El preocupante silencio de las estrellas
Foto: Vía Láctea y estrella fugaz, ¿como nosotros?.
Entre tantas estrellas que se ven en la noche, ¿no habrán otros planetas con vida? y entre esos planetas poblados de extrañas criaturas ¿no habrán otras inteligentes como nosotros que en este momento se estén preguntando lo mismo?.
La pregunta es buena, en mi opinión esta es LA pregunta, tal vez la más importante, por que su respuesta está relacionada directamente con nuestra propia supervivencia, como espero poder explicar a continuación.
Simplifiquemos por un momento, evitemos entrar en consideraciones acerca de que significa "inteligencia" y cambiemos la pregunta por "¿no habrán otras civilizaciones tecnológicas como la nuestra?". El cambio es grande, y deja fuera de nuestra consideración la existencia de planetas poblados por (digamos) devotos cetáceos, colonias de insectos sociales de mente distribuida sin ningún interés por la técnica, etcétera. Pero nuestra más modesta pregunta tiene la ventaja de que potencialmente podría resolverse, si se pudiera detectar una señal de radio de origen extraterrestre. También, por razones prácticas, nos centramos exclusivamente en nuestra galáxia. El resto del universo está demasiado lejos.
Como sabréis, esto ya se ha intentado en el llamado programa SETI. Parece ser que la capacidad tecnológica actual permitiría detectar civilizaciones análogas a la nuestra, o más avanzadas, en un radio bastante grande, en base a escuchar sus señales de radio (y televisión, claro está). Pero todos los intentos serios han fracasado hasta el momento.
Esto es lo que se conoce como paradoja de Fermi. Deberíamos poder detectarles, pero no les detectamos. Hay numerosas respuestas al enigma: los planetas capaces de sostener vida son poco abundantes, las sociedades tecnológicas son raras, no utilizan señales de radio, utilizan el espectro radioeléctrico de otro modo, se ocultan, etc, etc.
La ecuación de Frank Drake cuantifica lo anterior. Parte del número de estrellas en la galaxia (aproximadamente conocido) y lo multiplica sucesivamente por la probabilidad de que haya planetas, de que sean adecuados para la vida, de que la vida realmente se desarrolle, de que sea inteligente y que sea tecnológica. Pero hay otro factor, que es el terrible, y tiene que ver con la duración de las civilizaciones desde el descubrimiento de la radio hasta su autodestrucción. En nuestro caso, la vida se originó hace 4000 millones de años, la vida inteligente hace (digamos) 200.000, las primeras emisiones de radio unos 100 años. Y tal vez en unas pocas décadas dejemos de existir como emisores de radio... o dejemos de existir por completo.
Durante la guerra fría, esta fue la respuesta de Fermi al enigma: 4000 millones de años desde la primera forma de vida hasta la invención de la radio, 100 años escasos hasta la autodestrucción termonuclear. La civilización sería pues como una estrella fugaz en la galaxia, o como una supernova, una explosión de creatividad técnica (y también cultural, artística, etc, pero estas no serían observables) seguida de un fogonazo nuclear. Y después el silencio. Tal vez, miles de millones de años después, el planeta podría albergar otras civilizaciones.
Ahora tenemos más razones para ser pesimistas. No solamente una guerra nuclear puede exterminarnos. A fuerza asfaltar y de emitir CO2, también podemos transformar la Tierra en algo parecido a Venus, con temperaturas superficiales de 400 grados. También, un virus podría aniquilarnos a casi todos y retrocedernos a la edad de piedra, pero esto en (digamos) 100.000 años más se arreglaría, por lo que es una hipótesis optimista.
Así pues, no se trata de saber si nosotros vamos a desaparecer. También debemos preguntarnos si inevitablemente la vida lleva a la inteligencia y esta a la autodestrucción. Conocer con mayor certeza algunas de las probabilidades de la ecuación de Drake podría ser importante. Si se encontraran trazas de antiguos seres unicelulares en Marte, la hipótesis terrible de la destrucción inevitable ganaría peso. Pero si se encontrasen señales de radio extraterrestres sería un gran alivio.
