Buscando a Urano
Clickar para poder ver la animación de Urano moviéndose entre las estrellas.
De todos los cuerpos celestes que se pueden contemplar con un telescopio, creo que los que más me atraen son los planetas y los asteroides. Sin ánimo de despreciar a las nebulosas de colores rutilantes ni a las remotas galaxias, estos objetos que se mueven en torno al sol siempre me han resultado fascinantes. Tal vez es por que me resulta más fácil comprender su naturaleza, que consiste en vagar por el cosmos, en aparente libertad... pero en realidad sin poderse alejar de la tutela del sol. Justo como nosotros.
En fin, el caso es que lo primero que miro cada día que puedo montar el telescopio es el inconfundible Júpiter con sus satélites (y recomiendo a quienes no lo hayan visto nunca con sus propios ojos a través del ocular que se busquen -interesadamente- un amigo con telescopio, la sensación es enteramente diferente que la que se tiene al ver una foto). Ahora no se puede ver Saturno, el de los anillos, ni Marte, el de color rojo. De modo que dirigí mi atención a Urano.
Urano es un cuerpo discreto, que a pesar de que en teoría se puede ver a simple vista, no se distingue de una estrella ni siquiera con un pequeño telescopio como el mío. Por ejemplo, John Flamsteed lo catalogó erróneamente como una estrella en 1690. Entonces ¿como puede saberse que aquel cuerpo discreto que vemos en el ocular no brilla con luz propia, que no es una estrella remota si no un planeta, un compañero lejano de la Tierra? Esto mismo es lo que me preguntó mi hijo cuando el sábado aparecí en el comedor a la hora del desayuno, feliz pero con unas ojeras de oso, y anuncié que unas horas antes había podido encontrar al planeta Urano entre todas las estrellas.
-¿Y como sabes que es Urano?
Ayy esa graciosa inocencia de los niños que siempre preguntan lo que más rabia da...
Para saber a ciencia cierta que se trata de un planeta, el asunto está en el movimiento. Hay que repetir la observación varias veces, y como tanto la Tierra como Urano se mueven, las estrellas del fondo del firmamento deben quedar fijas mientras que el planeta se debe mover (y en griego planeta significa vagabundo, errante).
Esto es lo que hizo Herschel hace relativamente poco, en 1781 (y debo recordar que en España la Inquisición siguió condenando y ejecutando herejes hasta 1826). Que enorme mérito hacer esta observación sin una cámara fotográfica, más cuando él en absoluto esperaba que eso que parecía una estrella pudiera ser un planeta y moverse. La noticia del descubrimiento de un nuevo planeta causó conmoción. Platón y Aristóteles, según se dice, se revolvieron en sus tumbas aunque siguieron la noticia con interés. El espíritu de Galileo sonrió feliz desde los cielos, mientras el de Urbano VIII se dice que segregó tal cantidad de bilis que hubo que cambiar su sarcófago de marmol.
El caso es que ayer domingo salí a la azotea dispuesto a fotografiar el movimiento de Urano, que a pesar de que es lento, en teoría debe poder observarse en tan solo dos o tres horas. Omitiré por esta vez los detalles y las angustias, la técnica consiste en tomar una foto cada 30 o 60 minutos (según se pueda), después alinear las estrellas y poner una foto sobre otra en una secuencia de gif animado (que espero se pueda ver correctamente en sus pantallas y si no por favor háganmelo saber). Es un poco pobre esta foto, entre otras cosas por que el programa de alinear también toma en consideración la posición de Urano para los cálculos, cosa que no debería hacer. El cambio de brillo de Urano se debe a que la exposición de las fotos es diferente. Todo esto puede hacerse mucho mejor, y si alguien se anima le ruego que me enseñe el resultado.
Los dos puntitos que se mueven con Urano deben de ser sus satélites, Titania y Oberón, de tan solo 1500 km de diámetro, casi como esta península de asfalto. Y siendo tan pequeños, es notable que se vean desde la azotea de mi casa, si se tiene en cuenta que ayer estaban a 19.09 UA, que son casi 3000 millones de kilómetros. Una vez más debo concluir que no somos nada.
PS. Para los aficionados, la magnitud de Urano es de 5.3-5.9 y las de los satélites Titania y Oberón son 13.7 y 13.9. Estoy sorprendido de que la cámara pueda captarlos sin dificultades en exposiciones de 6 segundos, desde un cielo urbano y con un pequeño telescopio de 150mm.
De todos los cuerpos celestes que se pueden contemplar con un telescopio, creo que los que más me atraen son los planetas y los asteroides. Sin ánimo de despreciar a las nebulosas de colores rutilantes ni a las remotas galaxias, estos objetos que se mueven en torno al sol siempre me han resultado fascinantes. Tal vez es por que me resulta más fácil comprender su naturaleza, que consiste en vagar por el cosmos, en aparente libertad... pero en realidad sin poderse alejar de la tutela del sol. Justo como nosotros.
En fin, el caso es que lo primero que miro cada día que puedo montar el telescopio es el inconfundible Júpiter con sus satélites (y recomiendo a quienes no lo hayan visto nunca con sus propios ojos a través del ocular que se busquen -interesadamente- un amigo con telescopio, la sensación es enteramente diferente que la que se tiene al ver una foto). Ahora no se puede ver Saturno, el de los anillos, ni Marte, el de color rojo. De modo que dirigí mi atención a Urano.
