El gran bazar en Estambul
Los turistas entramos en el gran bazar de Estambul esperando encontrar vendedores de lámparas maravillosas, alfombras de seda y esclavas con aptitudes para la danza del vientre.
La realidad es muy diferente. El gran bazar sigue siendo espectácular, es el mayor mercado cubierto del mundo y un laberinto digno de verse, pero me temo que el tiempo de las 1001 noches ya quedó atrás. Las hordas de turistas hemos reducido el bazar a un mercadillo de baratijas para guiris, y copias de artículos de marca occidental.
Como en las ramblas de Barcelona, los propios turistas somos el público y a la vez el espectáculo. Ríos de europeos corremos las calles del bazar sin saber que artículo buscar (a los americanos medios y los japoneses esta ciudad le parece poco segura).
Asi que yo, como los demás capullos, me dedico a deambular por las calles aparentemente sin fin. Y voy sacando fotos a diestro y siniestro con mi 10-20, que es estupendo para este tipo de cosas por que el ángulo que cubre es tan grande que la gente que está a un par de metros piensa que no va a salir en la foto (jeje).
Hasta hace poco en Turquía la moneda era el Millon de liras, equivalente mas o menos a medio euro. Esto dificultaba muchísimo el regateo. Una vez, discutiendo con un taxista el precio del viaje, el hombre empezó pidiendonos 7 millones y nos formó tal lío que cuando ya nos había bajado el precio hasta 4.5 le ofrecimos 10 millones. Me parece que todavía se rie.
Ahora han decidido suprimir seis ceros, supongo que por ser más europeos.
Además de calles, dentro del edificio del mercado hay auténticas plazas, hasta el punto que de noche es fácil olvidar que estamos en un edificio cubierto, sobretodo de noche.
El verdadero comercio en Estambul se hace fuera del bazar, donde las personas compran cosas normales. En el bazar los turistas (en general) practicamos el arte del regateo por puro deporte, sin apenas comprar nada. Asi, los vendedores languidecen sacando brillo a las espadas falsas y los que de verdad mueven dinero en el bazar son los restaurantes.
El turismo en si no es que sea malo, pero cualquier actividad por inocente que sea, cuando la practicamos tantísimos millones de personas, acaba por desfigurarlo y corromperlo todo. Hasta el punto de que, en mi opinión, los lugares más interesantes son los que no vienen en las guías.
La realidad es muy diferente. El gran bazar sigue siendo espectácular, es el mayor mercado cubierto del mundo y un laberinto digno de verse, pero me temo que el tiempo de las 1001 noches ya quedó atrás. Las hordas de turistas hemos reducido el bazar a un mercadillo de baratijas para guiris, y copias de artículos de marca occidental.
Como en las ramblas de Barcelona, los propios turistas somos el público y a la vez el espectáculo. Ríos de europeos corremos las calles del bazar sin saber que artículo buscar (a los americanos medios y los japoneses esta ciudad le parece poco segura).
Asi que yo, como los demás capullos, me dedico a deambular por las calles aparentemente sin fin. Y voy sacando fotos a diestro y siniestro con mi 10-20, que es estupendo para este tipo de cosas por que el ángulo que cubre es tan grande que la gente que está a un par de metros piensa que no va a salir en la foto (jeje).
Hasta hace poco en Turquía la moneda era el Millon de liras, equivalente mas o menos a medio euro. Esto dificultaba muchísimo el regateo. Una vez, discutiendo con un taxista el precio del viaje, el hombre empezó pidiendonos 7 millones y nos formó tal lío que cuando ya nos había bajado el precio hasta 4.5 le ofrecimos 10 millones. Me parece que todavía se rie.
Ahora han decidido suprimir seis ceros, supongo que por ser más europeos.
Además de calles, dentro del edificio del mercado hay auténticas plazas, hasta el punto que de noche es fácil olvidar que estamos en un edificio cubierto, sobretodo de noche.
El verdadero comercio en Estambul se hace fuera del bazar, donde las personas compran cosas normales. En el bazar los turistas (en general) practicamos el arte del regateo por puro deporte, sin apenas comprar nada. Asi, los vendedores languidecen sacando brillo a las espadas falsas y los que de verdad mueven dinero en el bazar son los restaurantes.
El turismo en si no es que sea malo, pero cualquier actividad por inocente que sea, cuando la practicamos tantísimos millones de personas, acaba por desfigurarlo y corromperlo todo. Hasta el punto de que, en mi opinión, los lugares más interesantes son los que no vienen en las guías.
Comentarios
Esssstoooo. ¿Conocéis Benidorm? Es un sitio precioso, no os rompaís la cebeza buscando destinos; este verano, todos allí.
(atjum atjum).
Me acabo de dar un viajecito virtual de lo más gratificante.
Salud2
Buenos granangulares.
salut
joan