Quedarse en palacio
La avispa alfarera construye esta vasija de barro para sus descendientes. La llena de presas paralizadas pero vivas y deposita los huevos dentro, para que puedan devorarlas y no les falte de nada en la infancia. Pero tarde o temprano crecen y deben abandonar el palacio.
Yo suelo comer en el restaurante chino Pekin, que con su infame menú del día a 5.25, lleva años desafiando a la inflación y al mismo tiempo destruyendo mi estómago. Pero a veces me aventuro un poco más lejos, a un pequeño local donde por 9 euros se come bien a diario y algunos días, según la inspiración del chef, se alcanza un modesto cielo gastronómico.
El desplazamiento en busca del menú celestial tiene un inconveniente: siempre que voy, inevitablemente, me cruzo en la calle con un hombre que tiene un horrible tumor en la frente. De color morado, le crece encima del ojo derecho y se proyecta hacia delante con unos tubérculos negruzcos que se extienden hasta más allá de la nariz.
Esta visión súbita de la enfermedad cuando yo en realidad esperaba pasar un rato tranquilo leyendo el periódico y comiendo mejor de lo normal, me suele hacer pensar en la maravillosa historia de Siddhartha, aquél que alcanza lo que se propone. Su padre le encerró en un suntuoso palacio donde todo era belleza, salud y juventud, tratando de evitar que contemplara los principales males que afligen a los hombres: la miseria, la enfermedad, la vejez y la muerte.
Algunos dicen que esta reclusión fue para evitar que el joven Siddhartha desarrollara interés por los asuntos espirituales, pero yo (ahora que acaban de pasar los Reyes Magos por mi casa) prefiero pensar que el padre urdió este engaño solamente para que su hijo fuera feliz. En cualquier caso, fue en vano. Siddhartha salió del palacio y contempló la miseria del mundo. A los 30 años, estando casado y siendo él mismo padre de un hijo, abandonó definitivamente el palacio vestido con harapos y dispuesto a resolver nada menos que el problema del sufrimiento humano.
Después de pasar por etapas fallidas de un severo ascetismo, la solución le fue revelada estando debajo de una higuera en una noche de luna llena. A partir de aquel momento en que alcanzó el Nirvana, le llamaron Buda, el despierto, el iluminado.
Hay que hacer notar que otros antes y después que él han alcanzado ese estado. La diferencia es que Buda enseñó su solución, el Budismo. Murió a los 80 años de muerte natural. Russell dice que sus discípulos le creían inmortal pero él, ya muy enfermo, se reía a carcajadas de esta creencia.
Ahora parece que el Budismo está de moda. Yo no estoy seguro de haberlo entendido, pero tal vez es por que me parece que el problema del sufrimiento humano no tiene solución. Si acaso, algún parche temporal, como por ejemplo quedarse en el palacio.
Yo suelo comer en el restaurante chino Pekin, que con su infame menú del día a 5.25, lleva años desafiando a la inflación y al mismo tiempo destruyendo mi estómago. Pero a veces me aventuro un poco más lejos, a un pequeño local donde por 9 euros se come bien a diario y algunos días, según la inspiración del chef, se alcanza un modesto cielo gastronómico.
El desplazamiento en busca del menú celestial tiene un inconveniente: siempre que voy, inevitablemente, me cruzo en la calle con un hombre que tiene un horrible tumor en la frente. De color morado, le crece encima del ojo derecho y se proyecta hacia delante con unos tubérculos negruzcos que se extienden hasta más allá de la nariz.
Esta visión súbita de la enfermedad cuando yo en realidad esperaba pasar un rato tranquilo leyendo el periódico y comiendo mejor de lo normal, me suele hacer pensar en la maravillosa historia de Siddhartha, aquél que alcanza lo que se propone. Su padre le encerró en un suntuoso palacio donde todo era belleza, salud y juventud, tratando de evitar que contemplara los principales males que afligen a los hombres: la miseria, la enfermedad, la vejez y la muerte.
Algunos dicen que esta reclusión fue para evitar que el joven Siddhartha desarrollara interés por los asuntos espirituales, pero yo (ahora que acaban de pasar los Reyes Magos por mi casa) prefiero pensar que el padre urdió este engaño solamente para que su hijo fuera feliz. En cualquier caso, fue en vano. Siddhartha salió del palacio y contempló la miseria del mundo. A los 30 años, estando casado y siendo él mismo padre de un hijo, abandonó definitivamente el palacio vestido con harapos y dispuesto a resolver nada menos que el problema del sufrimiento humano.
Después de pasar por etapas fallidas de un severo ascetismo, la solución le fue revelada estando debajo de una higuera en una noche de luna llena. A partir de aquel momento en que alcanzó el Nirvana, le llamaron Buda, el despierto, el iluminado.
