Nuestro 2CV
Nuesto 2cv, fotografiado con diapositivas y dominante verde del alumbrado de la ciudad-dormitorio.
En estos momentos estoy frikosaleando desde el taller mecánico, presa de una fuerte angustia. Cualquiera de las operaciones que aquí se hacen de forma rutinaria cuesta mucho más de lo que darían por mi en un mercado de esclavos, de modo que esta espera es casi más tensa que si estuviera a la puerta de un quirófano. Y además se están retrasando.
Estando en un taller mecánico es inevitable que hable de coches. Justo después de la invención del automóvil, ya dejó escrito el eminente Sigmund Freud que en realidad los vehículos a motor no son más que símbolos fálicos, cosa que hasta donde yo se no dijo de los carruajes (¿ Es su movimiento autónomo la clave? Creo que no).
De modo que contar los coches que uno ha tenido viene a ser algo así como la descripción de la propia masculinidad, y ya me disculparán ustedes la grosería de que les hable del coche que más alegrías nos dio: nuestro viejo citroën 2CV. Entonces mi situación económica era precaria, pero quise hacerle un regalo especial a la que entonces era mi novia. Se me metió en la cabeza comprarle un dos caballos, el coche que tenía el papá de Mafalda. Empecé a buscar pero ya hacía diez años que no se fabricaban y estaban pasando de ser un coche barato a ser un artículo de colección. Al fin, por 200.000 pesetas, que serían algo más de 1000 euros, compré un 2cv rojo con la capota blanca y los faros redondos (los de serie eran cuadrados). Era una maravilla y les puedo asegurar que incluso los despiadados agentes municipales lo miraban con simpatía.
Podría contarles mil anécdotas. Nos apuntamos a un club de amigos del 2CV y fuimos a algunas reuniones, que tenían un aire a lo hippy nostálgico que me encantaba. A una de ellas, en la Rioja, fuimos con el acelerador a fondo, más de 500km sin parar con un coche de dos cilindros que pasaba de 20 años. Al final yo terminé usando el 2cv casi siempre. Pero había algunos problemas, costaba encontrar recambios y la carrocería estaba siempre oxidándose. Un amigo informático se hizo experto en este coche, llegó a tener cuatro, y era capaz de desmontarlo hasta el último tornillo, incluso el cambio de marchas. Era una alegría verle a él, a un perpetuo estudiante de periodismo y a un fotoperiodista hablando con nostalgia de los tiempos no vividos en los que la publicidad del 2CV decía cosas como que "no hay que aburguesarse" para vender un coche. Ahora veo con mucha pena que su web ya no existe y temo haber perdido para siempre el contacto con esa gente tan especial.
Pero llegó la hora. Termina de regresar el probador con mi coche y ahora debo exponerme a la inmisericorde factura.
En estos momentos estoy frikosaleando desde el taller mecánico, presa de una fuerte angustia. Cualquiera de las operaciones que aquí se hacen de forma rutinaria cuesta mucho más de lo que darían por mi en un mercado de esclavos, de modo que esta espera es casi más tensa que si estuviera a la puerta de un quirófano. Y además se están retrasando.
Estando en un taller mecánico es inevitable que hable de coches. Justo después de la invención del automóvil, ya dejó escrito el eminente Sigmund Freud que en realidad los vehículos a motor no son más que símbolos fálicos, cosa que hasta donde yo se no dijo de los carruajes (¿ Es su movimiento autónomo la clave? Creo que no).
De modo que contar los coches que uno ha tenido viene a ser algo así como la descripción de la propia masculinidad, y ya me disculparán ustedes la grosería de que les hable del coche que más alegrías nos dio: nuestro viejo citroën 2CV. Entonces mi situación económica era precaria, pero quise hacerle un regalo especial a la que entonces era mi novia. Se me metió en la cabeza comprarle un dos caballos, el coche que tenía el papá de Mafalda. Empecé a buscar pero ya hacía diez años que no se fabricaban y estaban pasando de ser un coche barato a ser un artículo de colección. Al fin, por 200.000 pesetas, que serían algo más de 1000 euros, compré un 2cv rojo con la capota blanca y los faros redondos (los de serie eran cuadrados). Era una maravilla y les puedo asegurar que incluso los despiadados agentes municipales lo miraban con simpatía.
Podría contarles mil anécdotas. Nos apuntamos a un club de amigos del 2CV y fuimos a algunas reuniones, que tenían un aire a lo hippy nostálgico que me encantaba. A una de ellas, en la Rioja, fuimos con el acelerador a fondo, más de 500km sin parar con un coche de dos cilindros que pasaba de 20 años. Al final yo terminé usando el 2cv casi siempre. Pero había algunos problemas, costaba encontrar recambios y la carrocería estaba siempre oxidándose. Un amigo informático se hizo experto en este coche, llegó a tener cuatro, y era capaz de desmontarlo hasta el último tornillo, incluso el cambio de marchas. Era una alegría verle a él, a un perpetuo estudiante de periodismo y a un fotoperiodista hablando con nostalgia de los tiempos no vividos en los que la publicidad del 2CV decía cosas como que "no hay que aburguesarse" para vender un coche. Ahora veo con mucha pena que su web ya no existe y temo haber perdido para siempre el contacto con esa gente tan especial.
