Nymphalis polychloros
No me puso las cosas fáciles esta mariposa (que es la Nymphalis polychloros, aunque yo pensaba que era la Aglais urticae y el amigo Pep Monterde me ha corregido). Yo llegué tarde a la cita, por que el día anterior había estado persiguiendo buitres, gotas de agua y estrellas. De modo que ella ya estaba totalmente activa.
Dos horas me costó cortejarla. Ella volvía siempre al mismo roble, a comer savia de una herida. Por golosa, al final pude robarle el perfil.
Pero sorprenderla en su máximo esplendor, con las alas abiertas, no fue fácil. Más de cien veces lo intenté, siempre se asustaba. Al fin, conseguí ser infinitamente lento. Escondiendome detrás de la cámara pude acercarme lo suficiente para ver su color secreto y sus escamas más íntimas perfectamente enfocadas en el visor.
Son momentos muy especiales. No creo que Su Majestad disfrute tanto cazando osos como yo fotografiando insectos.
Pero todo esto no va a servir para nada.
Comentarios
Sacarla así de bien, todo un reto.
Saludos.
Como mínimo sirve para alegrarnos a nosotros, que no es poco.