La sauna en Rusia
Unos amigos me invitaron a pasar el día en la dacha de unos familiares. Alli pude disfrutar de su hospitalidad, verdaderamente extraordinaria, y de la famosa sauna rusa.
La sauna rusa es mas o menos como las que hay aquí en los gimnasios, la principal diferencia es que alli se sale al exterior y se salta al agua después de la sauna. Yo ya había hecho algo parecido en Finlandia, pero en verano. Esta vez, a pesar de ser otoño, hacía bastante frío y siento decir que todo el asunto me daba algo de yuyu.
Pero no hay que temer, el cuerpo está tan sumamente caliente que si se entra y sale rápidamente del agua, sin intentar nadar ni nada parecido, el frio casi no se nota. Estos cambios de 80 a 4 grados se repiten varias veces y se combinan con unos golpes con ramas de roble verdes, que empiezan suaves pero acaban incluso demasiado fuertes para mi gusto. A ver si pudiera repetir la experiencia en pleno invierno, con nieve, aunque me aseguraron que la sensación es parecida por que el agua no está mucho más fría.
Al lado de la sauna propiamemte dicha es costumbre habilitar una habitación a una temperatura razonable para tomar un te y charlar un rato relajadamente. El te se sirve con miel o mermelada de frutas de bosque.
Recuerdo que en un viejo transistor de fabricación sovietica sonaba una ópera mientras las tazas humeaban. Esa mesa y esa ventana cubierta de vaho me pareció que tenían la esencia de la melancolía del otoño en Rusia.
La sauna rusa es mas o menos como las que hay aquí en los gimnasios, la principal diferencia es que alli se sale al exterior y se salta al agua después de la sauna. Yo ya había hecho algo parecido en Finlandia, pero en verano. Esta vez, a pesar de ser otoño, hacía bastante frío y siento decir que todo el asunto me daba algo de yuyu.
Pero no hay que temer, el cuerpo está tan sumamente caliente que si se entra y sale rápidamente del agua, sin intentar nadar ni nada parecido, el frio casi no se nota. Estos cambios de 80 a 4 grados se repiten varias veces y se combinan con unos golpes con ramas de roble verdes, que empiezan suaves pero acaban incluso demasiado fuertes para mi gusto. A ver si pudiera repetir la experiencia en pleno invierno, con nieve, aunque me aseguraron que la sensación es parecida por que el agua no está mucho más fría.
Al lado de la sauna propiamemte dicha es costumbre habilitar una habitación a una temperatura razonable para tomar un te y charlar un rato relajadamente. El te se sirve con miel o mermelada de frutas de bosque.
Recuerdo que en un viejo transistor de fabricación sovietica sonaba una ópera mientras las tazas humeaban. Esa mesa y esa ventana cubierta de vaho me pareció que tenían la esencia de la melancolía del otoño en Rusia.
Comentarios
Me encanta la foto, el calentador moulinex le da un toque surrealista genial. La humeante taza, el pote de mermelada casera, la radio... y zas! toma horterada. Vienvenidos a la realidad.
-th
PS: me estoy bajando 5Gb de pato!! ya puede publicar todas sus historias, tendré antidoto ;-).
Y ya la versión semi-sado de las varitas de sauce...
No se me fustigue mucho, y disfrute de los fríos otoñales.
Un abrazo
Aqui, sin radio, e incomunicado con el mundanal ruido, se escucha a todas horas opera sanguínea, con el murmullo de mi sangre circulando por mi cabeza, y ya me estoy empezando a aburrir un poco.
En preparacion: La mano del Pato y el paso del tiempo.
Bloguero,
Hombre, no fastidies, lo de la escarcha debe ser aprox igual, no?
Ignis,
Me tienes que contar donde estas!!
Objeto,
No sabia que hacia tanto frio en Pekin. A ver si puedo ir alguna vez.
Los golpes me los daba un señor que aseguraba haber matado 20 osos a tiros con una escopeta practicamente de feria, en Siberia. Y me lo creo, por que tenia una piel de lobo. A sus 70 y tantos estaba fuerte como un roble. O sea que los golpes eran un pelin excesivos, para mi gusto. Es que con la flagelacion yo creo que hay que ser mesurado :)
Gracias por lo de la foto. Nos hicinos muchas saltando al agua pero yo creo que esta es la que resume mejor aquella mañana.
BUAAAAAAAAAAAAA