Wawona
(Esta entrada va sin foto)
Para sorpresa de los Europeos, que a nuestra manera también somos ignorantes, en Norte América todo es muy reciente. En 1876 el jefe Toro Sentado derrotó al general Custer. Esto sucedió poco después de la fiebre del oro, pero tan solo unos 30 años antes de que los hermanos Wright inventaran el avión.
De modo que 1830 es un pasado distante en Estados Unidos. Por aquellos tiempos se empezaron a encontrar ejemplares de una criatura extraordinaria, tan sorprendente como el Yeti pero dotada de existencia. Los nativos la denominaban Wawona. Era un árbol sagrado, de una altura y un grosor prodigiosos. Los americanos de origen europeo bautizaron aquellas fuentes de madera como sequoias y -como tal vez ya se imaginan- empezaron a talarlos. Pero no era fácil cortar semejantes troncos y optaron por derribarlos con dinamita. Los nativos, los indios de las películas de nuestra infancia, como eran salvajes, quedaron absolutamente horrorizados y trataron de persuadirles para que las respetaran. Cada árbol, al caer desde una altura tan grande, estropeaba a otros muchos y además la madera se rompía y resultaba en gran parte inservible. De modo que (aunque la paradoja resulta casi inverosímil) algunas se utilizaron ¡para hacer cerillas!. Como además no eran abundantes, es un milagro que se hayan preservado (y en España yo he visto derribar robles bicentenarios y usar la madera para hacer fuego o malvenderla por dos duros. Por suerte el buen Dios no nos dio la sequoia).
Pero ¿como son las sequoias?. Cuando el turista pasea por el Yosemite, encuentra unas coníferas enormes, más grandes que todo lo que haya visto anteriormente en Europa, y piensa que aquellos árboles deben ser las famosas sequoias. Y deambula admirado por el bosque, sorprendido y extrañado de que existan árboles tan grandes. Pero al cabo de un rato aparece un cartel diciendo "es ahora cuando vienen las sequoias", y al poco tiempo surgen unos árboles mágicos, que son gigantes entre los gigantes y que a simple vista ya se ve que son sagrados. Tienen la fuerza antigua y vertical de las columnas del tempo de Sunion, combinada con la presencia de un rascacielos. Pero que no pueden describirse ni mucho menos fotografiarse correctamente (*), hay que verlos. Se quedan grabados en la retina y unos días después, ya de regreso, al tratar de revivir esas imágenes el turista comprueba que el recuerdo le resulta doloroso. Y se pregunta si no hubiera sido mejor quedarse en casa.
(*) No pueden fotografiarse por varias razones. En primer lugar, apenas caben en el encuadre. Como aquella planta mágica que creció a partir de una judía, parece que tengan que sobrepasar las nubes y crecer hasta llegar a otro mundo. Una vez resuelto esto apuntando al cielo con un gran angular extremo, entonces no hay forma de encontrar una referencia visual que de idea de su tamaño. No sirve poner a una persona por que el angular la deforma y la referencia deja de ser válida. Finalmente, el problema más severo es la diferencia entre luces y sombras, que la cámara no puede registrar como los ojos. Por ejemplo, en el libro de Rowell sobre el Yosemite no hay ninguna foto de las sequoias.
Para sorpresa de los Europeos, que a nuestra manera también somos ignorantes, en Norte América todo es muy reciente. En 1876 el jefe Toro Sentado derrotó al general Custer. Esto sucedió poco después de la fiebre del oro, pero tan solo unos 30 años antes de que los hermanos Wright inventaran el avión.
