Ahorro de energía y obsolescencia programada
La secadora AEG que compramos mi Santa y servidor hace unos 10 años ha muerto. Empecé tratando de arreglarla pero como la cosa se complicaba, al final me decidí a practicar una autopsia. Desde hacía tiempo, el programador mecánico hacía el tonto, pero la cosa iba tirando. Al final, lo que se rompió fue lo que (al parecer) se rompe siempre en una secadora: la goma que transmite el movimiento del motor al tambor. La goma en si no es cara, pero para cambiarla hay que desmontar toda la máquina, pieza a pieza. No merece la pena hacerlo, más cuando pronto el programador se va a estropear del todo y habrá que cambiarlo. Es increíble (o sospechoso, según como se mire) que hasta hace poco todos los electrodomésticos siguieran utilizando los caros y poco fiables programadores mecánicos. Esto al parecer se ha resuelto pero lo grave es la goma.
Por mejor que sea una goma, al final siempre se acaba secando y rompiendo. Hay que cambiar la correa de distribución de los coches, y las juntas tóricas de las cámaras submarinas. Del polvo venimos y al polvo volvemos, todas las gomas se resecan y mueren. De modo que si la secadora estuviera pensada para durar, habría una manera de cambiar la goma sin tener que desmontarla entera. Entonces, ¿qué secadora me compro ahora? (Entre paréntesis diré que en casa la secadora es de primera necesidad, no tenemos un balcón al aire libre y los vecinos del entresuelo tienen verdadera devoción por los pimientos asados. No es viable secar la ropa en la galería).
Veamos. No tengo tiempo para hacer un análisis exhaustivo y miro una sola marca. Siemens. Suena bien, será buena (esos señores hicieron el sistema eléctrico del AVE, ¿no?). Consideremos dos modelos:
-Siemens WT44C101EE, un buen aparato. De condensación, clase B, cuesta 510 euros (según el catálogo de la marca) y consume 251 kWh de energía cada año. Claro está, eso dependerá de lo que uno la use, pero se supone que esto es un valor razonable que ellos habrán calculado con la seriedad y rigor que se les supone. Algo hay que suponer.
-WT46W580EE. Esta es lo mejor de lo mejor. Tiene una bomba de calor y consume mucho mucho menos. Es la que me gustaría comprar, dentro de unos años todas serán así. Según catálogo, consume 107 kWh de energía cada año (¡casi tres veces menos!). Pero cuesta 1155 euros.
Ahora la pregunta es ¿a como nos sale un kWh? Según el ministerio (algo hay que suponer), sale a 0.14 euros. El cálculo es fácil, cada año nos ahorramos 114 kWh que son 20.16 euros. Tardaré 32 años en amortizarla si no me equivoco. En realidad, sería mucho más, si se tiene en cuenta el valor actual del dinero, los tipos de interés y esas cosas que tanto entretienen a los analistas financieros.
A cuenta no me sale, pero me fastidia tirar electricidad. Estaría dispuesto a hacerlo. ¿Pero cuanto va a durar? Entonces llamo a la tienda y les pregunto por el asunto de la goma. ¿Siguen como antes? La señora de la tienda se asombra de que nuestra secadora hubiera durado unos 10 años. Ahora duran mucho menos. A no ser que me compre una ultrafantástica y carísima. ¿Pero va con goma? Polvo somos...
Conclusión: Voy a comprar la más barata de la clase B. La obsolescencia programada desincentiva el ahorro de energía.
Por mejor que sea una goma, al final siempre se acaba secando y rompiendo. Hay que cambiar la correa de distribución de los coches, y las juntas tóricas de las cámaras submarinas. Del polvo venimos y al polvo volvemos, todas las gomas se resecan y mueren. De modo que si la secadora estuviera pensada para durar, habría una manera de cambiar la goma sin tener que desmontarla entera. Entonces, ¿qué secadora me compro ahora? (Entre paréntesis diré que en casa la secadora es de primera necesidad, no tenemos un balcón al aire libre y los vecinos del entresuelo tienen verdadera devoción por los pimientos asados. No es viable secar la ropa en la galería).
Veamos. No tengo tiempo para hacer un análisis exhaustivo y miro una sola marca. Siemens. Suena bien, será buena (esos señores hicieron el sistema eléctrico del AVE, ¿no?). Consideremos dos modelos:
-Siemens WT44C101EE, un buen aparato. De condensación, clase B, cuesta 510 euros (según el catálogo de la marca) y consume 251 kWh de energía cada año. Claro está, eso dependerá de lo que uno la use, pero se supone que esto es un valor razonable que ellos habrán calculado con la seriedad y rigor que se les supone. Algo hay que suponer.
-WT46W580EE. Esta es lo mejor de lo mejor. Tiene una bomba de calor y consume mucho mucho menos. Es la que me gustaría comprar, dentro de unos años todas serán así. Según catálogo, consume 107 kWh de energía cada año (¡casi tres veces menos!). Pero cuesta 1155 euros.
