En el fuego
En las noches frías de invierno, cuando el fuego ya lleva horas encendido, los troncos arden sin dolor. Simplemente su sustancia se va consumiendo mientras pasan algunos momentos buenos y otros malos, como nosotros. Pero su inmovilidad les hace ser más reflexivos, y resultan ser grandes conversadores. Yo puedo dar fe de que en el silencio perfecto de una gran casa vieja y remota, a veces es posible oírles.
Recuerdo esta conversación entre dos grandes troncos, uno de ellos un poco más quemado:
-Esta vida es un asco.
-¡Ya estás otra vez igual! ¿no puedes tratar de ser feliz?
-Lo fui. ¿Recuerdas cuando nos metieron en el fuego?, ¡Con que ilusión empecé a arder!. Ahora ya decaigo, pronto no seré más que brasas y en apenas una hora pura ceniza.
-Si llegarás a ser funesto. Disfruta ahora del placer de la amistad, del calor de este momento y no te atormentes con estos pensamientos tan negros.
-¿No te das cuenta de que bien pronto nadie se acordará de nosotros y de todo lo que hemos hablado?
-Mientras estemos aquí tus amigos, te recordaremos con cariño.
-Si.. como ahora recordamos a los troncos que ya se consumieron. Pero pronto será el fin del fuego.
-Ya hablamos de esto muchas veces. Para cada tronco que se extingue, ese es el fin de su fuego.
-No. Yo me refiero al fin de todo el fuego. Fíjate, ya hace horas que es de noche y cada vez llegan menos troncos nuevos. Si dejaran de llegar, las llamas se extinguirían por completo y al poco tiempo la ceniza, nuestra ceniza, estaría inimaginablemente fría. Y todos nuestros recuerdos se habrían convertido en polvo. Dime pues si nuestra vida puede tener algún propósito.
-¡Que horror! Sabes que eso es imposible, este fuego durará para siempre, siempre habrá nuevos troncos llegando y otros extinguiéndose. Eso es ley de vida. Fíjate en esas ramas jovencitas, que llamas tan alegres desprenden.
Recuerdo esta conversación entre dos grandes troncos, uno de ellos un poco más quemado:
-Esta vida es un asco.
-¡Ya estás otra vez igual! ¿no puedes tratar de ser feliz?
-Lo fui. ¿Recuerdas cuando nos metieron en el fuego?, ¡Con que ilusión empecé a arder!. Ahora ya decaigo, pronto no seré más que brasas y en apenas una hora pura ceniza.
-Si llegarás a ser funesto. Disfruta ahora del placer de la amistad, del calor de este momento y no te atormentes con estos pensamientos tan negros.
-¿No te das cuenta de que bien pronto nadie se acordará de nosotros y de todo lo que hemos hablado?
-Mientras estemos aquí tus amigos, te recordaremos con cariño.
-Si.. como ahora recordamos a los troncos que ya se consumieron. Pero pronto será el fin del fuego.
-Ya hablamos de esto muchas veces. Para cada tronco que se extingue, ese es el fin de su fuego.
-No. Yo me refiero al fin de todo el fuego. Fíjate, ya hace horas que es de noche y cada vez llegan menos troncos nuevos. Si dejaran de llegar, las llamas se extinguirían por completo y al poco tiempo la ceniza, nuestra ceniza, estaría inimaginablemente fría. Y todos nuestros recuerdos se habrían convertido en polvo. Dime pues si nuestra vida puede tener algún propósito.
-¡Que horror! Sabes que eso es imposible, este fuego durará para siempre, siempre habrá nuevos troncos llegando y otros extinguiéndose. Eso es ley de vida. Fíjate en esas ramas jovencitas, que llamas tan alegres desprenden.
Comentarios
Precioso relato da para mucha reflección...
Besitos y buen finde!!!!
Qué ternura de texto, a parte de su discurrir filosófico y trascendental, muy oriental el final con las ramillas tiernas (me hizo pensar en los brotes de bambú. Aunque algunas veces me haces saber que tu blog es muy serio, yo me lo creo; me concentro, me pongo las gafas y frunzo el ceño, pero no puedo evitar la sonrisa hacia dentro.
Voy a dialogar este invierno con los troncos en el silencio, sí.
Inuits
Buen viaje.
Si, pero al fin el fuego termina por apagarse.
No conozco ese texto que dices, pero por lo que dices es un poco lo mismo. Aquí mi idea es que el más negativo finalmente tiene razón.
Casi nada es totalmente en serio aquí.. Ya me diras si puedes oir a los troncos. Solamente ver el fuego en invierno ya es una gran cosa!
Debes de estar a punto de hacer un post...
Hoy me han venido a buscar al aeropuerto y hemos ido a comer a ese chino secreto. Yo no se si seré un simple pero ese lugar sencillo me encanta, no es solamente la comida, es como sirven y aconsejan, y la gente que come allí. Nos han traído un plato de aspecto curioso y desde la mesa vecina un hombre ha exigido que le diéramos un poco, con tanta naturalidad y gracia que nos ha hecho reir a todos.
Algo contaré del viaje pero está todavía por cocinar.
Saludos desde las llamas.
Salud!
Una de las cosas mas duras de la vida es saber y ser consciente que las cosas, personas, sentimientos y... no son perecederos!!! incluso nosotros mismos.
HAy un principio, que estudie y creo recordar que es de termodinamica, que dice...
Nada se crea ni se destruye sino unicamente se transforma.
Pues nos aplicamos al principio.