De modo que 1830 es un pasado distante en Estados Unidos. Por aquellos tiempos se empezaron a encontrar ejemplares de una criatura extraordinaria, tan sorprendente como el Yeti pero dotada de existencia. Los nativos la denominaban Wawona. Era un árbol sagrado, de una altura y un grosor prodigiosos. Los americanos de origen europeo bautizaron aquellas fuentes de madera como sequoias y -como tal vez ya se imaginan- empezaron a talarlos. Pero no era fácil cortar semejantes troncos y optaron por derribarlos con dinamita. Los nativos, los indios de las películas de nuestra infancia, como eran salvajes, quedaron absolutamente horrorizados y trataron de persuadirles para que las respetaran. Cada árbol, al caer desde una altura tan grande, estropeaba a otros muchos y además la madera se rompía y resultaba en gran parte inservible. De modo que (aunque la paradoja resulta casi inverosímil) algunas se utilizaron ¡para hacer cerillas!. Como además no eran abundantes, es un milagro que se hayan preservado (y en España yo he visto derribar robles bicentenarios y usar la madera para hacer fuego o malvenderla por dos duros. Por suerte el buen Dios no nos dio la sequoia).
Pero ¿como son las sequoias?. Cuando el turista pasea por el Yosemite, encuentra unas coníferas enormes, más grandes que todo lo que haya visto anteriormente en Europa, y piensa que aquellos árboles deben ser las famosas sequoias. Y deambula admirado por el bosque, sorprendido y extrañado de que existan árboles tan grandes. Pero al cabo de un rato aparece un cartel diciendo "es ahora cuando vienen las sequoias", y al poco tiempo surgen unos árboles mágicos, que son gigantes entre los gigantes y que a simple vista ya se ve que son sagrados. Tienen la fuerza antigua y vertical de las columnas del tempo de Sunion, combinada con la presencia de un rascacielos. Pero que no pueden describirse ni mucho menos fotografiarse correctamente (*), hay que verlos. Se quedan grabados en la retina y unos días después, ya de regreso, al tratar de revivir esas imágenes el turista comprueba que el recuerdo le resulta doloroso. Y se pregunta si no hubiera sido mejor quedarse en casa.
(*) No pueden fotografiarse por varias razones. En primer lugar, apenas caben en el encuadre. Como aquella planta mágica que creció a partir de una judía, parece que tengan que sobrepasar las nubes y crecer hasta llegar a otro mundo. Una vez resuelto esto apuntando al cielo con un gran angular extremo, entonces no hay forma de encontrar una referencia visual que de idea de su tamaño. No sirve poner a una persona por que el angular la deforma y la referencia deja de ser válida. Finalmente, el problema más severo es la diferencia entre luces y sombras, que la cámara no puede registrar como los ojos. Por ejemplo, en el libro de Rowell sobre el Yosemite no hay ninguna foto de las sequoias.
Comentarios
Las maravillosas secuollas han llegado hasta nosotros, no porque el hombre americano sea más concienciado que el europeo, sino por que aquellas tierras son muy extensas y como se menciona en la entrada las grandes masas de población son relativamente recientes... Ya cuenta la historia americana con la pérdida de otras muchas especies en estos pocos años de historia de ese "monstruo de país"...
Felicitaciones por la carga de conciencia ecológica de la entrada. Aunque no llevara foto (por lo complicado del encuadre), no ha sido difícil imaginar esos maravillosos árboles. Saludos.
No solo impresiona su tamaño tb su edad, había algunos de casi 4000 años, pensar que ya eran árboles milenarios antes de los tiempos de cristo...
Para fotografiarlos vi un reportaje no hace mucho en la revista GEO en la que el fotografo colgado de un arnés había ido fotografiando con una lente normal todo el árbol por pedazos desde la altura de cada pedazo. Después hicieron un empalme de las fotos y quedaba bastante bién.
Qué envidia de experiencia. No te quepa duda que es mejor que hayas visto eso. Seguro que algun día volverás por ahí.
Supongo que este equilibrio estaba implementado como una especie de religión, dentro de la que la sequoia sería uno de tantos elementos sagrados, por su tamaño tal vez el más sagrado, como tu razonas.
Gracias por tu felicitación.
