Desagravio a Don Pantuflo Zapatilla
Con el permiso de mi Santa cuelgo esta foto de los niños, de hace unos años.
Yo no se si ustedes conocen a Don Pantuflo Zapatilla, de profesión Catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia, que detestaba el fútbol (pero secretamente era del Barça), célebre por ser el padre los tremendos mellizos Zipi y Zape, uno rubio y el otro moreno, que en el fondo no eran malos.
Yo no tuve un hermano y compañero de juegos inseparable, y además mi padre era muy permisivo conmigo, y por si fuera poco, a mi nunca me gustó el fútbol. De modo que en mi infancia se me hacía un poco difícil comprender a Don Pantuflo, que hacía el papel de padre severo y que siempre estaba siempre ensimismado en sus pensamientos, encerrado en su silencioso estudio desde el que escribía sesudas conferencias en contra del balompié. Ahora yo no soy catedrático de nada, mucho menos de Filatelia etc... ni tengo mellizos. Pero el caso es que estoy sintiendo cada vez más simpatía por Don Pantuflo; ahora mismo acabo de sentenciar que el álbum de cromos de los niños, cromos de fútbol para más inri, deberá pasarse hasta pasado mañana en la estantería superior del mueble del comedor, tan inalcanzable como las estrellas (si es que no desciende por intercesión materna).
No se si me estaré haciendo viejo, pero yo diría que cada día cuesta más educar a los niños. Hoy mismo en el vestuario de la piscina he visto una escena de escalofriante y peligrosa mala educación infantil, ante la indiferencia total de la gente que estaba cambiándose. Era tan grave la cosa que he avisado a un guarda de seguridad. Tendría que haber intervenido yo mismo, pero me ha dado miedo la reacción de los padres. Somos cobardes, pero debo decir que el otro día en la cola de un bar tuve que abroncar seriamente a una niña, delante de su padre, no pude contenerme ... y el padre la defendió.
En vista de todo esto los nuestros son una gloria del cielo, un poco revoltosos, eso si, pero buenos chicos. Como los de Don Pantuflo, para que se hagan una idea. Bueno, en realidad algo menos traviesos, o yo a lo mejor tengo un poco más de paciencia que Don Pantuflo. Posiblemente ellos algún día lean esto, tal vez tristes si yo ya no estoy, así que quiero aprovechar para decirles que no solamente les quiero mucho, si no que les admiro: a su edad en muchas cosas ellos ya han llegado más allá que yo. Y aunque esto es una confesión más seria de lo que parece, me alegra que les guste jugar al fútbol, que a mi nunca me gustó, y que a veces lleguen a casa contando que han marcado un gol.
Yo no se si ustedes conocen a Don Pantuflo Zapatilla, de profesión Catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia, que detestaba el fútbol (pero secretamente era del Barça), célebre por ser el padre los tremendos mellizos Zipi y Zape, uno rubio y el otro moreno, que en el fondo no eran malos.
Yo no tuve un hermano y compañero de juegos inseparable, y además mi padre era muy permisivo conmigo, y por si fuera poco, a mi nunca me gustó el fútbol. De modo que en mi infancia se me hacía un poco difícil comprender a Don Pantuflo, que hacía el papel de padre severo y que siempre estaba siempre ensimismado en sus pensamientos, encerrado en su silencioso estudio desde el que escribía sesudas conferencias en contra del balompié. Ahora yo no soy catedrático de nada, mucho menos de Filatelia etc... ni tengo mellizos. Pero el caso es que estoy sintiendo cada vez más simpatía por Don Pantuflo; ahora mismo acabo de sentenciar que el álbum de cromos de los niños, cromos de fútbol para más inri, deberá pasarse hasta pasado mañana en la estantería superior del mueble del comedor, tan inalcanzable como las estrellas (si es que no desciende por intercesión materna).
