querido volver a tener 20 años para tener alguna posibilidad de conquistar a la garota. En esos segundo

Intolerables intervenciones estatales en los mecanismos de libre mercado

Estoy alarmado. Hay un peligroso radical de izquierdas que está interviniendo en la bolsa. Resulta que hubo unas empresas que compraron activos de muy dudosa solvencia, hipotecas de alto riesgo. Ahora la gente no puede pagarlas, y lo lógico en el sistema de libre mercado sería que las empresas que las compraron fueran a la ruina. De esta forma es como se eliminan los agentes financieros menos eficientes y el sistema se regenera. Como las cebras viejas, que son devoradas por los leones. Pero resulta que Bush (así se llama el radical en cuestión), quiere subvertir el orden de la naturaleza y del capitalismo. Está comprando esos activos incobrables con el dinero de los contribuyentes, que sería tanto como hacer asilos para cebras ancianas. Y no solamente eso, si no que ha prohibido especular a las honradas empresas especulativas (short-selling). Y la especulación no es mala, lo que hace es acercar el mercado a la situación de competencia perfecta. El argumento con el que quiere justificar

Conocer a 4179 Toutatis

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(Toutatis tal como yo lo fotografié. Pinchando la imagen debería poder verse su movimiento entre las estrellas fijas). La noche estaba presidida por la luna llena. Mal asunto para la astronomía, pero después de tantos días de nubes, decidimos alejarnos de la ciudad buscando un cielo limpio. Pudimos ver a Venus poniéndose justo detrás del sol, y eso pareció un buen presagio. Pero después de montar la Celestron CG-5 y enhebrar la estrella polar, el procedimiento de alineación fracasó miserablemente. Le pedí al telescopio que me mostrase Júpiter y apuntó a la raíz de un pino. Una vez realineado, al mandarle hacia la Luna se orientó a Cuenca capital sin nigún titubeo, con esa falsa seguridad que solamente puede proporcionar la ignorancia absoluta. ¡Así no hay manera!. Repetí el procedimiento cien veces, pedí ayuda a los compañeros, mucho más experimentados, pero todo parecía estar bien. A las 12 de la noche, descartadas todas las hipótesis, ya estaba por tirarlo barranco abajo, montura y

La rana bermeja, el argumento ontológico y mi profesor de Filosofía

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Esta es la rana bermeja, rana temporaria , que fotografié este verano. Solamente vive en una estrecha franja al norte de la península, y después, ya al otro lado de los Pirineos, se extiende hasta el cabo Norte . Yo no sabía de su existencia y al verla en un meandro del río, tan roja y tan inesperada, me vino una vez más a la cabeza el argumento ontológico de San Anselmo . Me lo enseñó en COU el profesor de Filosofía, ya hace más de 20 años, pero en algún lugar muy profundo de mi mente debió quedarseme grabado por que periódicamente me viene a la memoria. Para demostrar la existencia de Dios, Anselmo recurrió a algo equiparable a un catálogo de todas las cosas concebibles, como una hoja de Excel infinita donde en cada fila figuraría una cosa y en las columnas sus posibles atributos. La rana bermeja , por ejemplo, tendría una cruz en la columna tiene la piel húmeda , otra en la de es un renacuajo en su infancia, en es de color rojo y así en muchas más... hasta llegar a la columna más

4179 Toutatis

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Imagen del radar de Arecibo. Llevo unos días viviendo sin vivir en mi, hablando solo por las esquinas y durmiéndome con el tenedor en la boca. Es cierto que estos síntomas me han acompañado toda la vida, pero su intensidad ha aumentado recientemente hasta dejarme sumido en una especie de éxtasis mental permanente. La razón es un enamoramiento, una fijación repentina por un extraordinario cuerpo celestial. Empecemos por el principio. Los señores Alain Maury and Derral Mulholland se encontraban en 1989 realizando unas observaciones de las lunas de Júpiter cuando un objeto cruzó el campo visual de su telescopio y fue fotografiado. Contando con la ventaja de no creer en ovnis, estudiaron la fotografía y descubrieron que se trataba de un asteroide. Con esa socarronería levemente egocéntrica francesa, decidieron bautizarlo como Toutatis, que tal vez les suene por ser la divinidad invocada por Asterix y Obelix. Después de todo, Júpiter, el dios invocado por Cesar ya tiene su planeta (¿les su

El caso de la monja que fue veterinaria

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Me cuentan unos amigos el caso de una chica que estudió veterinaria. Después de una trayectoria que yo desconozco, ahora está en Inglaterra en un convento budista, meditando tres semanas y trabajando la cuarta de administrativa. La bautizaron con otro nombre que no puedo recordar, lleva la cabeza rapada y viste de color naranja, o tal vez morado. Dice encontrarse muy bien y con una gran paz interior, aconseja a los amigos ver la vida como si fueran espectadores en este extraño teatro donde todos actuamos. Me gustaría hablar con ella, pero no creo que sea posible. Nosotros estamos en una terraza, yo ya me terminé el cortado descafeinado y los niños juegan al futbolín. Mientras oigo hablar de la monja que fue veterinaria estoy fotografiando despreocupadamente a unas nubes que se desvanecen en el cielo azul y me pregunto si ella habrá encontrado la felicidad. Aunque parezca menos que la salvación eterna, la felicidad es algo tangible, casi mensurable. Por lo tanto, es una promesa mucho m

