Frikosal contra Platón (I)

La teoría de las ideas

Existen muchos objetos aproximadamente circulares, pero ninguno de ellos es en realidad un círculo perfecto, ni tan siquiera los trazados cuidadosamente con un compás. Las propiedades geométricas que se aprenden en las escuelas se refieren a entidades ideales, y no a los círculos, triángulos y esferas aproximados que hay en realidad.

Dijo Platón que todo lo que podemos decir sobre los círculos aproximados que hay en el mundo no son más que opiniones, mientras que el verdadero conocimiento se refiere a los círculos ideales, que no pueden ser percibidos por los sentidos sino únicamente por la razón. Esto puede ser aceptado en el caso de los conceptos geométricos o matemáticos, y no está nada mal para ser un pensamiento del 400 AC.

Pero Platón fue mucho más allá y sostuvo que todos los objetos que vemos no son más que que representaciones imperfectas de sus ideales, eternos, inmutables y creados por Dios. Así por ejemplo, todos los gatos de este mundo (según Platón) son copias imperfectas de un gato ideal que está junto con el caballo ideal, la belleza ideal y la bondad ideal.

Y que, por tanto, para realmente saber cosas acerca de los gatos, más allá de cualquier duda, es mucho mejor utilizar nuestro pensamiento para razonar acerca de ellos. Como lo haríamos si fueran esferas, sin vernos entorpecidos por la vulgar información aportada por los sentidos acerca de cada uno de los gatos particulares.

Este pensamiento tuvo graves consecuencias. Platón es casi el primero en establecer una dualidad de mundos. Uno, el que podemos percibir, que es imperfecto y sujeto a cambios constantes (como el envejecimiento de los gatos). Y el otro, el de las ideas eternas e inmutables, que es el verdadero y superior a pesar de que no podamos percibirlo si no únicamente pensar en él.

La doctrina platónica, que considera lo perceptible como de escasa importancia, influenció a los padres de la Iglesia (entre ellos San Agustín) a través del Neoplatonismo y frenó gravemente el conocimiento humano durante dos milenios. Hasta que a Galileo se le ocurrió medir el tiempo que tardan las cosas en caer y apuntar su telescopio a luna y los planetas, en lugar de solamente pensar en ellos.

Contra la teoría de las ideas

Contra Platón
, yo predico el tacto precioso de este bicho (un Tettigonidae) en mis dedos, la maravillosa diversidad del mundo biológico en lenta evolución, el mundo de los sentidos, amplificados por nuestros instrumentos. Sin anhelos ultraterrenos de ningún tipo.

El uso de la palabra "gato" para referirse a una diversa y cambiante multitud de felinos, es simplemente un recurso de nuestra mente para poder enfrentarse a la complejidad del mundo, y no un atisbo de un supuesto mundo ideal, como creyó Platón.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como no tengo otra forma de contactar contigo, te lo digo por este medio: Nos hemos permitido tomar prestada tu foto de la cigüeña negra para el próximo número de El Rebollo, si no te parece bien, nos lo dices.
Martin Gallego ha dicho que…
Platon era un pesado de mucho cuidado, que se permitía filosofar mientras los esclavos cuidaban de su persona. Buscar la perfección en un mundo paralelo e imaginado le iba muy bien a sus intereses....
treehugger ha dicho que…
Que bonitos aquellos tiempos en clase de filosofia... Si pudiese volver atras con el interes que me despierta ahora el tema...

Si, es bonito poder leer y filosofar en blogs mientras los esclavos actuales fabrican en condiciones precarias en la otra punta del planeta...
frikosal ha dicho que…
Roble,
Podeis usarla. Mandame un enlace por favor.

Martin,
Algo de eso hay.

TreeH,
Que retranca tiene usted.. Le recuerdo que tenemos un compromiso, haga el favor de contestar los correos.

http://digital-photo.livejournal.com/1760.html#cutid1
Anónimo ha dicho que…
No sé si te sirve la dirección, es que no controlo mucho de esto: http://elroblemelojo.blogspot.com
Anónimo ha dicho que…
Pues todo depende de qué entendamos como "razón". Si es ese "cálculo" que hace la mente en sus ratos libres (casi todos) lo que decía Platón no nos sirve de nada, o peor, como tú insinúas, incluso se convierte en un freno a nuestra "razón". Además Platón puede decir lo que quiera, que cada cual se da consejo a sí mismo y hace lo que no puede dejar de hacer.

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