Sobre la desregulación: el ratón liberal y el zorro
Los protagonistas
El ratón liberal:
El Zorro:
La fábula
He podido saber de un ratón que a fuerza de estudio, llegó a ser un economista muy prestigioso. Era invitado a todas las reuniones, y siempre exponía sus recetas para la administración del bosque:
...click para seguir leyendo... -Hay que desregular, dejarlo todo a la iniciativa privada. ¿Como es que se afanan tanto las abejas para producir miel? Pues por su propio interés, por su iniciativa. ¿Y el sabio castor? ¿Como logra construir esas presas admirables? Pues por su propio interés, naturalmente. ¿Alguien piensa que las hormigas trabajarían tanto si se gravasen sus beneficios? ¿Hay que subsidiar a la cigarra con nuestros impuestos? ¿Hay que ayudar al saltamontes que cae al agua accidentalmente? No, claro que no, eso sería privar de alimento a los peces. Que aprendan, que trabajen, que sean eficientes.
Y todos los ratones le aplaudían largamente. Después de la conferencia, en el cóctel, el ratón liberal seguía siendo igual de locuaz. Con un canapé en cada mano repetía sus argumentos y todos estaban impresionados por lo bien que manejaba cifras y datos, siempre a su favor. Que ratón tan inteligente nos ha mandado el buen Dios, que clarividencia la suya: Está bien claro que la regulación de los mercados crea ineficiencia, todo debe de estar en manos de la iniciativa privada.
En cierta ocasión, a la salida de un evento, cuando el ratón liberal se dirigía a su madriguera, encontró al zorro en el camino. Sin mediar palabra, de un zarpazo le dejó medio muerto. Y ya estaba por devorarlo cuando el ratón dijo:
-¡Espera un momento! ¿Pero que haces, zorro? ¿Son esas maneras de comportarse entre animales civilizados?
-Soy empresario -dijo el zorro- mi negocio es justamente comer ratones, igual que tu comes semillas ¿cual es la diferencia?
-Pero ¿no te das cuenta de que si cada uno actúa según sus impulsos inmediatos, la sociedad de animales se resentirá? Hay que tener un respeto por la ley, por el orden, de lo contrario el bosque sería la selva: imperaría la ley del más fuerte y no habría forma de progresar.
-Soy demasiado eficiente como para dejarte escapar. Creo que voy a comerte, será un bien para el bosque. De esta forma dejarás paso a otros ratones mejor adaptados.
-¡Pero yo soy el ratón liberal!
-Otros más liberales que tu habrá. Mírame a mí por ejemplo. Hoy, mi cena será un triunfo del libre mercado.
El ratón liberal:
El Zorro:
La fábula
He podido saber de un ratón que a fuerza de estudio, llegó a ser un economista muy prestigioso. Era invitado a todas las reuniones, y siempre exponía sus recetas para la administración del bosque:
...click para seguir leyendo... -Hay que desregular, dejarlo todo a la iniciativa privada. ¿Como es que se afanan tanto las abejas para producir miel? Pues por su propio interés, por su iniciativa. ¿Y el sabio castor? ¿Como logra construir esas presas admirables? Pues por su propio interés, naturalmente. ¿Alguien piensa que las hormigas trabajarían tanto si se gravasen sus beneficios? ¿Hay que subsidiar a la cigarra con nuestros impuestos? ¿Hay que ayudar al saltamontes que cae al agua accidentalmente? No, claro que no, eso sería privar de alimento a los peces. Que aprendan, que trabajen, que sean eficientes.
Y todos los ratones le aplaudían largamente. Después de la conferencia, en el cóctel, el ratón liberal seguía siendo igual de locuaz. Con un canapé en cada mano repetía sus argumentos y todos estaban impresionados por lo bien que manejaba cifras y datos, siempre a su favor. Que ratón tan inteligente nos ha mandado el buen Dios, que clarividencia la suya: Está bien claro que la regulación de los mercados crea ineficiencia, todo debe de estar en manos de la iniciativa privada.
En cierta ocasión, a la salida de un evento, cuando el ratón liberal se dirigía a su madriguera, encontró al zorro en el camino. Sin mediar palabra, de un zarpazo le dejó medio muerto. Y ya estaba por devorarlo cuando el ratón dijo:
-¡Espera un momento! ¿Pero que haces, zorro? ¿Son esas maneras de comportarse entre animales civilizados?
-Soy empresario -dijo el zorro- mi negocio es justamente comer ratones, igual que tu comes semillas ¿cual es la diferencia?
-Pero ¿no te das cuenta de que si cada uno actúa según sus impulsos inmediatos, la sociedad de animales se resentirá? Hay que tener un respeto por la ley, por el orden, de lo contrario el bosque sería la selva: imperaría la ley del más fuerte y no habría forma de progresar.
-Soy demasiado eficiente como para dejarte escapar. Creo que voy a comerte, será un bien para el bosque. De esta forma dejarás paso a otros ratones mejor adaptados.
-¡Pero yo soy el ratón liberal!
-Otros más liberales que tu habrá. Mírame a mí por ejemplo. Hoy, mi cena será un triunfo del libre mercado.
Comentarios
Quiero desregular: "Poder despedir a mis empleados sin indemnización, que cada uno se pague el seguro médico-si puede, hacer que trabajen 60 horas a la semana, libre mercado para poner las fábricas donde la gente gana una miseria y trabajan los niños.."
Pero también proteger: "Que yo pueda salir tranquilamente a la calle sin ningún problema".
Todo esto es muy natural y lógico desde su punto de vista.
Y ahora últimamente el ratón también dice: "Y si se hunden las entelequias financieras que he montado, que el Estado me respalde".
Años y años desmarcándonos del resto de animales por no se qué de la inteligencia humana y ahora resulta que nuestro mayor invento, el dinero, es pura predación animal.
¡Qué delirio!
Seguro, eso sí, que un neoliberal revierte la fábula para que su raza quede tan mal.
Seguro que lo hace de forma creíble para unos cuantos.
Y, afortunadamente, seguro que sus juegos pseudológicos resultan una chapuza de caradura para otros cuantos.
Reconozco, sin embargo, que es difícil y contradictorio moverse, dentro de la izquierda, entre una postura favorable a un estado fuerte e intervencionista, y otra postura más anarquista. Es lo que a mí me pasa.
¿Te da para otra parábola con foto, ahora que estás en plena fiebre creadora?
El reto, me parece a mi, es conseguir este dinamismo pero manteniendo una protección a los ciudadanos. Y sin que el estado sea absurdamente intrusivo, legislando sobre todas las cosas, como tiende a serlo. Y al mismo tiempo, a nivel global, tratar de romper esta dinámica que requiere un crecimiento contínuo para que las cosas no se hunden.
Ya se ve que son muchos temas contradictorios, pero es que yo siempre he pensado que el mundo no tiene solución o al menos yo no la se. Solamente propongo el buen mundo extrasolar, pero eso es una utopía. También deben ser necesarias.
A que otra fábula te refieres?
SM primero dice que la regulación (de Ginebra) era insuficiente por no preveer la invención de las "subprimes" y ahora directamente culpa al exceso de regulación.
¿Qué habría dicho el ratón si se lo hubiera comido una libélula, por ejemplo? ¿No se quejaría a la libélula por no seguir las reglas?
Esa es muy complicada, si no se me ocurre no hay nada que hacer.
Mientras el concepto de eficiencia se mida en beneficio económico, vamos mal. Aquí está la trampa que hace el problema irresoluble.
eso me ha gustado!
lindo zorro,
la nuestra es una selva sin árboles y sin límites