Rano Raraku, el epicentro del enigma
(Esta entrada está programada. He tenido que salir pero tan pronto como me sea posible, publicaré las respuestas, la solución de la tercera prueba y el nombre del ganador/a del premio tangible).
(Pinchen las fotos, se lo ruego, para verlas mejor).
En Rapa Nui, una pequeña isla perdida en mitad del océano, surgió una cultura capaz de erigir unos monumentos absolutamente impactantes. En su momento de máximo esplendor, esta cultura desarrolló y utilizó un sistema de escritura jeroglífico absolutamente original, el rongo rongo, que todavía no ha podido ser descifrado. Posiblemente se empleó tan solo con fines rituales, pero ¿no debió ser ese el origen de la escritura en muchos lugares? Había una escuela de sacerdotes donde los niños aprendían el difícil arte de la talla de tablillas rongo rongo. Y si pinchan en el anterior enlace, en la Wikipedia viene una historia de los intentos de interpretación de los rongo rongo que parece obra del mismo Borges. Y les advierto que si la leen van a sentir la necesidad de ir a la isla.
Fue una sociedad organizada y obsesionada con la construcción de moais, que eran monumentos funerarios en realidad utilizados para reforzar el prestigio de sus autores. Pero de repente, como por arte de magia, todo esto entró en un rápido declive. Como si sus autores hubieran sido fulminados por un rayo o una bomba de neutrones (*). Se abandonó la talla y el transporte de numerosos moais, que quedaron inconclusos en el mismo lugar de su elaboración (**). Más tarde, absolutamente todos los moais fueron derribados. ¿Por qué?.
Esa cantera donde los moais quedaron a medio construir es Rano Raraku, para mi, el epicentro del enigma.
Rano Raraku es el epicentro del enigma. Al atardecer, los moais abandonados parecen querer contarnos una historia. Algunos todavía están durmiendo dentro de la roca, pero con las facciones ya talladas. Otros están terminados, a punto de ser transportados pero medio sepultados en la tierra. Al atardecer los pájaros chillan estruendosamente y los últimos turistas van abandonando el lugar. En ese momento, en plena soledad, uno siente que acariciando esa piel de los moais, nacarados de líquenes, nos sentiríamos transportados a otro mundo que ya jamás se podrá reconstruir.
Si se pudieran tocar, claro. En realidad ahora no está permitido ni siquiera acercarse a ellos. Desde lejos, con un grito furioso los Rapa Nui advierten al visitante de que no debe abandonar el sendero. En Grecia, algunas ruinas griegas están menos protegidas.
Por desgracia, el próximo año habrá un eclipse de sol visible desde allí y eso va a congregar a un enorme número de turistas. Y puede ser el principio del fin, la llegada de Walt Disney a Rapa Nui, la plastificación absoluta de un lugar que ahora mismo es maravilloso y en ciertos aspectos, salvaje.
Pero yo estaba en Rano Raraku para fotografiar los moais debajo de la Vía Láctea. Y el cielo estaba cubierto de nubes.
(*) Para la juventud que no ha vivido la pesadilla de la guerra fría, la bomba de neutrones es un artefacto radioactivo que mata a las personas pero no destruye las construcciones.
(**) Al parecer, a partir de ese momento el campo de batalla simbólico pasó a ser la ceremonia del hombre-pájaro en Orongo. Pero ese ritual, con ser impresionante, no hubiera hecho de la isla un lugar especial en el mundo.
(Pinchen las fotos, se lo ruego, para verlas mejor).
En Rapa Nui, una pequeña isla perdida en mitad del océano, surgió una cultura capaz de erigir unos monumentos absolutamente impactantes. En su momento de máximo esplendor, esta cultura desarrolló y utilizó un sistema de escritura jeroglífico absolutamente original, el rongo rongo, que todavía no ha podido ser descifrado. Posiblemente se empleó tan solo con fines rituales, pero ¿no debió ser ese el origen de la escritura en muchos lugares? Había una escuela de sacerdotes donde los niños aprendían el difícil arte de la talla de tablillas rongo rongo. Y si pinchan en el anterior enlace, en la Wikipedia viene una historia de los intentos de interpretación de los rongo rongo que parece obra del mismo Borges. Y les advierto que si la leen van a sentir la necesidad de ir a la isla.
Fue una sociedad organizada y obsesionada con la construcción de moais, que eran monumentos funerarios en realidad utilizados para reforzar el prestigio de sus autores. Pero de repente, como por arte de magia, todo esto entró en un rápido declive. Como si sus autores hubieran sido fulminados por un rayo o una bomba de neutrones (*). Se abandonó la talla y el transporte de numerosos moais, que quedaron inconclusos en el mismo lugar de su elaboración (**). Más tarde, absolutamente todos los moais fueron derribados. ¿Por qué?.
Esa cantera donde los moais quedaron a medio construir es Rano Raraku, para mi, el epicentro del enigma.
Rano Raraku es el epicentro del enigma. Al atardecer, los moais abandonados parecen querer contarnos una historia. Algunos todavía están durmiendo dentro de la roca, pero con las facciones ya talladas. Otros están terminados, a punto de ser transportados pero medio sepultados en la tierra. Al atardecer los pájaros chillan estruendosamente y los últimos turistas van abandonando el lugar. En ese momento, en plena soledad, uno siente que acariciando esa piel de los moais, nacarados de líquenes, nos sentiríamos transportados a otro mundo que ya jamás se podrá reconstruir.
Si se pudieran tocar, claro. En realidad ahora no está permitido ni siquiera acercarse a ellos. Desde lejos, con un grito furioso los Rapa Nui advierten al visitante de que no debe abandonar el sendero. En Grecia, algunas ruinas griegas están menos protegidas.
Por desgracia, el próximo año habrá un eclipse de sol visible desde allí y eso va a congregar a un enorme número de turistas. Y puede ser el principio del fin, la llegada de Walt Disney a Rapa Nui, la plastificación absoluta de un lugar que ahora mismo es maravilloso y en ciertos aspectos, salvaje.
Pero yo estaba en Rano Raraku para fotografiar los moais debajo de la Vía Láctea. Y el cielo estaba cubierto de nubes.
(*) Para la juventud que no ha vivido la pesadilla de la guerra fría, la bomba de neutrones es un artefacto radioactivo que mata a las personas pero no destruye las construcciones.
(**) Al parecer, a partir de ese momento el campo de batalla simbólico pasó a ser la ceremonia del hombre-pájaro en Orongo. Pero ese ritual, con ser impresionante, no hubiera hecho de la isla un lugar especial en el mundo.
Comentarios
A propósito del comentario que haces sobre el turismo masivo les incluyo un link (que necesariamente tendrán que copiar y pegar en el buscador), donde se da cuenta de algún esfuerzo por controlar este tema.
http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/pascuenses-aprueban-reforma-constitucional-para-controlar-turismo/
Las tablillas de RongoRongo confirman la conexión extraterrestre. Solo hay que verlas.
Gracias por acercar Rapa Nui a la orilla cibernética, frikosal.
Desde luego tu has sido viajero, y además cronista, que no turista.
Esperemos que el eclipse no altere el futuro de esta maravilla, preservada por su lejanía.
Un abrazo, agradecido por el viaje que nos estás regalando, con esta preciosa crónica.
Gracias Dr.F
Las fotos son maravillosas, pero sin los textos... y viceversa.
Tienes un blog en el que TODO ES CULTURA DE ALGO NIVEL.
Un abrazo y gracias por compartir.