El orgullo ante la obra terminada
El orgullo ante la obra terminada. Que contento estaba.
Si ustedes siguen este cuadernillo habitualmente, sabrán que una de mis obsesiones es determinar cual es el sentido de la vida. Obsesión vana, ya lo se.
En particular, me interesa saber si dejar una obra perdurable debe ser nuestro objetivo vital. Por aquí ya han pasado el astrónomo Tycho Brae, obsesionado por resolver el enigma del movimiento de los astros errantes, el caracol, que sin saberlo consigue dejar una obra (la concha) que perdurará durante siglos, y el triste caso del farón que quiso vivir eternamente en su pirámide.
Por otra parte, también fue considerado el caso del (hipotético) champiñón perfectamente feliz, que alcanza un estado equiparable al orgasmo permanente ya sea por la vía química o la espiritual, y al que por consiguiente le importa un pito todo, obra incluida.
¿A ustedes que les parece? ¿Se sienten especialmente orgullosos de alguna obra suya, incluyendo las biológicas, es decir, los hijos? ¿Temen (secretamente) que como le pasó a Van Gogh, su genio sea reconocido cuando ya hayan muerto en la miseria y la desesperación? ¿Siguen esperando, en vano, recibir los 30k del Premio Nacional de Fotografía? ¿Esperan, por el contrario, alcanzar el estado de felicidad absoluta del champiñón? Espero sus comentarios, y como siempre: avísenme si me equivoco.
Si ustedes siguen este cuadernillo habitualmente, sabrán que una de mis obsesiones es determinar cual es el sentido de la vida. Obsesión vana, ya lo se.
En particular, me interesa saber si dejar una obra perdurable debe ser nuestro objetivo vital. Por aquí ya han pasado el astrónomo Tycho Brae, obsesionado por resolver el enigma del movimiento de los astros errantes, el caracol, que sin saberlo consigue dejar una obra (la concha) que perdurará durante siglos, y el triste caso del farón que quiso vivir eternamente en su pirámide.
Por otra parte, también fue considerado el caso del (hipotético) champiñón perfectamente feliz, que alcanza un estado equiparable al orgasmo permanente ya sea por la vía química o la espiritual, y al que por consiguiente le importa un pito todo, obra incluida.
¿A ustedes que les parece? ¿Se sienten especialmente orgullosos de alguna obra suya, incluyendo las biológicas, es decir, los hijos? ¿Temen (secretamente) que como le pasó a Van Gogh, su genio sea reconocido cuando ya hayan muerto en la miseria y la desesperación? ¿Siguen esperando, en vano, recibir los 30k del Premio Nacional de Fotografía? ¿Esperan, por el contrario, alcanzar el estado de felicidad absoluta del champiñón? Espero sus comentarios, y como siempre: avísenme si me equivoco.
Comentarios
Mi opinión sobre el tema viene influenciada por mi obsesión Thoreau-iana. Creo que una vida ha valido la pena si al final de esta el protocadaver no descubre que no ha vivido.
...Tu hijo.
Las madres somos más insoportables, difíciles y ridículas.
Desde siempre le 'obligué' a construír con piezas desmontables,...sobre alfombras, y no madera,...o baldosa.
Es más dificil calcular el punto de equilibrio,...
...pero más permisivo a sus oídos el no escuchar sonidos de posibles derrumbes.
Despues, también, a lo 'tonto', rompíamos paredes y arañábamos puertas, persiguiéndonos con su juego de construcción,...
(pero como mínimo, éramos dos, y yo con él)
Nota: Hoy es festivo en mi ciudad,...como no, verdad?,... :)
Besos.
B.D.C.M.
¿Premios de cuánto 8-O?
Interpretando el sentido de la vida es difícil equivocarse al postular alguna tesis, por ridícula o extraña que parezca, por lo tanto no, no está usted equivocado, como tampoco lo está el que lleva una vida de recogimiento y castidad, u otras tantas 'formas' de vida que respetan al vecino en la sociedad en la que se vive....
Quizás lo mejor es dejarse llevar por la evolución de lo que cada uno considera como una vida satisfactoria ¿no crees?
La búsqueda de sentido es inevitable, aunque nada lo tenga o en cualquier caso, el sentido va cambiando y se va moviendo y obliga a reinterpretar continuamente la propia historia, incluso la más reciente.