Otras flores

La pequeña Adelfa estaba radiante después de una mañana en el campo. -¡Mamá, mamá, mira que flores he traído para ti! Mamá Hedera sonrió al verla tan feliz con su ramillete de falos recién cortados. -Es precioso, querida mía ¿me lo das? Adelfa asintió y se acercó contenta con el ramo en la mano. Pero su hermana Violeta, algo envidiosa, no pudo evitar intervenir. -Mamá, esos falos se van a estropear en cinco minutos, se van a desangrar... -¡No! Los plantaré en tierra buena y los regaré cada día, vivirán para siempre. -Pero que tonta eres Adelfa, todo el mundo sabe que los falos una vez cortados ya no echan raíz... Ah, los celos... que desgracia y que dificultad para los padres mantenerse siempre ecuánimes. Mamá Hedera trató de poner paz. -Hijas mías, no discutáis. Adelfa, tu hermana tiene razón: los animales no son como nosotras las plantas, no pueden enraizar, probrecitos. Sus miembros se desangran y se estropean al cabo de unos pocos días. Pero siempre me acordaré del cariño con que m

Buscando a Urano

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Clickar para poder ver la animación de Urano moviéndose entre las estrellas. De todos los cuerpos celestes que se pueden contemplar con un telescopio, creo que los que más me atraen son los planetas y los asteroides. Sin ánimo de despreciar a las nebulosas de colores rutilantes ni a las remotas galaxias, estos objetos que se mueven en torno al sol siempre me han resultado fascinantes. Tal vez es por que me resulta más fácil comprender su naturaleza, que consiste en vagar por el cosmos, en aparente libertad... pero en realidad sin poderse alejar de la tutela del sol. Justo como nosotros. En fin, el caso es que lo primero que miro cada día que puedo montar el telescopio es el inconfundible Júpiter con sus satélites (y recomiendo a quienes no lo hayan visto nunca con sus propios ojos a través del ocular que se busquen -interesadamente- un amigo con telescopio, la sensación es enteramente diferente que la que se tiene al ver una foto). Ahora no se puede ver Saturno, el de los anillos, ni

La nebulosa M27, la montura ecuatorial y otras angustias de principiante

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Desde hace tiempo me atrae la astronomía y tarde o temprano estaba condenado a caer en las garras de esta afición. En julio compré unos prismáticos y un librito para principiantes, que me permitieron pasar algunos buenos ratos en vacaciones, y ahora en septiembre he comprado un telescopio. Es un modesto Newton de 6 pulgadas (Celestron) con una montura ecuatorial (CG-5) con motores. La montura, para entendernos entre fotógrafos (pero yo no soy fotógrafo), sería como la rótula de un trípode. Las ecuatoriales con GOTO, como la CG-5, permiten que el telescopio apunte al astro que nosotros le mandemos y después lo siguen. Es que como la tierra gira, el telescopio debe girar en sentido opuesto para que no se muevan las imágenes y podamos fotografiarlas. De lo contrario, las estrellas forman trazas como estas . Cuando se han pasado unas noches mirando al cielo con un catalejo o unos prismáticos, se tiene el ansia de disponer de una montura en condiciones, que nos ayude a encontrar lo que qu

Conocer al lagarto

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Yo, que siempre me las había dado de autodidacta radical, para poder avanzar en el estudio y la compresión de los reptiles me he visto en la necesidad de buscar maestros herpetólogos que me guíen. En cierta ocasión, el maestro levantó una piedra (desobedeciendo el tabú que a mi me inculcaron en la infancia). Allí debajo estaba este joven lagarto ocelado de unos 20 o 25 cm. Por miedo a lastimarlo, yo no me hubiera atrevido a tocarlo. Pero él pudo agarrarlo con sus manos expertas sin que sufriera ningún mal ni se viera en la necesidad de desprenderse de su cola, que es donde almacena las reservas de alimentos. Y me dijo el maestro: -Ponle el dedo para que te muerda. -Pero he oído decir que su mandíbula es extraordinariamente fuerte y que una vez la ha cerrado, jamás vuelve a abrirla. -Tonterías, pon el dedo. Esto es lo que tienen los maestros, debemos obedecer sus órdenes por que de lo contrario su enseñanzas ya no son válidas. Así que alargué el dedo índice a la boca del animal. Vaciló

Ensaladilla rusa

Ahora mismo estoy (estaba cuando escribí) en el coche, regresando a casa después de una escapadita al monte. Los niños duermen y conduce N. mientras que yo, gracias a la magia del ordenador ultra-portátil, puedo estar escribiendo tranquilamente. Hace un rato hemos parado a repostar y no he podido resistirme a la tentación de una tortilla de patatas. Quedaba solamente un trozo y parecía como si me mirara, un poco cruda y muy sensual desde detrás del mostrador sin refrigerar. Ya la tenía en la boca cuando me ha venido a la memoria el caso de aquel viajante de comercio al que ya hace unos 30 años le diagnosticaron un cáncer doloroso e irreversible (¿o tal vez fue una ruina económica insalvable, un embargo absoluto, un hecho terriblemente vergonzoso o quien sabe?). No se vio con fuerzas para afrontar el proceso y optó por el suicidio. Como su seguro de vida solamente cubría accidente y enfermedad, para no dejar a la familia hipotecada y en la miseria, optó por la ensaladilla rusa. Expuesto