Urano es un cuerpo discreto, que a pesar de que en teoría se puede ver a simple vista, no se distingue de una estrella ni siquiera con un pequeño telescopio como el mío. Por ejemplo, John Flamsteed lo catalogó erróneamente como una estrella en 1690. Entonces ¿como puede saberse que aquel cuerpo discreto que vemos en el ocular no brilla con luz propia, que no es una estrella remota si no un planeta, un compañero lejano de la Tierra? Esto mismo es lo que me preguntó mi hijo cuando el sábado aparecí en el comedor a la hora del desayuno, feliz pero con unas ojeras de oso, y anuncié que unas horas antes había podido encontrar al planeta Urano entre todas las estrellas.
-¿Y como sabes que es Urano?
Ayy esa graciosa inocencia de los niños que siempre preguntan lo que más rabia da...
Para saber a ciencia cierta que se trata de un planeta, el asunto está en el movimiento. Hay que repetir la observación varias veces, y como tanto la Tierra como Urano se mueven, las estrellas del fondo del firmamento deben quedar fijas mientras que el planeta se debe mover (y en griego planeta significa vagabundo, errante).
Esto es lo que hizo Herschel hace relativamente poco, en 1781 (y debo recordar que en España la Inquisición siguió condenando y ejecutando herejes hasta 1826). Que enorme mérito hacer esta observación sin una cámara fotográfica, más cuando él en absoluto esperaba que eso que parecía una estrella pudiera ser un planeta y moverse. La noticia del descubrimiento de un nuevo planeta causó conmoción. Platón y Aristóteles, según se dice, se revolvieron en sus tumbas aunque siguieron la noticia con interés. El espíritu de Galileo sonrió feliz desde los cielos, mientras el de Urbano VIII se dice que segregó tal cantidad de bilis que hubo que cambiar su sarcófago de marmol.
El caso es que ayer domingo salí a la azotea dispuesto a fotografiar el movimiento de Urano, que a pesar de que es lento, en teoría debe poder observarse en tan solo dos o tres horas. Omitiré por esta vez los detalles y las angustias, la técnica consiste en tomar una foto cada 30 o 60 minutos (según se pueda), después alinear las estrellas y poner una foto sobre otra en una secuencia de gif animado (que espero se pueda ver correctamente en sus pantallas y si no por favor háganmelo saber). Es un poco pobre esta foto, entre otras cosas por que el programa de alinear también toma en consideración la posición de Urano para los cálculos, cosa que no debería hacer. El cambio de brillo de Urano se debe a que la exposición de las fotos es diferente. Todo esto puede hacerse mucho mejor, y si alguien se anima le ruego que me enseñe el resultado.
Los dos puntitos que se mueven con Urano deben de ser sus satélites, Titania y Oberón, de tan solo 1500 km de diámetro, casi como esta península de asfalto. Y siendo tan pequeños, es notable que se vean desde la azotea de mi casa, si se tiene en cuenta que ayer estaban a 19.09 UA, que son casi 3000 millones de kilómetros. Una vez más debo concluir que no somos nada.
PS. Para los aficionados, la magnitud de Urano es de 5.3-5.9 y las de los satélites Titania y Oberón son 13.7 y 13.9. Estoy sorprendido de que la cámara pueda captarlos sin dificultades en exposiciones de 6 segundos, desde un cielo urbano y con un pequeño telescopio de 150mm.
Comentarios
Yo a su azotea tengo que venir.
Pero como se nos ocurre querer compararnos.
Es fascinante el cielo nocturno. Cuando eramos pequeños vivíamos lejos del pueblo y el invierno al salir del colegio era muy oscuro y se podía ver las estrellas tan bien!
A veces nos acompaño un trozo de camino hacia casa un viejo cura (amigo de la familia)que daba clases de religión y nos explicaba los nombres de los planetas y de las constelaciones y estrellas que se podían reconocer a simple vista.
Luego mis dos hijos cuando tenían entre los once y quince años también observaban el cielo con unos prismáticos potentes apoyandolos en una escalera a modo de trípode. Vimos las lunas de Júpiter muy bien.
Me imagino lo emocionante que te resulta observar con tu telescopio nuevo.
Muy bien lo de la imagen con animación.
La pena es que cada vez es más difícil encontrar un cielo sin contaminación lumínica, pero hay un consuelo: se comienza a pensar en soluciones y en parte no es tan complicado aplicar las.
Un saludo
Ahora que ya está solucionado el problema del movimiento de los planetas lejanos, con qué nos sorprenderas en la próxima entrada?
por esta visión nocturna
eres un cielo, pero de verdad rodeado de estrellas además.
Un besazo para cada mejilla.
Gracias por el regalo, que es un lujo
también pensaba que debe ser emocionante sentirte conectado con esos señores que hace cientos de años pasaban horas contemplando el cielo y deduciendo sus cálculos,
tú dices, y con razón que tenía mérito haber llegado a esas conclusiones y nivel de observación sin cámara fotográfica,
yo digo que en cada época sus hazañas y retos, antes vivíamos más de cara al cielo estrellado, cercanos a las estrellas, y estos fenómenos. Tu mérito es ser capaz de ver, escuchar y seguir las estrellas desde tu azotea en esta península de cemento y su ritmo frenético
bonito post,
no somos nada
Mira, el verso es de Hölderlin:
¡Mélitel! ¡Oh Mélite! ¡Criatura celestial!
Quisiera saber si a veces piensa en mí. ¡Quién sabe si me añora! Volveré a encontrarla en algún período de la existencia eterna. ¡Seguro! Lo que es afín entre sí no puede huirse eternamente.
2º porque hay gente que todavía cree que solo en la tierra hay vida?? cuando conozco más cosas de astronomia, la verdad me siento tan observada...asi como vos buscas planetas ellos nos deben mirar a nosotros...
A partir de ahora parece que tu terrado se cotiza aún más!!!!!
Besitos!!!