Hay que hacer notar que otros antes y después que él han alcanzado ese estado. La diferencia es que Buda enseñó su solución, el Budismo. Murió a los 80 años de muerte natural. Russell dice que sus discípulos le creían inmortal pero él, ya muy enfermo, se reía a carcajadas de esta creencia.
Ahora parece que el Budismo está de moda. Yo no estoy seguro de haberlo entendido, pero tal vez es por que me parece que el problema del sufrimiento humano no tiene solución. Si acaso, algún parche temporal, como por ejemplo quedarse en el palacio.
Comentarios
Cuesta tan poco hacer felices a los demás...pero cuesta menos todavia hacerlos sufrir.
Si bién no podemos eliminarlo de nuestras vidas, nos podriamos ahorrar una buena dosis.
Deberia de ser desterrado es el sufrimiento gratuito, o aquel que se crea en terceras personas a cambio del gozo de otras.
En cuanto a la foto, es de estudio? o ese fondo degradado del rojo al negro es natural?
-th
Si. Pero la historia de Buda se refiere al sufrimiento grande, al inevitable que no es culpa de nadie que te putea.
Th,
Si, es de "estudio". Es la mesa de nuesto comedor, es roja. El degradado es por la iluminación. Es que me hace falta un fondo para hacer fotos en casa. ¿Queda alguna tienda de ropa a metros? Busco tela negra que no refleje nada de luz y ropa de camuflaje.
Tengo que recordar donde hay una anforita de estas por la casa, y está entera!!.
No me puedo creer que no encuentres ropa de camuflaje, inunda las calles y las tiendas, aprovecha antes de que pase la moda.
Feliz año frikosal.
Si está entera es que el bicho no salió, algo falló. A no ser que todavía esté creciendo.
Ropa confeccionada de camuflaje hay en todas partes, lo que yo busco es la tela a metros, sin cortar. No se si quedan tiendas de estas y si las hay venden ropa de lujo, satén y cosas asi.
Muy interesante tu blog y hermosas tus fotografías!
Regresaré!!!
Lo único que puede variar es la forma en la que reaccionamos ante él, que puede ir desde los que no lo soportan y se suicidan, hasta los que llegan incluso a superarlo, pasando por los que encuentran algún tipo de alivio o consuelo.
Gracias por exponer de una manera clara y abierta estos temas "Friko".
Se me permita la cita de un buen amigo.
Jesús A.
Cuando quiera.
Pedro,
La suerte puede aumentarlo.. o no, mira a una cantante famosísima americana, no me acuerdo como se llama, que está al borde del suicidio. Ella tan guapa, joven, talentosa y rica: su vida es un asco.
Mad,
De nada. Algunos si que prometen solucion. El Budismo, por ejemplo. El cristianismo relativiza los males en esta vida frente a la prespectica de la vida eterna en el cielo o el infierno (antes, ahora parece que se insite menos en este punto).
Jesus,
¿Es tu amigo del que tanto me hablaste? (Perdona, soy fatal para los nombres)
Nmp,
A mi me has hecho reir. Es lógica la broma, por algo empiezo con un chino.
Lo bueno del budismo es que a diferencia de las religiones monoteístas habituales, no suele decir ninguna tontería, es más filosófico y para mí tiene sentido. Yo no soy budista, y la verdad que conozco gente horrible creyentes de todas las religiones, budismo incluido. Pero los textos y ritos budistas me gustan.
Si, yo creo el budismo es bonito, no creo que sea solamente su exotismo lo que nos atrae. A mi (por lo que lo conozco) me gusta mucho más que otros sistemas. No se si es propiamente una religion. La escena del gurú de avanzada edad, en paz con todos, enfermo de muerte y riendose de los discipulos que lo consideraban inmortal me parece fantástica. Y la leyenda fundacional la encuentro preciosa.
Yo considero que lo de "librarse de las reencarnaciones" simplemente significa no creer en ellas. Además, intentó complementar o reemplazar al hinduismo, que es en teoria es maravilloso pero en la práctica tiene algunas cosas fatales.
Pero ¿este desapego que propone no es una forma de evadirse de todo? a los que lo consiguen ¿no acaba dejandoles auto-insensibilizados? ¿es esta la solución a las angustias que vio Siddarta al salir del palacio?
Gentes de todas clases las hay en todas partes. Recuerdo a un amigo tailandés, budista, un tipo muy divertido, me lo explicó desde su punto de vista, fueron conversaciones muy interesantes.
Los ritos no los conozco.
Muchas gracias!
Este anhelo que todos tenemos (o por lo menos yo) de no ser conscientes de la miseria, preferir quedarse en el palacio..
Alguien dijo que los que no tienen ninguna fe en Dios y poca en los hombres suelen recurrir a las drogas, que son palacios sintéticos. A veces, con receta.
Regalo envenenado, la consciencia.
Gyorch,
De piedra me dejas con tu historia! Prefiero no pensarlo.