Si, la edad también impresiona mucho. No somos nada al lado de estos árboles. Pero como dice Muir "Cualquier idiota puede cortar un árbol" (lo cito de memoria).
Seguro que los Alerces también son muy impresionantes. Me gustaría ver esa foto.
Me gusta tu optimismo.. jeje, ojalá pudiera volver (ahora mismo lo veo difícil). Tu si que debes ir y creo que aprovecharás el viaje más que yo.
Adoro, ( osease, "soy adoradora") de los árbolesy su inigualable belleza ...
Un abrazo
De todas formas la agrimensura te debe permitir mucho tiempo en el campo.
Tengo algunos viejos apuntes de agrimensura cuando todavía se hacía con cadenas en segun que terrenos. También tengo unos apuntes de los aparatos que usaban los romanos. Como alucinarían con el teodolito láser y el GPS!
Salutacions.
Pero tu descripción es tan poderosa, esos templos de Sunion, ese dolor al separarse... Vi la película (basada en un hecho real) de una mujer de la limpieza en la europa de entreguerras, en un pueblo, que tenía un extraño instinto para la pintura y pintando fue innovadora y tremenda, esa mujer se subía a los árboles para encontrar paz y soportar sus sufrimientos y empezó pintando con pigmentos naturales que sisaba de aquí y allá. Al final se volvió psicótica
Tal vez por ignorancia le demos más importancia a lo raro que a lo habitual. Es más importante un árbol gigante que la hierba?
tus palabras nos han relatado la foto imposible, el tamaño, la diferencia de luces y sombras...
Algún día cuando lo vea en persona paseando por allí, me acordaré del buen Frikosal...
Espero que te hayas traído un poco de energía robada de esos grandes árboles. Es muy gratificante abrazar seres tan longevos.
Un amigo se escandalizaba de que le dijera que para el planeta no somos más importantes que un perro o una mosca. Lo miraba desde perspectiva de humano, claro.
¿Pero existen? Entre esta entrada y la otra que enlazas me he acabado creyendo que las sequoias son Dios.
Buena pregunta la de "igniszz". No creo que sea una cuestión de importancia. Todos los seres vivos tenemos una función y somos únicos y valisos, si bien es normal que nos impresione mucho más un árbol de 4.000 años y relativamente escaso que una hierba común. Quizás sea por ese anhelo de inmortalidad que solemos tener los seres humanos.
¿Qué tengo que hacer?
La agrimensura, en lo fundamental, no ha cambiado tanto.
Si que es posible que haya alguna en un jardín botánico, a mi me suena en uno que hay en Portugal (que está muy decadente pero precioso).
Impactado por la historia de la mujer que se volvió psicótica y por la película que contasteis ayer y por tanta energía como despliegas en todo. Un abrazo.
Esa pregunta de que es más importante es una trampa. El buen rollo beatífico nos obligaría a decir que es lo mismo un elefante que un mosquito, una brizna de hierba que una secuoia... pero tu míralos y dime que te parece.
Debes salir corriendo a verlas. Ahora el dólar está a tiro y quien sabe cuando se va a acabar el mundo. Espero que tengas más tiempo que yo para disfrutarlas.
Muchas gracias.
La gente se escandaliza cada uno por lo que quiere. Yo creo que en lo esencial si que somos como bichitos pero con todo ese rollo de la trascendencia y la creación ya me dirá Vd. Me dijo un cura que todo eso del evolucionismo era una excusa para poder hacer lo que quisieramos como los monos y los animalitos.
Existen !
Mad,
Es que las fotos a veces es mejor no ponerlas, lo siento.
Qué envidia que me da.
podíamos haber aprendido el respeto por la naturaleza de los indios "salvajes"
un saludo
No son tan grandes pero también son hermosos.
Ay, qué nostalgia más grande tengo. Ay, cuánta calor.
En mi pueblo lo único que tenemos grande y majestuoso son las mierdas.
Se agradece su comentario.