Ahora la pregunta es ¿a como nos sale un kWh? Según el ministerio (algo hay que suponer), sale a 0.14 euros. El cálculo es fácil, cada año nos ahorramos 114 kWh que son 20.16 euros. Tardaré 32 años en amortizarla si no me equivoco. En realidad, sería mucho más, si se tiene en cuenta el valor actual del dinero, los tipos de interés y esas cosas que tanto entretienen a los analistas financieros.
A cuenta no me sale, pero me fastidia tirar electricidad. Estaría dispuesto a hacerlo. ¿Pero cuanto va a durar? Entonces llamo a la tienda y les pregunto por el asunto de la goma. ¿Siguen como antes? La señora de la tienda se asombra de que nuestra secadora hubiera durado unos 10 años. Ahora duran mucho menos. A no ser que me compre una ultrafantástica y carísima. ¿Pero va con goma? Polvo somos...
Conclusión: Voy a comprar la más barata de la clase B. La obsolescencia programada desincentiva el ahorro de energía.
Comentarios
Hace un par de años la mía santísima y yo adquirimos una (Siemens precisamente) y no por un problema de pimientos, sino más bien un problema de abastecimiento con dos crías pequeñas y una suerte de inviernos húmedos que hemos venido teniendo incluso por aquí, por el sur. El caso es que yo estaba condicionado porque al no tener lugar externo donde colocarla o la evacuación, tenía que adquirir una de 'condensación' que entonces era lo último y más eficiente. El caso es que eso ríase usted de esos consumos estimados al año. Son para los programas que menos duran, menos consumen y para pocos secados a la semana. Tendría que saber el consumo exactamente multiplicar por el tiempo que dura el secado y multiplicarlo por el número de secados que realice al año y de hacerlo, créame, le saldrá una cifra mucho mayor. Pero no se moleste en hacerlo, que aún así no le trae a cuenta.
Fíjese que si trajera cuenta no habría ningún tipo de subvención destinada a mejorar la eficiencia energética de los electrodomésticos... y las hay. Porque además existe un déficit tarifario en España, es decir, las compañías eléctricas no nos repercuten todo el coste real de la energía eléctrica, y esa diferencia es 'abonada' por el estado, es decir, por to'kiski.
Así que tranquilamente se compra la intermedia, que si es más o menos como la nuestra, le va a ir bien, sin problemas de gomas, por lo menos más de dos años ;-)
Pero dos años no es nada para una goma. Veremos. Si Dios me da vida, espero poder asistir deportivamente al fin de nuestras secadoras. En caso contrario, si yo fallo antes que la goma ¿vendrá la secadora a mi entierro?
El Incomparable Buendía ya me ha revelado su deseo de que sus cenizas sean conservadas en un bote de Nesquick
...me he acordado de tus creaciones de juguetes,... :)
La conclusión es para sumarla a otras ya sabidas, por conocidas.
(no te enfades,...pero a medida que iba leyendo pensé que desde tu lado más sarcástico e irónico,...me temía que la opción final elegida y más 'sensata' sería la de cambiar o hacer un trueque de piso, sin pimientos asados de entresuelo, el televisor del vecino,...
...pero con balcones sin gomas que puedan resecarse,... :)
Besos.
B.N.C.M.
Le recomiendo utilice una sisí plegable, de las de toda la vida. Los motivos son obvios:
- se ahorraría ese engorroso y complicado cálculo de consumo energético y amortización del aparato
- haría un favor al medio ambiente, pues no emitiría ningún tipo de C02 ni gastaría electricidad
- las reparaciones, en caso que tuviese algún problema, se reducirían a cambiar alguna tuerca, a cambiar los hilos extendedores o alguna otra tarea infinitamente más sencilla que la que comenta vd en su artículo
- ahorraría espacio, pues la sisí le cabría detrás de cualquier armario y
- no deberá de socializar con dependientas/vendedoras que no tienen ni idea de las características de los productos que venden.
Tengo entendido que la industria aún no está lo suficientemente adelantada como para programar la obsolescencia de dicho objeto.
No les haga el juego, ¡por favor!
En Invierno o cuando llueve la cuelgo en la baranda de la escalera o en el comedor donde entra un buen sol de mediodia. De paso la casa gana algo de humedad ambiente y olor a suavizante.
En mi segunda residencia tengo una AEG de última generación que me va de película y no vaporiza, nada, de nada de nada.
Yo le recomendaría que se comprara otra AEG. Nosotros tenemos la Lavamat Turbo 14850 y va de cine.
Lo bueno siempre es bueno y dura.
Ejemplo: Hace 22 años que tenemos un lavavajillas Miele. Me da v ergüenza decir lo que costó pero está más que amortizado.
Lo bueno siempre fue caro. Pero comprar caro sale barato, aún hoy en día.
Digo yo, es una opinión subjetiva puesto que parte de una muestra de un sólo caso.
Saque sus propias conclusiones.