Yo no me siento orgullosa de nada, pero cuando estoy como ahora, en un libro nuevo, sin saber cómo seguir, me sorprende haber logrado los anteriores. Como si cada vez supiera menos...!
A mí me encanta mi hijo (sólo me preocupa que no aproveche sus talentos), pero no me siento respecto a él como si lo hubiera hecho conscientemente, como si ese resultado hubiera dependido de mi voluntad. Hay defectos míos que tienen que haberle pesado...
Por lo demás, no tengo ningún trauma a lo Van Gogh o Brahe, ni anhelo la felicidad del champiñón. Me basta con la belleza, con lo vivido y con lo aprendido, con lo que he amado y lo que me han amado, con vivir el presente y soñar (y construir en lo que pueda)un futuro mejor.
Como yo soy muy afortunado, pues mi vida es un reflejo exacto de lo que yo, con mis elecciones y con mis renuncias, he decidido hacer con ella, tal vez mi testimonio sea demasiado ingenuo. Admito que no he sufrido grandes infortunios, que nací en un país y en una época en la que nuestras necesidades básicas están cubiertas y uno puede dedicarse a apreciar la belleza.
Tal vez si hubiese nacido en Somalia pensaría diferente y me costaría encontrarle sentido a la vida. Pero tal vez no, porque al fin y al cabo la depresión es una enfermedad occidental y el optimismo vital, la impresión de que las cosas mejorarán, se da mucho mas en los países subdesarrollados. Tal vez porque allí no pierden el tiempo cuestionándose la vida; ellos simplemente la viven. Total, que se sepa, solo hay una ...
Yo me siento un ser dichoso, completo, feliz... desde que conocí en verdad, en verdad, la palabra del Pulpo Ernesto.
Ya que estamos, ¿no quisiera usted hacer un donativo para la construcción de la plataforma para el aterrizaje de la Nave Nodriza o para las Escuelas Ernestinas?
No me lo creo. Seguro que algo del padre tiene.
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En cuanto a las donaciones para las muy necesarias Escuelas Ernestinas (alabadas sean) le recuerdo dos cositas.
1- Soy el tesorero.
2- Debe usted siete cuotas, siete.
De mi hijo no puedo estar más orgulloso, como todo padre que se precie como tal.
Saludos.
Pd: ¡qué buen retrato!
Por el camino de la herejía y la blasfemia no alcanzarás la Nave Nodriza.
En mi infancia, camino de la playa siempre pasábamos por un frondoso pinar, propiedad de La Caja de Ahorros para Las Buenas Obras y la Vejez. Que bien olían los pinos al lado del mar. Eso no hay concejal que lo resista.
Pero no quisiera amargarte :)
Se admiten peticiones?
Nos tendrías que hacer una entrada con una síntesis del pensamiento de Thoreau, de verdad que estaría bien.
( A ratos, claro ) pero procuro que sean lo más largos posibles.
A mi me ocurre, como a esa cosa preciosa de niño que tienes ¿supongo? Mmmmmm...
Construyo mis cosas, por ejemplo en el blog, las miro y me digo ¡¡oye, no está mal!! ¡¡qué bien me lo he pasado haciéndolo!! y..¡¡ya está!! con eso soy feliz... Si a la semana se han desvanecido o ya nadie las recuerda, no importa, yo la he disfrutado mientras nacía y con eso me basta.
Muchos besos, un placer volver por aquí...
Tus bichos están bien, pero me gusta más este pequeñajo:-)
¡¡Feliz día!!
Yo me vuelvo a currar un rato:-) que eso ya me gusta menos...
Por cierto, acaba de llamarme al móvil mi mujer y me dice que mi hijo está andando sólo por primera vez ¿orgulloso? ni en cien años estudiando idiomas podría aprender a describir lo que siento.
Un placer simpre la vueltecilla que doy por aquí...
Tu hijo, con ese pedazo de frente, bien podría ser alguien que le dé sentido a tu existencia y la de tus antecesores. Existieron para que existiera él, for example.
Sin usted ya sabemos que no existirían sus hermosas fotografías, ni tampoco sus opiniones reflejadas a través del teclado, es más, ni tan siquiera nos hubiese planteado semejante pregunta por la inexistencia de su blog.
Salut, Myrtus
En cambio, hay días en los que la naturaleza, los amigos y Dios me hacen sentir que no hace falta encontrarle sentido a la vida y entonces soy feliz.
Por la foto usted la metió con mucho arte.
Con perdon.