Conocer al lagarto
Yo, que siempre me las había dado de autodidacta radical, para poder avanzar en el estudio y la compresión de los reptiles me he visto en la necesidad de buscar maestros herpetólogos que me guíen.
En cierta ocasión, el maestro levantó una piedra (desobedeciendo el tabú que a mi me inculcaron en la infancia). Allí debajo estaba este joven lagarto ocelado de unos 20 o 25 cm. Por miedo a lastimarlo, yo no me hubiera atrevido a tocarlo. Pero él pudo agarrarlo con sus manos expertas sin que sufriera ningún mal ni se viera en la necesidad de desprenderse de su cola, que es donde almacena las reservas de alimentos.
Y me dijo el maestro:
-Ponle el dedo para que te muerda.
-Pero he oído decir que su mandíbula es extraordinariamente fuerte y que una vez la ha cerrado, jamás vuelve a abrirla.
-Tonterías, pon el dedo.
Esto es lo que tienen los maestros, debemos obedecer sus órdenes por que de lo contrario su enseñanzas ya no son válidas. Así que alargué el dedo índice a la boca del animal. Vaciló unos segundos, como si estuviera sorprendido de mi estupidez, y después me mordió.
Que maravilla y que alivio saber por fin que el dolor de su mordisco es perfectamente soportable. Es cien veces peor el temor al mordisco desconocido que el dolor en si. Y también, que alegría verlo tan sano y vigoroso defendiéndose de mi.
Pero más tarde se sorprendió el maestro de que yo hablara con las lagartijas y los lagartos. Yo le dije, aunque no es cierto, que lo he consultado con doctores y que me han asegurado que mientras no me contesten no debo preocuparme. Según tengo entendido, esta es la respuesta que se da a quienes afirman hablar con Dios.
Atención: Me advirtió de que los ejemplares de ocelado adultos si que muerden fuerte y hacen sangrar. Lo de que ya no abren la boca al parecer no es cierto.
En cierta ocasión, el maestro levantó una piedra (desobedeciendo el tabú que a mi me inculcaron en la infancia). Allí debajo estaba este joven lagarto ocelado de unos 20 o 25 cm. Por miedo a lastimarlo, yo no me hubiera atrevido a tocarlo. Pero él pudo agarrarlo con sus manos expertas sin que sufriera ningún mal ni se viera en la necesidad de desprenderse de su cola, que es donde almacena las reservas de alimentos.
Y me dijo el maestro:
-Ponle el dedo para que te muerda.
-Pero he oído decir que su mandíbula es extraordinariamente fuerte y que una vez la ha cerrado, jamás vuelve a abrirla.
-Tonterías, pon el dedo.
Esto es lo que tienen los maestros, debemos obedecer sus órdenes por que de lo contrario su enseñanzas ya no son válidas. Así que alargué el dedo índice a la boca del animal. Vaciló unos segundos, como si estuviera sorprendido de mi estupidez, y después me mordió.
Que maravilla y que alivio saber por fin que el dolor de su mordisco es perfectamente soportable. Es cien veces peor el temor al mordisco desconocido que el dolor en si. Y también, que alegría verlo tan sano y vigoroso defendiéndose de mi.
Pero más tarde se sorprendió el maestro de que yo hablara con las lagartijas y los lagartos. Yo le dije, aunque no es cierto, que lo he consultado con doctores y que me han asegurado que mientras no me contesten no debo preocuparme. Según tengo entendido, esta es la respuesta que se da a quienes afirman hablar con Dios.
Atención: Me advirtió de que los ejemplares de ocelado adultos si que muerden fuerte y hacen sangrar. Lo de que ya no abren la boca al parecer no es cierto.
Comentarios
El ocelado se está rarificando mucho, apenas se ven ejemplares grandes, creo que la culpa la tiene la superpoblación de jabalíes y zorros, según tengo entendido, que están causando estragos en la herpetofauna.
Una abraçada.
Un saludo
Muy chula la foto, para no variar. Estos lagartos son preciosos. Lástima que hace años que no veo uno :-(
Un saludete.
(Con lo del cocodrilo yo creo que hubiera hecho una excepción jeje)
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que cada vez es más escaso, yo hace años que le voy detrás y solamente he podido fotografiar cinco, uno de ellos herido y otros dos desde muy lejos y mal. No se cual podrá ser la causa y hablo sin conocer el tema, pero podría ser que cuando "la autoridad" tome cartas en el asunto ya sea tarde. Los reptiles y anfibios no parecen interesar a casi nadie, es un buen problema.
Muchas gracias, celebro que os guste.
Más de una vez, hace ya tiempo, cuando había muchas lagartijas en la montaña cercana a donde vivía, intentábamos cazarlas y siempre evitábamos sus fauces, por miedo a que nos hicieran daño. Hace ya mucho que no veo esas lagartijas por la zona.
Es terrible el tabú de las piedras, pero tiene su fundamento. A veces, cada vez menos, aparecen alacranes, escolopendras, vivoras.. Mi hijo, el pequeño, coge siempre las arañas pero le hemos tenido que advertir contra las tarántulas, por que donde veraneamos hay. ¿Se puede generalizar, son los tabús necesarios?
Si que fue simbólico ese mordisco, pero la historia es casi literal. Después pude coger serpientes, que me aterraban, y yo creo que fue por el mordisco.
Seguro que no hacían nada las pobres.. aunque te entiendo por que a mi también me daban un poco de miedo. Cada vez quedan menos..
Es curioso que en el valle de Benasque haya lagartijas en abundancia y en el valle de Bohi cueste tanto encontrarlas.
Tratandose de valles contiguos y paralelos, hay alguna explicación.
:)
No es nada, de verdad que no hace daño.
Yo las cuelgo como siempre .. no se. Habrán cambiado algo.
Es curioso esto que comentas de las lagartijas en los dos valles. Ves a saber.
Besitos y tus relatos son muy instructivos siempre!!!!!
sepa usted que este relato también es de corte zen,
tiene usted razón, para que las enseñanzas sean eficaces, non hay otra que acatar sus órdenes
bonito también ese toque sado disfrutando del dolor
abrazos