Hay otras posibilidades, otras respuestas para el silencio de las estrellas. La explicación de Miller a la inteligencia implica que es una excepción (por cierto, ¿la obra de Miller no interesa a nadie en España? Señores editores, a ver si alguien traduce The mating mind). Pero la respuesta de Fermi a mi me parece cada día más plausible. Y lo que me preocupa no es nuestra extinción en si, si no que la extinción sea lo normal.
Entre tantas estrellas que se ven en la noche, ¿no habrán otros planetas con vida? y entre esos planetas poblados de extrañas criaturas ¿no habrán otras inteligentes como nosotros que en este momento se estén preguntando lo mismo?.
La pregunta es buena, en mi opinión esta es LA pregunta, tal vez la más importante, por que su respuesta está relacionada directamente con nuestra propia supervivencia, como espero poder explicar a continuación.
Simplifiquemos por un momento, evitemos entrar en consideraciones acerca de que significa "inteligencia" y cambiemos la pregunta por "¿no habrán otras civilizaciones tecnológicas como la nuestra?". El cambio es grande, y deja fuera de nuestra consideración la existencia de planetas poblados por (digamos) devotos cetáceos, colonias de insectos sociales de mente distribuida sin ningún interés por la técnica, etcétera. Pero nuestra más modesta pregunta tiene la ventaja de que potencialmente podría resolverse, si se pudiera detectar una señal de radio de origen extraterrestre. También, por razones prácticas, nos centramos exclusivamente en nuestra galáxia. El resto del universo está demasiado lejos.
Como sabréis, esto ya se ha intentado en el llamado programa SETI. Parece ser que la capacidad tecnológica actual permitiría detectar civilizaciones análogas a la nuestra, o más avanzadas, en un radio bastante grande, en base a escuchar sus señales de radio (y televisión, claro está). Pero todos los intentos serios han fracasado hasta el momento.
Esto es lo que se conoce como paradoja de Fermi. Deberíamos poder detectarles, pero no les detectamos. Hay numerosas respuestas al enigma: los planetas capaces de sostener vida son poco abundantes, las sociedades tecnológicas son raras, no utilizan señales de radio, utilizan el espectro radioeléctrico de otro modo, se ocultan, etc, etc.
La ecuación de Frank Drake cuantifica lo anterior. Parte del número de estrellas en la galaxia (aproximadamente conocido) y lo multiplica sucesivamente por la probabilidad de que haya planetas, de que sean adecuados para la vida, de que la vida realmente se desarrolle, de que sea inteligente y que sea tecnológica. Pero hay otro factor, que es el terrible, y tiene que ver con la duración de las civilizaciones desde el descubrimiento de la radio hasta su autodestrucción. En nuestro caso, la vida se originó hace 4000 millones de años, la vida inteligente hace (digamos) 200.000, las primeras emisiones de radio unos 100 años. Y tal vez en unas pocas décadas dejemos de existir como emisores de radio... o dejemos de existir por completo.
Durante la guerra fría, esta fue la respuesta de Fermi al enigma: 4000 millones de años desde la primera forma de vida hasta la invención de la radio, 100 años escasos hasta la autodestrucción termonuclear. La civilización sería pues como una estrella fugaz en la galaxia, o como una supernova, una explosión de creatividad técnica (y también cultural, artística, etc, pero estas no serían observables) seguida de un fogonazo nuclear. Y después el silencio. Tal vez, miles de millones de años después, el planeta podría albergar otras civilizaciones.
Ahora tenemos más razones para ser pesimistas. No solamente una guerra nuclear puede exterminarnos. A fuerza asfaltar y de emitir CO2, también podemos transformar la Tierra en algo parecido a Venus, con temperaturas superficiales de 400 grados. También, un virus podría aniquilarnos a casi todos y retrocedernos a la edad de piedra, pero esto en (digamos) 100.000 años más se arreglaría, por lo que es una hipótesis optimista.
