El Escorpión desde la cueva
La fotografía de paisaje consiste, para mi, en imaginar escenas y después en encontrar los lugares donde puedan verse. A veces no obstante la realidad supera lo que se había podido imaginar. Yo hacía tiempo que buscaba una cueva desde donde se pudiera fotografiar la Vía Láctea. Y la encontré, pero además estaba junto al mar.
Ahora estoy un poco oxidado pero cuando estoy haciendo fotos del cielo regularmente, ya se en que dirección y a que hora se ve cada astro sin necesidad de pensar demasiado. De modo que con la brújula en la mano enseguida vi que el Escorpión pasaría por la entrada de la cueva justo antes de ponerse. Esa misma noche allí estaba yo, con dos patas en el agua (una del trípode y otra mía), procurando que no se me cayera la cámara al agua.
Además del puro placer de ver y fotografiar estas escenas, esta foto la hice para un reportaje sobre el cielo de Menorca que justo ahora ha salido en la revista Descobrir Catalunya. Menorca ha resultado tener una contaminación luminosa muy baja, especialmente en algunos puntos de la costa sur. Allí puede verse el centro de la Vía Láctea poniéndose en el mar, y vivir momentos absolutamente mágicos contemplando las estrellas desde los monumentos prehistóricos de la isla. No había disfrutado tanto desde que estuve en la Isla de Pascua. En Menorca, en algunos lugares, el cielo está todavía como lo vio Ulises, como se lo contaron los navegantes a Homero.
Y una noche quise salir nadando hasta el centro de la Vía Láctea. Había algas fosforescentes en el agua, de color verde luciérnaga, que me acompañaban a cada brazada. Pero no pude llegar, el mundo tiene su propia lógica. De modo que aquí estoy.
Ahora estoy un poco oxidado pero cuando estoy haciendo fotos del cielo regularmente, ya se en que dirección y a que hora se ve cada astro sin necesidad de pensar demasiado. De modo que con la brújula en la mano enseguida vi que el Escorpión pasaría por la entrada de la cueva justo antes de ponerse. Esa misma noche allí estaba yo, con dos patas en el agua (una del trípode y otra mía), procurando que no se me cayera la cámara al agua.
Además del puro placer de ver y fotografiar estas escenas, esta foto la hice para un reportaje sobre el cielo de Menorca que justo ahora ha salido en la revista Descobrir Catalunya. Menorca ha resultado tener una contaminación luminosa muy baja, especialmente en algunos puntos de la costa sur. Allí puede verse el centro de la Vía Láctea poniéndose en el mar, y vivir momentos absolutamente mágicos contemplando las estrellas desde los monumentos prehistóricos de la isla. No había disfrutado tanto desde que estuve en la Isla de Pascua. En Menorca, en algunos lugares, el cielo está todavía como lo vio Ulises, como se lo contaron los navegantes a Homero.
Y una noche quise salir nadando hasta el centro de la Vía Láctea. Había algas fosforescentes en el agua, de color verde luciérnaga, que me acompañaban a cada brazada. Pero no pude llegar, el mundo tiene su propia lógica. De modo que aquí estoy.
Comentarios
Esta es un descarte, compra la revista para ver las buenas :)
Esa isla tiene algo especial, muchas cosas en realidad. Y se conserva bien.
Felicidades por el reportaje, le recuerdo que aún le guardo (aunque tendría que encontrarlos) esos Heraldos de Aragón donde salían agrimensiones suyas.
Bello cielo y mucho arte para plasmarlo.
Yo tambien comprare la revista.
¿Donde se puede conseguir el artículo, auqnue sea en pdf, porque a los kioskos de Asturias no llega?
La foto, para variar, es una auténtica gozada.
un saludo
Me has recordado esa paradisíaca Isla don de el tiempo tiene su propio reloj particular.
...y tus cielos.
No es la primera vez que nos llevas al cielo desde la cueva.
Yo también intentaré hacerme con la revista.
Besos.
B.D.C.M.
Me alegro que te haya gustado Menorca, esta joya de isla hermana nuestra.
Me han dicho que a partir de mañana podré encontrar la revista en Palma.
Un abrazo