Las Pléyades sobre Montserrat nevada
Yo, como todo el mundo, tiendo a pasar por alto lo que tengo más cerca. Montserrat está a menos de una hora en coche de la ciudad-dormitorio, y de hecho desde algunos lugares de la ciudad puede verse. A veces adopta la forma de una silueta negra delante de un cielo ensangrentado al atardecer, a veces sus cumbres se ven entre las nubes, y en alguna ocasión resplandece, casi irreal, frente a un cielo de un azul inmaculado. Pero Montserrat siempre se ve más allá de las miserias terrenas, por encima de las plazas duras y de la capa de hollín que envuelve a la ciudad-dormitorio. Y es que a pesar de su modesta altura (1200m), yo creo que esta montaña puede justamente contarse entre las más singulares. Es cierto que sus innumerables picos no van a impresionar por su altura a los alpinistas que regresen de los Pirineos, pero tal vez si por su absoluta verticalidad y su caprichosa disposición.
Tanto me gusta este paisaje que soy capaz de disculpar la enorme masificación que hay en Montserrat. Son incontables los coches y autocares que llegan al monasterio los días festivos. Hay incluso una línea de tren cremallera y un teleférico que suben hasta la puerta de la basílica, cargados de turistas de todo el mundo y de fieles que -en mi opinión- no tienen presente que el Espíritu Santo raras veces se encuentra entre las multitudes, si no más probablemente en las cumbres solitarias.
De todos modos, con tal de poder pasear por los difíciles caminos de esta montaña, yo aguanto con estoicismo lo que no toleraría en ningún lugar del mundo: las colas que se forman para pasar en coche por la carretera que hay delante del monasterio. Y es que algo tiene de especial este lugar, algo que puede robarnos el corazón, y que atrae sin remedio a toda clase de excéntricos, desde Santos hasta Ufólogos, pasando por mis personajes favoritos: los eremitas, los clásicos y los contemporáneos.
Esta foto es del día de la gran nevada que cayó el pasado invierno. Subí en coche para tratar de hacer alguna foto, y algo me traje, como esta foto de las Pléyades. Pero al aparcar en el lateral de la carretera no me di cuenta de que había casi medio metro de nieve. Como ya se pueden imaginar, el coche se quedó embarrancado y poder sacarlo me costó más de una hora tirando de pala.
Y si el tema les interesa, ya iré contando alguna cosa más de Montserrat y de sus habitantes.
Tanto me gusta este paisaje que soy capaz de disculpar la enorme masificación que hay en Montserrat. Son incontables los coches y autocares que llegan al monasterio los días festivos. Hay incluso una línea de tren cremallera y un teleférico que suben hasta la puerta de la basílica, cargados de turistas de todo el mundo y de fieles que -en mi opinión- no tienen presente que el Espíritu Santo raras veces se encuentra entre las multitudes, si no más probablemente en las cumbres solitarias.
De todos modos, con tal de poder pasear por los difíciles caminos de esta montaña, yo aguanto con estoicismo lo que no toleraría en ningún lugar del mundo: las colas que se forman para pasar en coche por la carretera que hay delante del monasterio. Y es que algo tiene de especial este lugar, algo que puede robarnos el corazón, y que atrae sin remedio a toda clase de excéntricos, desde Santos hasta Ufólogos, pasando por mis personajes favoritos: los eremitas, los clásicos y los contemporáneos.
Esta foto es del día de la gran nevada que cayó el pasado invierno. Subí en coche para tratar de hacer alguna foto, y algo me traje, como esta foto de las Pléyades. Pero al aparcar en el lateral de la carretera no me di cuenta de que había casi medio metro de nieve. Como ya se pueden imaginar, el coche se quedó embarrancado y poder sacarlo me costó más de una hora tirando de pala.
Y si el tema les interesa, ya iré contando alguna cosa más de Montserrat y de sus habitantes.
Comentarios
Por cierto, espero que el Sr. Només no le haya oído calificar de excéntricos a los ufólogos.
Yo mismo estoy por empezar con mi coleccionable "cuaderno práctico de ufología" :)
Menos mal que tienen ustedes por ahí también el Montseny que me desintóxico antes de volverme....
La foto es muy bonita, la luz de la montaña le dá un halo "mágico"...
Una paloma con superpoderes, ja ja
En otro orden de cosas, a parte del Monasterio y el camino a San Jeroni no hay masificación, como bien dice el Dr. hay mil rincones encantadores, mágicos, solitarios... y perdedores.
Esperamos con impaciencia más fotografías e historias sobre Montserrat.
Es un lugar único. Si el pintor Cezanne la hubiese tenido cerca en lugar del modesto monte de Sta Victoria, estoy seguro que hubiese flipado tanto como mis colegas ufólogos que la visitan cada 11 de cada mes.
Por cierto, tenemos pendiente nuestra peregrinación ufológica.
Sr Busqué ¿la organizamos para el próximo 11? yo montaré un chiringuito para vender conos antiabducción y llevaré canelones.
Tenga cuidado con la nieve.
Con ese elenco luego no le extrañe que no pueda hacer nada decente hasta noviembre.
Al menos adquiera tres o cuatro botes de estos botes en TelePlo
Con la caja de doce regalan una gaita sin agujeros.
Yo soy, de las personas que pertenecen al grupo de las multitudes,... y ya me pareció 'grande',... :)
Un día por capricho y con mucho gusto, la visitaré, como no, un 11.
Besos y buenos día.
Si quieres ver mejor la montaña, busca una guía de senderos y un mapa, hay zonas muy interesantes. Aunque el día 11 seguramente estará todo abarrotado.
De todas formas, mereció la pena el atasco. Excelente foto.
Un abrazo