Viajar, Lao Tse y la depresión
Fotos: Mercado en Túnez, niebla en Tenerife, pareja elegante en Venecia (diapositiva del año 98).
Encerrado en casa esta mañana de domingo, recuerdo haber dicho tiempo atrás que era inútil viajar puesto que si se mira atentamente todos los lugares en realidad son perfectamente equivalentes. Es posible que Lao Tse hubiera sentenciado que el hombre que realmente ha entendido el Tao no tiene el menor interés en saber que hay detrás de la colina que tiene a doscientos metros de su casa. Allí vivirán los mismos políticos, los mismos notarios, los mismos boticarios embaucadores, tal vez con otros trajes y otros nombres.. pero en el fondo serán los mismos personajes. No merece la pena conocerlos.
Estos serán tal vez pensamientos de los que hayan alcanzado la sabiduría absoluta, pero también son pensamientos de un depresivo, que se ha refugiado en una esquina del mundo asqueado de las intrigas de la corte, como Lao Tse (hay muchas clases de corte), o con el sistema nervioso destrozado después de haber estado sometido a un stress continuado durante años.
Ahora me doy cuenta de todo esto y ambiciono poder salir de nuevo a ver lo que hay al otro lado de la colina, más allá del mar, al otro lado de Orión incluso. Entre tanto hoy sigo en casa, viajo con la mente, con los recuerdos, con las fotos. Viajo hacia dentro de mi mismo, busco la maravilla en la mirada de los supervivientes que revuelven las bolsas de basura delante de mi casa, en los misteriosos negros vendedores de bolsos falsos que hay en la plaza (cada uno de ellos podría ser un Odiseo, si yo fuera Homero y si ellos me quisieran contar sus historias).
Hay que seguir luchando, carajo.
Comentarios
(y te prometo que me avergüenza escribir carcajadas en un comentario,...pero así, este momento, es lo que has provocado...:)
Muchos besos.
B.D.
Va a ser verdad y todo, que se ha metamorfoseado. O que en su particular Ogigia (que yo siempre he defendido que era negra y funeraria) vuelven a acudirle los recuerdos de Ithaké y la sed de singladuras, de hizar velas y dejarse llevar donde el viento le guíe. De volver a vivir, en suma.
Y a Lao Tsé ya le respondió (en cierto modo) Heráclito; no te bañarás dos veces en el mismo río, lo que, aparte de describir la fugacidad de la vida, también implica su infinita riqueza y la imposibilidad de alcanzar un final para los conocimientos o las experiencias. Gracias a Dios (o a Pulpoernesto, vaya usted a saber ...), nuestra inteligencia es lo suficientemente corta como para que nunca podamos dejar de aprender.
Con un razonamiento similar al tuyo yo no ambiciono, ni necesito, ir más allá, porque se que todavía me falta mucho por encontrar más acá, de este lado de la colina... bueno, al otro lado de Orion si que iría, pero solo una semana.
Sorprende el cambio de postura, pero para bien.
Un abrazo
¡Tengo tanto que aprender -conocer también- de mi y de los otros!
¿Pero lo hago realmente?
Una abrazo desde Chile.
Los políticos conocen la opinión de la gente a la que sirven. Si la actitud de la gente es negligente (por indiferencia y/o inercia) los funcionarios y políticos gobernarán en consecuencia.
Por lo tanto:
Sólo moviendo la opinión pública, se irá reformando la sociedad y sólo entonces estarán los políticos honrados/honestos que deban estar porque los demás no encontrarán quien les siga.
Lao Tse seguramente te hubiera dicho que la belleza está en todas partes, si se sabe mirar, y que no merece la pena irse a Australia por ejemplo.
Lo más jodido es querer y no poder y lo más triunfal poder y no querer.
Con respecto al segundo mensaje del texto yo me sigo considerando un privilegiado aunque el Sr.Mas nos vaya a recortar a los funcionarios enseñantes de nuevo el sueldo (ese rumor corre con fuerza en BCN...)
Qué lindo.
A mí me gustaría ver todo lo que fuera posible, lo de aquí y lo de allá. Lo que se me presente en ese momento. ¡Hay que perderse por el mundo!