Sangre verde

Las cosas no siempre terminan bien para las libélulas recién emergidas. Como la sirenita, que murió al poco de perder su cola acuática, muchas de ellas pagan con la vida su ansia de salir del agua y reproducirse. Les dejo dos ejemplos.

UNO. Cuando todavía estaba sacando los ojos, esta larva empezó a sangrar (sangre verde de libélula moribunda). Y pronto acudieron varios insectos a devorarla. El dermáptero fue el primero. Ese animalito inocente con ojitos de notario, que nunca pareció que pudiera hacer mal, a la que tuvo ocasión fue a aprovecharse de la hipoteca impagada de la libélula. O tal vez fue al revés, ¿a lo mejor fue él quien acudió a atacar a la libélula y le causó la muerte, en lugar de simplemente aprovecharse de su mala suerte?

(No crean que hablo por hablar: tengo mis razones para sospechar que el dermáptero fue más que un simple carroñero: encontré a este otro ejemplar rondando una exuvia ya vacía - su propietario estaba en ese momento secando las alas. Pinchen -se lo ruego- para ver la foto más grande)

DOS. Esta sirenita eligió un mal lugar para su metamorfosis. Cuando todo parecía estar saliendo bien, al ponerse en pie perdió el equilibrio y cayó al agua.

Después de haberla estado observando durante casi una hora, el observador siente una gran empatía hacia su Anax imperator. De modo que tratamos de sacarla del agua para que no se ahogara, e incluso intentamos una cirugía para enderezarla in extremis. Pero fue en vano. Su esqueleto era todavía tan débil que el golpe con el agua y sus movimientos para evitar ahogarse la dejaron hecha un harapo que se retorcía de dolor, con un costado del tórax roto y las vísceras al aire.

Pero ¿no sigue siendo preciosa la libélula verde y muerta sobre la superfície de la charca? Dijo Muir:

On no subject are our ideas more warped and pitiable than on death. Instead of the sympathy, the friendly union, of life and death so apparent in Nature, we are taught that death is an accident, a deplorable punishment for the oldest sin, the arch-enemy of life, etc. Town children, especially, are steeped in this death orthodoxy, for the natural beauties of death are seldom seen or taught in towns.

Of death among our own species, to say nothing of the thousand styles and modes of murder, our best memories, even among happy deaths, yield groans and tears, mingled with morbid exultation; burial companies, black in cloth and countenance; and, last of all, a black box burial in an ill-omened place, haunted by imaginary glooms and ghosts of every degree. Thus death becomes fearful, and the most notable and incredible thing heard around a death-bed is, "I fear not to die."

But let children walk with Nature, let them see the beautiful blendings and communions of death and life, their joyous inseparable unity, as taught in woods and meadows, plains and mountains and streams of our blessed star, and they will learn that death is stingless indeed, and as beautiful as life, and that the grave has no victory, for it never fights. All is divine harmony.

Comentarios

David ha dicho que…
Solo una palabra: "alucinante"
J. Gállego ha dicho que…
Cuando era niño, solía recoger pajarillos caídos prematuramente de los nidos y trataba de sacarlos adelante: gorriones, vencejos, golondrinas, mirlos... casi todos me adoptaban como madre sustitutiva y me seguían dando saltitos con el pico abierto y agitando las alitas, comían bien, miga de pan masticada los gorriones, moscas las golondrinas, orugas y caracoles los mirlos... y casi todos morían al cabo de un tiempo... yo creía que era por alguna lesión producida en la caída, o porque la calidad o cantidad de alimento que les daba no era adecuada...

Pero un día alguien me reveló el secreto: los pájaros no morían como consecuencia de haberse caído del nido prematuramente, se habían caído del nido prematuramente porque iban a morir... "si quieres criar un pájaro no recojas uno que ha caído del nido, captura uno que siga en el nido, y verás como ese sí que vive", me dijo ese alguien...

Sospecho que la libélula no murió por caerse de la exuvia, sino que cayó porque estaba señalada, genética u ontogénicamente, para no sobrevivir...

El reportaje acerca de las libélulas es para quitarse el sombrero.
Le Mosquito ha dicho que…
Buenísimo, sí.
Lástima del final en sánscrito, del que me he enterado a medias.
ANZAGA ha dicho que…
Preciosa entrada, cargada de sensibilidad y de empatía hacía el mundo tan maravilloso de las libélulas. Universo que nos resulta cada vez menos ajeno gracias a sus aportaciones. Enhorabuena y gracias por transmitirnos su buenhacer.

