Tres historias de serpientes (I)
Este año he pasado muchas horas buscando culebras de agua en diferentes rios. Lo primero, preguntar por ellas a los bañistas y a la gente del pueblo. Unos me dijeron que llevaban años bañandose cada verano allí, sin haber visto ni una, ¡por suerte!. Otro, en el mismo lugar, me dijo que había muchas, que una vez agarró una por la cola y que le mordió la mano (y se tocó con la otra mano, como si todavía le doliera). Un naturalista competente me dijo donde podía encontrarlas, y le creo, pero en ese lugar yo solamente encontré un precioso sapo, del que ya hablaré.
Esta se escondía debajo de una piedra pero pude verla y al levantar la piedra me dejó unos segundos antes de escaparse. "Las serpientes tienen sus ritmos, es cuestión de aprenderlos", me dije. De manera que casi cada mañana yo me paseaba rio arriba, rio abajo, con el bañador, las chancletas y la cámara, buscando a mi culebra, la que tenía que hacerme feliz. Y vi varias, aunque no pude hacer ninguna foto buena.
Pero estoy contento solamente por haberlas podido ver. Si no nos han visto y nos quedamos quietos, es posible observarlas un rato. Es un placer contemplar como van serpenteando por todos los rincones en busca de una presa, con sus movimientos sinuosos y lentísimos que dentro del agua las hacen parecer una rama. Pero por desgracia, el más mínimo movimiento de la superfície emborrona la imágen. Para hacer una buena foto, hay que sorprenderlas en la orilla ... o lograr que salgan.
Esta es la que estuvo a punto de jorobarmelo todo.
Al tratar de empujarlas cariñosamente con un palo, se esconden y no hay forma de hacerlas salir. Excepto esta última, que casi me estropeó la cámara. Al verla, dejé la bolsa en la orilla para sacar el polarizador, lo que no mejoró demasiado la foto. Como estaba tranquila pensé, "esta no se me escapa" y dejé la cámara encima de la bolsa abierta, cojí un palo y fui a por ella con cuidado. Pero al empujarla por el cuello, la culebra se empeñó tozudamente en dirigirse a mi jugosa pierna en lugar de a la orilla. Y al final, tanto se acercó, que me asusté y di un gran paso atrás dentro del agua, salpicando horriblemente la cámara y todo el equipo. Como si hubiera tirado un cubo de agua encima de los objetivos.
No creo que pretendiera morderme, pero mi tontería estuvo a punto de salirme muy cara. Tuve que usar el procedimiento de emergencia para remojones: sacar todos los trastos, apagarlos y sacar la pila inmediatamente, secarlos con lo primero que encontré (mi camiseta) y después al sol un buen rato.
Otro día si que pude fotografiar una culebra de agua fuera del agua, pero no de la forma que yo hubiera querido.
Comentarios
Yo tampoco lo creo. Aunque he escuchado mil y una historias acerca de los comportamientos de las serpientes, aún no me ha mordido ninguna. Me refiero a todas las serpientes no venenosas que hay en la península, excluyendo a los (creo) tres tipos de víbora.
Me han llegado a contar como "bastardas" han roto piernas, sacado ojos, partido caras... (pienso que las han confundido con algún cabeza rapada), pero la verdad es que yo las he dejado pasear por mi cuerpo, y lo han hecho sin dejar daños (lo de mi cerebro es de nacimiento). Incluso las más pequeñas, tienen, en general, una fuerza tractora impresionante (quienes hayáis cogido alguna lo sabréis).
Las culebras de agua han sido compañeras de juego en mi infancia, en las gargantas de La Vera de Cáceres. He visto como cazaban truchas (impresionante) pero creo que ya no quedan truchas. ¿Qué comerán ahora esas culebras?
Llegué a llevar una al colegio, a sabiendas de que ese día, el profesor de matemáticas suspendería la clase o saltaría por la ventana.
