Teología ficción: La doctrina del perpétuo revivir
Si existe la ciencia ficción, ¿por que no va a existir la teología ficción? Allá voy.
La doctrina del perpétuo revivir
Después de muertos, debeis saber que justos y pecadores iremos juntos al mismo lugar, que a primera vista nos parecerá un cine de los de antes con butacas de madera.
Y alli cada uno de los mortales volverá a presenciar toda su vida, a la velocidad real, sin poder cambiar ni un solo detalle. Volveremos a vivir el primer beso, las angustias de los exámenes y los dolores de las caidas, volveremos a dormir las mismas noches y a soñar los mismos sueños, volveremos a cometer los mismos errores.
Pero ahora nos serán reveladas las consecuencias de nuestros actos. Los generales sufirán por el dolor que causaron sus guerras. Los poetas que murieron jóvenes podrán gozar del amor que se adornó con sus versos.
Así, entre penas y glorias, entre atascos interminables y orgasmos fugaces, irán pasando los días y al fin reviviremos nuestra muerte. Entonces, la pantalla se pondrá en blanco apenas un segundo y la película volverá a empezar, volveremos a oir nuestro primer llanto y volveremos a notar las manos de nuestra madre. Asi una y otra vez, de forma periódica y por tanto eterna.
Y este perpétuo revivir para unos será un premio y para otros un castigo. Los que obraron bien, no malgastaron su vida en cosas absurdas e hicieron felices a los demás, volverán a disfrutarla eternamente. Los que robaron, mataron y destruyeron, serán castigados a sentir una y otra vez el mal que causaron sus actos. Los que vivieron una vida de castidad y penitencia esperando recibir su recompensa en el otro mundo, tendrán toda una eternidad para arrepentirse de su error. Y asi cada uno de nosotros.
Hago notar que esta doctrina unifica premio y castigo en una sola cosa, por lo tanto requiere de menos hipótesis que la cristiana (que precisa de cielo, infierno y deidad que juzga), y es por tanto algo más plausible, sin dejar de ser teología-ficción.
¿Como sería el mundo si la doctrina del perpétuo revivir tuviera 2000 millones de creyentes?
La doctrina del perpétuo revivir
Después de muertos, debeis saber que justos y pecadores iremos juntos al mismo lugar, que a primera vista nos parecerá un cine de los de antes con butacas de madera.
Y alli cada uno de los mortales volverá a presenciar toda su vida, a la velocidad real, sin poder cambiar ni un solo detalle. Volveremos a vivir el primer beso, las angustias de los exámenes y los dolores de las caidas, volveremos a dormir las mismas noches y a soñar los mismos sueños, volveremos a cometer los mismos errores.
Pero ahora nos serán reveladas las consecuencias de nuestros actos. Los generales sufirán por el dolor que causaron sus guerras. Los poetas que murieron jóvenes podrán gozar del amor que se adornó con sus versos.
Así, entre penas y glorias, entre atascos interminables y orgasmos fugaces, irán pasando los días y al fin reviviremos nuestra muerte. Entonces, la pantalla se pondrá en blanco apenas un segundo y la película volverá a empezar, volveremos a oir nuestro primer llanto y volveremos a notar las manos de nuestra madre. Asi una y otra vez, de forma periódica y por tanto eterna.
Y este perpétuo revivir para unos será un premio y para otros un castigo. Los que obraron bien, no malgastaron su vida en cosas absurdas e hicieron felices a los demás, volverán a disfrutarla eternamente. Los que robaron, mataron y destruyeron, serán castigados a sentir una y otra vez el mal que causaron sus actos. Los que vivieron una vida de castidad y penitencia esperando recibir su recompensa en el otro mundo, tendrán toda una eternidad para arrepentirse de su error. Y asi cada uno de nosotros.
Hago notar que esta doctrina unifica premio y castigo en una sola cosa, por lo tanto requiere de menos hipótesis que la cristiana (que precisa de cielo, infierno y deidad que juzga), y es por tanto algo más plausible, sin dejar de ser teología-ficción.
¿Como sería el mundo si la doctrina del perpétuo revivir tuviera 2000 millones de creyentes?
Comentarios
Sı, seria igual o tal vez peor.
Cual es ese libro ?
Tothom tindria el que es mereix.
Els que han tingut una vida plena i justa haurien de poder prema el "pause" o l' "stop" per no ser castigats amb el gaudi etern que també pot ser un pal.
Buenísima teología ficción.
La verdad, poco me importa lo que pueda haber después, si algo hay, pero esta teoría sería por lo menos justa, ¿no?...
Lo que sinceramente creo que sí cambiaría el mundo es si algún día supiésemos con certeza que esta vida es sólo ésto y nada más... ahí si que nos cambiaría los esquemas... pero es muy fácil jugar con los sentimientos de esperanza...
Un saludo... magnífico post...
Me quedo mejor con la iglesia Catolica. Pecar, purificarse en el confesionario, y a por otro blog...
-th
Cuando te pones tan "trascendental" me das miedo... ;-)
El número de átomos del universo, aunque desmesuradamente grande, es finito; en un tiempo infinito, el número de combinaciones posibles de estos átomos tendrá que agotarse y, por tanto, se volverá a repetir. Otra vez leerás estas palabras...
Lo que no dice la teoría es una consecuencia más terrible: como se darán todas las combinaciones, en otra de ellas yo seré Frikosal y tú FMEsmenota, y en otra, una mezcla alucinante. Horror!
La verdad es que siempre he sacado la conclusión de que a la luz del eterno retorno nuestra vida toma un tinte más dramático; la teoría acentúa la importancia de lo que vivimos, por ser único e irrepetible. Es como los atrios de las iglesias, que nos preparan para pasar de la escala inmensa del cielo de la plaza a la escala diminuta del vestíbulo, articulación necesaria para que pueda parecernos alta la cúpula.
Saludos.
Lo del eterno retorno: creo que alguien enunció este argumento antes que Nietzsche, pero el razonamiento es erroneo. Que el numero de átomos sea finito no implica en absoluto que vuelvan a colocarse cada cierto tiempo en la misma disposicion, esto se puede ver muy facilmente con algun ejemplo. Y si el Sr. Friederich se hubiera molestado en estudiar algo de física, por ejemplo termodinámica, lo sabría.