No se si me estaré haciendo viejo, pero yo diría que cada día cuesta más educar a los niños. Hoy mismo en el vestuario de la piscina he visto una escena de escalofriante y peligrosa mala educación infantil, ante la indiferencia total de la gente que estaba cambiándose. Era tan grave la cosa que he avisado a un guarda de seguridad. Tendría que haber intervenido yo mismo, pero me ha dado miedo la reacción de los padres. Somos cobardes, pero debo decir que el otro día en la cola de un bar tuve que abroncar seriamente a una niña, delante de su padre, no pude contenerme ... y el padre la defendió.
En vista de todo esto los nuestros son una gloria del cielo, un poco revoltosos, eso si, pero buenos chicos. Como los de Don Pantuflo, para que se hagan una idea. Bueno, en realidad algo menos traviesos, o yo a lo mejor tengo un poco más de paciencia que Don Pantuflo. Posiblemente ellos algún día lean esto, tal vez tristes si yo ya no estoy, así que quiero aprovechar para decirles que no solamente les quiero mucho, si no que les admiro: a su edad en muchas cosas ellos ya han llegado más allá que yo. Y aunque esto es una confesión más seria de lo que parece, me alegra que les guste jugar al fútbol, que a mi nunca me gustó, y que a veces lleguen a casa contando que han marcado un gol.
Comentarios
:-)
Y yo te respondo mi opinión, no creo que te estés haciendo viejo (que lo estás haciendo seguro) sino que cada vez es más difícil educar a los hijos, entre otras cosas por las condiciones de contorno...
Tendremos que amarrarnos los machos y sacar fuerzas e ingenio por donde podamos para realizar nuestra tarea de padres educadores lo mejor que podamos.
Es que ya llevamos varias generaciones en la melancolía !
Qué bonita foto. Si la conservan para la posteridad, seguro que cuando sean mayores les encantará y les gustará más aún leer los escritos de su padre.
Vaya usted a cualquier competición infantil y verá en su salsa el comportamiento de esos padres.
El minigolf sí que es un deporte bonito de ver por la tele.
Lo que sí estoy segura, es que tus hijos te quieren mucho Manel.
Beso.
B.D.C.M.
Dicho esto, recuerdo que mi padre se quejaba amargamente de la "juventud de ahora". Mi venerado H. Hesse, decía que el mundo iba al despeñadero con la juventud de su tiempo. Y si seguimos hacia atrás, siempre la misma queja.
¿No será que nos estamos poniendo viejos? (Bueno yo hace rato...)
Por lo demás, las juventudes de todos los tiempos han sabido salir adelante. Siempre.
La psicologa le contesto:
-Alegrate mujer, como minimo cuando tu llegas del trabajo tu hijo te habra preparado la cena, habra barrido la casa, limpiado la ropa y te la habra planchado. Disfruta de ello mientras puedas.
La cara que puso la madre delato su propio fracaso.
Hace mucho, en uno de los variados meandros que ha hecho mi vida, fui historiador durante algún tiempo. Y un día, en un archivo, mientras andábamos mis compañeros y yo enfrascados en desentrañar los pasajes fundacionales de la Cruz Roja Valenciana, cayó en mis manos una carta personal que un ilustrado señor de la década de 1890 le escribió a otro que además de ilustrado era ilustre. Hablaba de la falta de valores de la juventud, de su descreimiento, de su falta de respeto por los mayores, de la falta de educación y de lo mal que le iría al mundo cuando esos jóvenes llegaran a la edad de dirigir las cosas. Nada que no hubiese firmado cualquier adulto hoy. Solo que hablaba de la generación de mi tatarabuelo ...
No digo que no tengáis vuestra parte de razón pero es que lo que está pasando AQUÍ es muy fuerte. Jorge, yo no creo que en Chile suceda nada comparable, se ven cosas espeluznantes, fijaros lo que cuenta Joselu que sabe de que habla. Dan miedo.
Despues de épocas de dictadura y represión vienen épocas de permisividad y después de represión y despues de permisividad y después de represión...