Por otro lado, no quiero perder la oportunidad de decir que no comparto las palabras anteriores de "macroinstantes", donde en cierta forma se incita a que las gentes vayan a la búsqueda y captura de los polluelos en sus nidos. El otro día encontré a un niño de muy corta edad, que disponía de un juguete que a mi juicio, resultaba macabro. Un gorrioncillo volandón atado a un hilo...

La avecilla, ya no era un ser vivo sino un juguete, más bien parecía un yoyó, a juzgar como subia y bajaba con los zarandeos del niño en cuestión... Los animales no son juguetes, no nos cansaremos de decirlo...

Saludos.
Ars Natura ha dicho que…
Las libélulas siempre son preciosas y relatos como este hacen que las tengamos más cariño aún. No podemos proteger y querer algo que no conocemos.
Gracias por mostrarnos la vida oculta de estos seres vivos.
Paco Becerro ha dicho que…
Que bueno resultaría este super documental en fascículos que nos estás regalando, buenísimo.

Siguen siendo bellas, aún muertas, es fascinante el color verde tan ácido que tienen.

buenísimo.
J. Gállego ha dicho que…
Nada más lejos de mi intención que promover la captura de pajarillos, ni de ningún otro ser vivo. Quien alguna vez haya leído mi blog sabrá hasta que punto está errada tal sospecha. Si el comentario anterior puede ser interpretado de tan retorcido modo, ruego al administrador que lo borre de inmediato.

La historieta la contaba solo para ilustrar que muchas veces la relación causa efecto de los acontecimientos es la inversa a la que creemos ver, y que esos aparentes 'accidentes' responden a problemas previos, siendo los individuos sanos y fuertes, poco proclives a sufrirlos.

Sin embargo, ahora veo que la historia que he contado pertenece a otra época, mucho menos ñoña que la actual, en la que no fumaban sólo los malos de las películas, y en las zonas rurales, todos los niños teníamos una carabina de aire comprimido con el beneplácito y aprovación de nuestros progenitores. Eso ahora sería ciencia-ficción. Pido perdón por no haberme dado cuenta de que la historieta se había vuelto con el tiempo políticamente incorrecta.
J. Gállego ha dicho que…
Y pido también perdón por el 'aprovación' con 'v'. Ouch!!
Pantagruel ha dicho que…
Solo personas muy ancianas en su pleno juicio encaran la muerte como el inevitable complemento fructífero y gozoso de la vida. Para la naturaleza es así, y así podemos verlo, pero el poderoso "yo" que ha inventado nuestro cerebro es claro enemigo de esa armoniosa visión. Saludos.
Chabier Lozano ha dicho que…
No me digas eso de la sirenita que la única versión que conozco es la de la película de Walt Disney, y si le cuento este final a mi hija la traumatizo, con lo pasteloide que es esa película. Tendré que buscar una antología de cuentos de Andersen y enterarme que ocurrió relamente.
Fuera de bromas, tus conocimientos e imágenes sobre las libélulas ne están dejando anonadado. A ver si hasta pronto. Salut.
Erna Ehlert ha dicho que…
si, entra todo en la vida, hasta la muerte.
es un placer tu serie sobre las libélulas.
gracias.

un saludo
Angel ha dicho que…
Al ampliar la primera imagen me he dado cuenta del "cortapichas", yo diría que atacando a la libélula.

Muy buena la foto, la historia, la serie, en fin todo.

Saludos.
Joselu ha dicho que…
Pasé por aquí y me deleité con la historia, las fotos y los comentarios. Nada que añadir, salvo mi interés y placer en transitar esta página.
Guerrillera ha dicho que…
Al ver el título "sangre verde" me ha venido a la mente: ...la sangre verde debe ser la combinación de sangre azul y amarilla...o no? que saldría?