Pero llegó la hora. Termina de regresar el probador con mi coche y ahora debo exponerme a la inmisericorde factura.
Comentarios
¿Y sabe usted lo que salía de semejante sitio?
Pues ¡¡¡un coche!!!
Con eso queda todo dicho al lado del señor Freud.
Todavía recuerdo que en el Rallye de los Faraones,cuando todo el mundo fracasaba en la arena, los 2CV y los 4latas se ponían de espalda, metían la marcha atrás y de tal guisa subían una duna.
Me pregunto que opinaría el Opositor Enmascarado sobre el tema.
Mi hijo mayor también tenia uno y se paso horas y horas haciendo de mecánico con el.
Al final lo vendió por lo que dices sobre la dificultad de encontrar piezas.
En mi pueblo en Alemania circulaba uno con una pegatina:
Cuando sea grande os adelantaré a todos.
Mi hermana menor tenia un escarabajo (Volkswagen) viejo rojo y tuve que pintárselo lleno de flores con pinceladas negras tipo Jugendstil.
Saludos
Lo de las piezas, pues es cierto, yo he tirado de ebay y de algún desguace, pero cada vez cuesta más encontarlas...
Si no recuerdo mal en Francia (o italia no estoy seguro) hay un club 2CV y creo que pueden ser una buena fuente de información para este tema, aunque imagino que en España también habrá alguno...
Saludos
También debeis saber que en el 2013 se celebra por primera vez en España la concentración internacional de 2cv, y será la vigésima, espero verte por allí haciendo muchas fotos: http://2cvspain2013.com/web/?hl=ESP
“Cuatro ruedas bajo un paraguas”, esta fue la frase que dijo Pierre Boulanger (director general de Citroën en 1936) para resumir el objetivo del proyecto TPV - Très Petite Voiture.
Aparte del carácter económico, en el 2CV tenía que primar el confort, y uno de los elementos claves para lograrlo sería la suspensión que, según los rectores de Citroën, debía permitir transportar un cesto de huevos dentro del coche por un camino accidentado sin que ninguno se rompiese.
La prensa se burló del auto francés de forma despiadada, hubo un periodista que preguntó a Citroën si con el coche venía incluido el abrelatas.
El mítico y casi eterno Citroën 2CV dejó de fabricarse un 27 de julio de 1990, después de 41 años, seis meses y 21 días. Hasta ese momento, Citroën había vendido 3.872.583 unidades en todo el mundo.
En una encuesta que hizo un canal británico de televisión para saber cual era el mejor coche de James Bond, el preferido fue el Citroen 2 CV usado en la película “Sólo para sus ojos” en donde Roger Moore se libraba de los malos en un 2CV amarillo, creo. El pequeño utilitario francés ganó a coches como el Aston Martin de ‘Goldfinger’, al Tanque T-55 de ‘Goldeneye’ o al Lotus Esprit de ‘La espía que me amó’.
Señor Frikosal, usted alguna vez ha intentado hacer ciertas cosas en su 2CV. Es incómodo ¿verdad?, más aún que el Simca 1000.
SALUD.
veo que no pasó el correos.
Te pongo mi mail:
mitjapla@gmail.com
Saludos
Es el Golfillo de la Dama y el Vagabundo. ¿Quién sería la Dama en el mundo de los coches? no se me ocurre nada.
Un coche salía de allí, muy adecuado !
Si que somos medio hippys, pero nacimos tarde y al menos yo en el lugar equivocado.
El Touareg no vale casi para nada por que no se puede rayar la pintura.
Todos los que lo han tenido guardan buen recuerdo de este coche, incluso muchos años después.
Que bueno que todavía lo tengas !
Me encantaría dar una vuelta, tiene algo mágico ese coche.
Si que lo haré, con un poco de nostalgia !
El Dyane era muy parecido. La publicidad que ponía "Mas confortable pero sin aburguesarse, eso jamás", era del Dyane. Con ese anuncio ya me dirás quien compraría un coche ahora jeje
El simca 1000, como el seat 850 etc pretendieron ser coches burgueses pero a escala reducida y fracasaron miserablemente. Y el 600 más o menos igual. El 2cv parte de la filosofía de un diseño sencillo y es tan bonito y su suspensión tan fantástica que.. en fin, no hay color.
Son 2cv fiscales, ojo.
Tiene unos 30 caballos de los que se usan normalmente, que es muy poco pero más que suficiente para ir a 120 km/h. Yo sería partidario de limitar la potencia de los coches.
Es precioso el 2cv, es un desgarbado bonito y elegante, del que va a lo práctico. Si lo hicieran otra vez, modernizado, me encantaría comprarlo. El C3 se parece un poquitin.
"SE TUMBA, PERO NO SE CAE"
ORIGINAL.
Y para las mujeres, qué significan los coches que han tenido, acaso el tipo de falo que quisieran tener? solo pregunto....