Lástima que no nos dejasen entrar a ver al profe en el hospital.
No tuve la suerte de poderlas ver de pequeño como tu, entonces no conozco las reacciones del animal y me asuste mas de la cuenta al ver que se me acercaba decidida, ya lo reconozco. Estas no las he tocado nunca.
A ver si un dia vamos juntos a por ellas y me enseñas.
Quisiera recalcar una vez mas que NO HACEN NADA, Y NO HAY QUE MALTRATARLAS. A pesar de que puedan morder, siempre sera por haberlas molestado mas de la cuenta.
Jordi D.
Con respecto a lo que comenta "Le Mosquito" sobre ataques de Culebras bastardas (Malpolon) yo también he oido historias de gente de campo normal y bastante creible que ha sido atacada por culebras de gran tamaño que alzan su cabeza y la lanzan hacia delante de forma que flagelan con su cuerpo, como si fuera un látigo, a sus enemigos corriendo detrás de ellos.
¿Creeis que puede ser cierto?
Jordi D.
Yo sí he cogido muchas veces culebras de agua con la mano y los ejemplares grandes sí que a veces se revuelven con la boca abierta, pero sospecho que es más farol que otra cosa, porque ni tienen dientes ni creo que puedan ejercer mucha presión (aunque nunca he hecho la prueba, pillandolas justo detras de la cabeza no hay posibilidad de que te pueda morder). Y cuado se enroscan en el brazo pues sí que hacen algo de presión, pero vamos, no son boas ni nada parecido. Y la mayoria de las veces ni intentan morder, solo escapar. Mucho mito y mucho desconocimientos es lo que hay.
Una pena.
Después de tu relato tu objetivo ha bajado en el mercado de segunda mano...
Lástima que hace tiempo que no veo culebras de agua, pues las gargantas de Piedralaves no escapan al "progreso", por lo que "ranas" y reptiles no abundan. Dicho lo bicho, ya sabeis que estaré encantado de buscar culebrillas con Albert y contigo.
En cuanto al coementario de Mad Hatter, es muy parecido al que se reproduce en muchas lenguas viperinas, sólo que con una variante. No alzan la cabeza, sino que, presuntamente, apoyan esta en el suelo para usar el resto del cuerpo a modo de látigo. Sí, también he oído sobre sus persecuciones, y sobre otra creencia que asegura que, si una bastarda corre tras de ti, tú debes correr en zig zag; de esta manera quiebras la espina dorsal de la culebra; vaya, que se hace añicos.
:)
¿Venenosas?
Además de los tres tipos de víbora que existen en la península:
http://www.fotonostra.com/albums/animales/vibora.htm
Parece que hay otras dos culebras venenosas, pero no mortales necesariamente.
http://www.maikelnai.es/?p=62
Alguna vez había escuchado que la bastarda es también venenosa, pèro hasta hoy no lo había "confirmado". ¡Y yo cogiéndolas por el rabo!.
En los dos enlaces que facilito no se comenta una característica esencial para distinguir a una víbora de una culebra. Se trata de su cabeza. Las víboras tienen escamas de principio a fin; es decir: su cabeza también está escamada, mientras que la cabeza de la culebra es más parecida a la de un galápago, con unas durezas que se distinguen del resto de sus escamas, y más grandes que estas.
¡PELIGRO!
Es verdad que si una víbora (o cualquier culebra) te ve, tiende a huír. El problema está en que LAS VÍBORAS SON SORDAS. Si te cruzas en el camino de una víbora, esta no te ha VISTO, y la pisas accidentalmente, es muy probable que pases a engrosar ese pequeño tanto por ciento de bloggers mortales, de necesidad.
"Si la víbora oyera y el alacrán viera, no habría hombre que al campo saliera"
-Dicho del tío Juan.
También me cuenta que allí hay culebras con pelo, cuando le pregunto si las ha visto él responde que no, que se lo han contado...
Un saludo