Jabalíes que apenas se ven corriendo de noche
Jabalíes que apenas se ven, corriendo de noche por los campos casi oceánicos de trigo ya cosechado. Yo los había estado acechando, con la inocencia de un niño, escondido detrás del roble mientras miraba las estrellas. Había quedado con un cazador, que prometió venir para enseñarme a cazar, pero con la cámara, naturalmente. Y yo tenía la secreta esperanza de elevarle a él hasta la categoría de fotógrafo de naturaleza y que dejara de una vez la escopeta en casa. Pero todo falló, no se presentó y me fui yo solo a esconderme antes de que llegaran los jabalíes. Era ese momento mágico cuando el cielo todavía es azul en agosto, pero ya se ve a Arturus, y casi parece que Daneb quiera asomarse.
Pasaron dos o tres horas y la Vía Lácetea ya estaba en el cénit, corriendo de norte a sur. El viento me venía de cara, como yo había previsto, y entonces fui yo quien pude oler a los jabalíes, otra vez como cuando tu (querido lector) y yo éramos béstias felices. Huelen a cerdo, a excremento de cerdo fresco, a animal. Salí a campo abierto con la cámara y el flash en una mano, y una linterna en la otra. Me fui acercando y era un suplicio enfocar a la luz de la linterna que apenas alcanzaba a los animales.
Más tarde el cazador me enseñó su escopeta con mira láser Zeiss, y pensé que aquella noche hubieran caído los cinco, cinco fotos como cinco soles hubiera hecho con semejante instrumento de precisión, que vale un imperio. Pero la D200 era mala mala para hacer fotos con poca luz, sin luz realmente. Al fin el viento cesó y después cambió por un momento. Me olisquearon ellos a mi, como debe ser. Dejaron de hozar por un momento, se quedaron como en tensión aguzando los sentidos y después salieron de estampida, hacia su refugio secreto en el monte (que nunca he podido encontrar).
En esta foto, que a muchos les parecerá una mierda, yo vi el dinamismo de las pinturas rupestres.
Ya vale de acomplejarnos con el ruído y de buscar la perfección técnica mientras la vida y el sentimiento se nos van escapando. ¿No era bello el grano? Pues el ruído digital, lo mismo.
Pasaron dos o tres horas y la Vía Lácetea ya estaba en el cénit, corriendo de norte a sur. El viento me venía de cara, como yo había previsto, y entonces fui yo quien pude oler a los jabalíes, otra vez como cuando tu (querido lector) y yo éramos béstias felices. Huelen a cerdo, a excremento de cerdo fresco, a animal. Salí a campo abierto con la cámara y el flash en una mano, y una linterna en la otra. Me fui acercando y era un suplicio enfocar a la luz de la linterna que apenas alcanzaba a los animales.
Más tarde el cazador me enseñó su escopeta con mira láser Zeiss, y pensé que aquella noche hubieran caído los cinco, cinco fotos como cinco soles hubiera hecho con semejante instrumento de precisión, que vale un imperio. Pero la D200 era mala mala para hacer fotos con poca luz, sin luz realmente. Al fin el viento cesó y después cambió por un momento. Me olisquearon ellos a mi, como debe ser. Dejaron de hozar por un momento, se quedaron como en tensión aguzando los sentidos y después salieron de estampida, hacia su refugio secreto en el monte (que nunca he podido encontrar).
En esta foto, que a muchos les parecerá una mierda, yo vi el dinamismo de las pinturas rupestres.
Ya vale de acomplejarnos con el ruído y de buscar la perfección técnica mientras la vida y el sentimiento se nos van escapando. ¿No era bello el grano? Pues el ruído digital, lo mismo.
Comentarios
Yo pude verlas también pero debía ser muy pequeño, no las recuerdo en la cueva pero si que tengo la imagen grabada en la cabeza de haberlas visto después. Hace tiempo que quería colgar la foto pero me jorobaba la mala calidad. Está muy subexpuesta y son 1600 con una D200.. es un flash a plena potencia a una distancia muy considerable. El otro día conseguí superarlo y pensé en colgarla.
El ruido es bello como dice Jordi, jaja! al menos cuando su grano es de menor tamaño que un macho de cerdo salvaje. Sr. 700, todo es bello según como se presente.
A mi estas fotos me han encantado. Te dejan soñar.
Me has vuelto a sorprender tu originalidad!!!!
Jesús Acín
"Hacer del defecto una virtud", me comentaste en una ocasión. Y más que eso, reconocer todas las posibilidades como recursos potencialmente positivos, sin tomarlos a priori por defectos.
El grano es bello y el prejuicio es horroroso; que te lo dice Paco.
Me ha gustado eso de "...otra vez como cuando tú (querida bestia) y yo éramos lectores felices..."
A lo mejor no has escrito exactamente eso, pero la abstracción, como el grano, es bella, querido Manel.
Esta mañana en el tren he visto uno. Era enorme. No sé si era bello.
...pues, en una época feliz de mi vida, (no hace mucho), éramos una pandilla de muchos.
Muy libres y muy pegados los unos a los otros.
Una de nuestras expresiones favoritas:
...Eres un jabalí!...
Si nos referíamos a alguien que no conocía el que escuchaba, y si procedía y merecía la pena, acabábamos el relato con: Creo que es un jabalí.
Cada vez, prefiero entender y saber menos de fotografía para poder disfrutaros como más me gusta,...
...y es que estoy convencida que soís unos jabalíes,...:)
Muy bonita y tuya esta entrada.
Besos.
B.N.C.M.
:)
Yo, cuando veo las pinturas rupestres, me imagino a un "equipo" de hombres de las cavernas diciendo: "Tú y tú os acercaréis con los arcos, mientras los demás lanzamos nuestras lanzas (valga la redundancia). Con suerte podemos cazar siete bichos de los pequeños y dos o tres de los grandes. ¿Alguna pregunta?"
xD
...
Yo créia que eran pinturas rupestres, cuando sin leer, vi las imágenes de las últimas entradas,antes de ahondar más.
;)
Un abrazo