Desde dentro del dolmen
En mi opinión, los monumentos megalíticos tienen una presencia simbólica y una densidad espiritual superiores a las de cualquier otra construcción. En particular los dólmenes, ponen de manifiesto la escasa resistencia a la tracción de la piedra y desenmascaran los excesos de arrogancia estructural de la denominada arquitectura moderna. Cuando todas las oficinas de cristal ya se hayan hecho añicos, todavía estarán allí las navetas, los dólmenes, los menhires y los moais, para dar fe de la voluntad humana de hacer obras trascendentes y no solamente recalificar y perpetrar plazas duras como hacen hoy en día tantos y tantos concejales de urbanismo.
Creo que (en cuanto se haya inventado la máquina del tiempo) voy a abducir a Le Corbusier, además de a Mies Van der Rohe, y les llevaré conmigo a visitar este dolmen de noche, con la esperanza de que puedan captar la gran energía telúrica que desprende. Yo se (lo digo sin ninguna acritud) que mucha gente no comparte mi punto de vista, y es normal puesto que esos dos señores son considerados grandes artistas. Pero como yo soy un simple agrimensor, puedo decir lo que de verdad pienso: ya es hora de abjurar de esos excesos y regresar a la tierra.
Para fotografiar este monumento, salí de la ciudad dormitorio una noche de luna llena y estuve conduciendo durante horas hasta que las luces putrefactas de las ciudades ya se hubieron disipado caso por completo y la presencia de la naturaleza empezó a sentirse. Entonces me dí cuenta de que había olvidado un pequeño detalle: su localización exacta. Por suerte un amigo que conoce bien la zona me fue guiando por teléfono a través de un laberinto de pistas de tierra (aclaro que con el manos libres, por si algún agente me estuviera leyendo). Y me dio un consejo: que vistiera de color claro, puesto que cuando hay luna llena salen los cazadores furtivos a disparar a los jabalíes.
Como toda la ropa de abrigo que tengo es negra, me puse encima el chaleco reflectante de color amarillo, y ataviado como la noble salamandra, fui hasta el dolmen con actitud reverente.
Desde el interior, se veía la constelación de Orión y se estaba francamente bien.
Creo que (en cuanto se haya inventado la máquina del tiempo) voy a abducir a Le Corbusier, además de a Mies Van der Rohe, y les llevaré conmigo a visitar este dolmen de noche, con la esperanza de que puedan captar la gran energía telúrica que desprende. Yo se (lo digo sin ninguna acritud) que mucha gente no comparte mi punto de vista, y es normal puesto que esos dos señores son considerados grandes artistas. Pero como yo soy un simple agrimensor, puedo decir lo que de verdad pienso: ya es hora de abjurar de esos excesos y regresar a la tierra.
Para fotografiar este monumento, salí de la ciudad dormitorio una noche de luna llena y estuve conduciendo durante horas hasta que las luces putrefactas de las ciudades ya se hubieron disipado caso por completo y la presencia de la naturaleza empezó a sentirse. Entonces me dí cuenta de que había olvidado un pequeño detalle: su localización exacta. Por suerte un amigo que conoce bien la zona me fue guiando por teléfono a través de un laberinto de pistas de tierra (aclaro que con el manos libres, por si algún agente me estuviera leyendo). Y me dio un consejo: que vistiera de color claro, puesto que cuando hay luna llena salen los cazadores furtivos a disparar a los jabalíes.
Como toda la ropa de abrigo que tengo es negra, me puse encima el chaleco reflectante de color amarillo, y ataviado como la noble salamandra, fui hasta el dolmen con actitud reverente.
Desde el interior, se veía la constelación de Orión y se estaba francamente bien.
Comentarios
Bravo, una vez más.
¿Nos parecerían igual de mágicos si en la Edad de piedra se hubiese destruido media Sierra de Gredos para construir 200.000 dólmenes de granito?
Hacía tiempo que no comentaba aquí, pero es que, sencillamente, no se me ocurría nada.
Un abrazo.
Me gustaría saber qué opinas de Louis I. Kahn?
( me aventuro a decirte que es el arquitecto contemporaneo que a mi más me inspira.... )
Hizo alguna del lado contrario, con la Luna iluminando el dolmen?
La segunda, parece un paper esparracat o fins i tot l'entrada a al cova d'un pessebre. La primera molt intensa, la segona juganera, però preciosa.
PER NOMESPLORARIA: Apa, no diguis això!!!! si no les fas és perquè no voldràs sortir a les nits.
M'han dit que et fa por la foscor ;)
Inuits
Felquera,
Me he quedado petrificado, que espanto. En fin.
Odette,
Si es lo que he visto me temo que en fin..
NMP,
Usted las hace mejores !!
Inuit,
NMP es uno de los personajes más audaces de la blogosfera.
Muchas gracias.
B.N.C.F.
Y recuerdo que la gente se rio en la presentación al ver el hectoplasma saliendo.
Por el lado de la luz buena no es tan fotogénico el dolmen.
Tengo una foto de casiopea y la galaxia de andromeda encima de la mesa, las pobres han quedado fatal en el llamado parque natural junto a la ciudad-dormitorio, todo el cielo es un asco. Estoy desconsolado.
Un Abrazo
Namasté
Algún día contaré mi experiencia en Peña Tu. ;)
Preciosas fotos, son de envidiar.
Un abrazo
Eres todo un aventurero!
Anda que si te pegan un tiro por ir a hacerle una foto al Dolmen...
A veces nuestra afición es de riesgo extremo ;)
Saludos.
Gusta su blog. Nos hace soñar.