Ahora tocan las consecuencias de la permisividad... agravadas porque en España las mujeres que tradicionalmente organizaban y hacían habitables las familias se han marchado a trabajar y en la familia ya no queda nadie que se ocupe de educar a los niños.
Yo me conformo con intentar tener en mi casa una familia.
Yo puestos a reñir, riño siempre a los padres, eso les descoloca mas que reñir a sus hijos, y encima es que son ellos los culpables... responsables o mejor irresponsables... de la mala educación de su prole.
Me puso un ejemplo, que se me parece al suyo, que aludía a la incalculable importancia que tenía la más pequeña decisión, como la del álbum.
En una familia de cuatro soy el único no maestro, pero he aprendido de lo oído tanto como de la experiencia ajena. Esto me lleva a aplaudir su gesto (que naturalmente le hace sentir mal) y a estar de acuerdo totalmente con Joselu.
A mis veintinueve recién cumplidos me estrené como padre y ahora, un año después, ya comienzo a sentir la responsabilidad de la que me habló mi padre. Ojalá no me falten las fuerzas ni la cordura para saber educar a mi (s) hijo (s) con la misma tolerancia y acierto con la que (creo que) lo hizo él conmigo.
Joselu coincidirá por su manifiesta experiencia en docencia que el arma más poderosa que tenían los profesores, el famoso "voy a llamar a tu padre" ya no sirve. Hoy el alumno saca su móvil de última generación y te marca el número, cuando yo temía tal comunicación más que a una vara verde. Y son sólo treinta años...
Perdón por el tostón, pero también necesita desahogarme. He tenido últimamente alguna experiencia como la suya del bar.
El caso es que mientras me iba a casa pensaba en cosas como las que comenta Joselu, y es cierto que hay algunas personas a las que no les debían dar esa habilitación como padres.
Puede que nos estemos haciendo viejos, pero hay cosas que me siguen pareciendo alucinantes independientemente de eso. Que un chaval de 12 años le pegue una colleja a un profesor en clase mientras lo graba por el móvil y sus compañeros le ríen la gracia me parece espeluznante de verdad. Y aun peor es saber por algunos amigos profesores de instituto, que los propios padres de esos angelitos luego van al instituto, y se encaran con los profesores por reprender esos comportamientos.
Si pensar que eso no es correcto es hacerse viejo, yo quiero envejecer rápidamente.
A este tipo de cosas me refiero yo: no es simplemente que nos estemos haciendo viejos etc. Tampoco tengo claro que yo hubiera pasado ese test !
Por cierto que estoy leyendo otra vez Siddhartha, con más aprovechamiento que hace 20 años :)
Esta muy bien tomada y los chavales salen tan graciosos.
Algo tuyo tienen, pues tu relato sobre los cromos de futbol encuentro súper gracioso.
Si, este año van locos por lo del futbol entre cromos que coleccionan los chicos y fotos de futbolistas guapísimos – según mis dos nietas quinceañeras no se reconocen.
Cuando escucho a las niñas comentando el futbol como entendidas (de guapos) no me lo puedo creer.
Ha calado hondo lo del Mundial conquistado.
Uno o una puede estar feliz si los retoños salen “bien”, teniendo en cuenta tantos casos y cosas extremos de falta de civismo que se puede observar.
Esta muy bien tomada y los chavales salen tan graciosos.
Algo tuyo tienen, pues tu relato sobre los cromos de futbol encuentro súper gracioso.
Si, este año van locos por lo del futbol entre cromos que coleccionan los chicos y fotos de futbolistas guapísimos – según mis dos nietas quinceañeras no se reconocen.
Cuando escucho a las niñas comentando el futbol como entendidas (de guapos) no me lo puedo creer.
Ha calado hondo lo del Mundial conquistado.
Uno o una puede estar feliz si los retoños salen “bien”, teniendo en cuenta tantos casos y cosas extremos de falta de civismo que se puede observar.
Adoraba a Zipi y Zape.
Un abrazo