Felicidades por todos los articulos y fotos de libelulas estoy impresionada!!!
Lienzo tierra ha dicho que…
Bonita entrada, pero me cuesta mucho aceptar que la muerte sea tan bella como la vida. Ojalá nos hubiesen eseñado a aceptar que algún día hay que morir como algo natural. No lo viviríamos de una forma tan trágica, pero ¿por qué nadie nos prepara para eso?
Amig@mi@ ha dicho que…
¿Te he contado que soy experta en resucitar saltamontes que caen a la piscina en verano?
Les hago la respiracion artificial ...
jaja
En serio he resucitado a más de uno moviéndoles las patas y friccionandoles el torax a la par. Acaban escupiendo el agua tragado y vuelven a andar ( imagino que después saltarán,pero en esos momentos, sólo caminan ;))

Tus últimos posts sobre libélulas son geniales.
Un abrazo
Pantagruel ha dicho que…
Mamem, en verdad, en verdad te digo que lo dificil no es aceptar la muerte, sino la enfermedad, que supone dolor y dependencia.
Lienzo tierra ha dicho que…
Sí, supongo que la muerte liberará en ciertos momentos en que la vida se torna insoportable. Vale, me has abierto los ojos, ahora ya no me da miedo sólo la muerte, sino también la enfermedad. Lo hemos acabado de arreglar, uff :-(.

(Te hablo en tono de broma pero tienes mucha razón) Saludos Pantagruel ;-)
frikosal ha dicho que…
Si que tiene razón Panta. La muerte como algo abstracto (simplemente dejar de existir) es algo mucho más asumible que los dolores y las miserias de la enfermedad.

Por eso mismo, si se supiera que el derecho a una muerte digna, indolora y voluntaria está garantizado, la vida resultaría mucho más tranquila. Sin embargo, algunas personas no entienden este punto de vista y la legislación parece que les da la razón.
Lienzo tierra ha dicho que…
Muy cierto. Todos firmaríamos ahora mismo una muerte en esas condiciones.
Pantagruel ha dicho que…
Bueno, cuando veo a gente que vive en casas formidables en sitios paradisíacos, con valiosos objetos que coleccionaron a lo largo de su vida,... pienso, joder, que rabia le debe dar morirse. Así que ir ligerito de equipaje seguro que ayuda llegada la hora ;-)
igniszz ha dicho que…
Cómo disfruto con estas entradas en las que tantas cosas aprendo mientras contemplo unos documentos de primera.
Arte+ciencia+filosofía=?
Cuál es su cátedra, Dr. Friko?
Anónimo ha dicho que…
Estas últimas me dejan frotándome los ojos.
Siempre un paso más allá.
Jesús A.
NoSurrender ha dicho que…
desde luego, la naturaleza es muerte y destrucción, a todos los niveles. La belleza no es ajena al curso de la vida y la muerte, y los urbanitas como yo tendemos a olvidarlo.

Un saludo!
Antígona ha dicho que…
Uff, Frikosal, entiendo lo que quieres decir, entiendo las palabras de Muir. Pero es que nosotros no somos naturaleza. Por eso nos hemos inventado un mundo en el que el valor de la vida se disocia de la muerte necesaria para esa vida.

El engaño tiene una vertiente positiva: la sociedad tratará de defenderme de quien no respete mi propia vida, la mía individual, que vale tanto o tan poco como la de cualquier otro. Pero también una negativa: la dificultad para aceptar que un día, tarde o temprano, tendremos que morir.

Un saludo
Pantagruel ha dicho que…
Antígona, nosotros no somos naturaleza? Eso parece muy interesante. Se nota que eres de letras ;-)
Miguel ha dicho que…
Me parece admirable y alucinante las pequeñas (o grandes) historias que eres capaz de contar simplemente armado con tu cámara fotográfica, tu paciencia y tu saber. Enhorabuena por tus posts. Son una maravilla.
P.D. Yo, de pequeño, hace ya de eso más de cuarenta años, era un gran cazador de libélulas (pixavins) y caballitos del diablo (parots)
Un abrazo.
Le Mosquito ha dicho que…
Hoy, Mosquita y yo hemos podido contemplar el espectáculo en directo y en primera fila. Paseo por el río Tietar, a los pies de Gredos y Piedralaves (Pied Al Aves = al pie de la montaña, más o menos).
Estaba pegada a una roca (había más sin eclosionar) y llegamos cuando ya tenía medio cuerpo fuera. Las contraccciones parecían muy humanas. Un leve empujón cada minuto, aproximadamente. Nos pareció un esfuerzo titánico. Conmovedor.
Le Mosquito ha dicho que…
¡Ah...! Pero no llevaba la cámara encima, sólo nuestra memoria.
Belnu ha dicho que…
Sí, esa belleza es innegable, y tiene razón Muir

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