Así pues, no se trata de saber si nosotros vamos a desaparecer. También debemos preguntarnos si inevitablemente la vida lleva a la inteligencia y esta a la autodestrucción. Conocer con mayor certeza algunas de las probabilidades de la ecuación de Drake podría ser importante. Si se encontraran trazas de antiguos seres unicelulares en Marte, la hipótesis terrible de la destrucción inevitable ganaría peso. Pero si se encontrasen señales de radio extraterrestres sería un gran alivio.
Hay otras posibilidades, otras respuestas para el silencio de las estrellas. La explicación de Miller a la inteligencia implica que es una excepción (por cierto, ¿la obra de Miller no interesa a nadie en España? Señores editores, a ver si alguien traduce The mating mind). Pero la respuesta de Fermi a mi me parece cada día más plausible. Y lo que me preocupa no es nuestra extinción en si, si no que la extinción sea lo normal.
Comentarios
El gran problema es que ciertos estados de integración e interacción de la materia a veces se vuelven entrañables y nos apena su desaparición. Pero también nuestros sentimientos son epifenómenos de otras combinaciones materiales como son las neuronas.
Somos - todo es - combinación aleatoria. En vez de llorar por la desaparición de las interacciones que conocemos habrá que asumir que necesariamente se darán, por dinámica físico-química, otras nuevas combinaciones. Quizás para nadie, pero este proceso será inevitable.
Sigo pensando.Inuit con dilema.
Auroras a la luz de sus luces.(dicen que sí que hablan)
Menos mal que tu cámara logra captar muchos de esos instantes mágicos.
En mi fuero interno, estoy absolutamente convencido de que es imposible que estemos solos...
Lo contrario me parece puro egocentrismo...
Un saludo, amigo...
Pero hay algo que me quedó latente, y que pienso siempre no podemos ser tan sabios como para visitar otros planetas o intentarlo y que seamos los unicos "listos" del sistema palnetario con la cantidad de planetas que hay y los que deben faltar descubrir...
La destrucción del planeta es responsabilidad nuestra asique bien puede ser que sea "normal" la extinción...
Peor mientras llega ese momento no dejes de deleitarnos con tus post!!!
Besitos y espero que estes disfrutando de las vacaciones!!!!
¿Inteligencia? ¿Es una especie inteligente la que camina hacia su destrucción? Si queremos buscar especies inteligentes ¿no deberiamos buscar tambien en la tierra? ¿No son las plantas, que incorporan la energia del sol y reciclan su producción de CO2 los seres más inteligentes? ¿Por que no intentamos comunicarnos con las plantas, o al menos aprender de ellas?
Bahhhh, demasiadas preguntas... yo sigo haciendo fotos a bichos, que es lo que me gusta.
Saludosssss
El hecho de que sea más avanzada tecnològicamente no garantiza su supervivencia, que depende en gran medida del uso que se de a esa tecnologia.
Creo que lo que salvaria a una civilización serian los avances -no en tecnologia- en la mentalidad de los individuos, y parece ser que no han cambiado mucho las cosas en ese sentido desde la edad de piedra. Puede que como consecuencia de nuestro rastro genético. Puede que para garantizar la supervivencia diaria la evolución nos ha dotado de unas características que nos llevan a la autodestrucción como colectivo a largo plazo.
Por el momento, el envejecimiento de la población en los paises "desarrollados" y la explosión de la demografia en los paises emergentes no depara un futuro nada halagüeño.
Parece lógico pensar que la autodestrucción de las civilizaciones es un mecanismo de regulación natural que compensa el excesivo éxito de las mismas al problema de recursos limitados.
Volviendo a la fotografia que nos presentas (que por cierto, no nos explicas cómo la has realizado), no puedo dejar de pensar que si, que somos estrellas fugaces en el firmamento, y la probabilidad de que dos estrellas fugaces coincidan es bastante remota.
Aaaaagggggg...!!!!
En fi, petons, dels bons.