La luna cenicienta y Venus
Luna cenicienta en conjunción con Venus. Pinchen para ampliarla.
Si les gusta pasear de noche por el monte, sabrán que la luz de la luna es sorprendentemente intensa. En las ciudades esto no se nota por que la luz artificial es todavía más intensa y lo enmascara todo. Pero cuando hay luna llena, si evitamos las zonas oscuras como los bosques, podremos andar por el monte sin necesidad de luz artificial. Esto es algo maravilloso que todo el mundo debería probar por lo menos una vez en su vida.
Pero hay más. Si la luna estuviera habitada, seguramente los selenitas enamorados también saldrían a pasear entre los cráteres en las románticas noches de tierra llena. Y es que la tierra también tiene sus ciclos vista desde la luna: poco después de nuestra luna nueva, los hipotéticos selenitas disfrutan de una luz nocturna muy intensa. Para ellos, la tierra es bastante más grande que la luna para nosotros (y entre los hipotéticos selenitas, hay algunos hipotéticos herejes que al verla tan grande sostienen en contra del dogma que la luna en realidad no es más que un satélite del planeta azul).
Pues bien, en esas noches de tierra llena, la luna refleja dos clases de luz: la que le llega desde el sol, que solamente ilumina una pequeña franja, como un corte de sandía, y la que le llega desde la tierra, que alcanza a todo el satélite. Si se fijan un poco el próximo mes, podrán ver esa luz más ténue que ilumina toda la luna.
Además, estos días junto a la luna hemos podido ver al maravilloso Venus. Estas escenas de conjunción son de una gran belleza, pero es una belleza sutil que hay que aprender a apreciar.
La foto que ilustra la entrada está hecha con un sigma 180 macro, que va muy bien para las libélulas y los sírfidos volando, pero que no es lo ideal para estas escenas. Uno no siempre dispone del material más indicado, y una de las cosas de las que vamos a hablar en nuestro taller es de como hacer estas fotos con poco equipo. Se sorprenderían ustedes.
Aquí pueden ver la luna cenicienta junto con la luz zodiacal, sobre el Océano Pacífico en Valparaíso. Y aquí pueden ver una buena foto urbana de Martín Gállego, que es un tipo que vale mucho.
Si les gusta pasear de noche por el monte, sabrán que la luz de la luna es sorprendentemente intensa. En las ciudades esto no se nota por que la luz artificial es todavía más intensa y lo enmascara todo. Pero cuando hay luna llena, si evitamos las zonas oscuras como los bosques, podremos andar por el monte sin necesidad de luz artificial. Esto es algo maravilloso que todo el mundo debería probar por lo menos una vez en su vida.
Pero hay más. Si la luna estuviera habitada, seguramente los selenitas enamorados también saldrían a pasear entre los cráteres en las románticas noches de tierra llena. Y es que la tierra también tiene sus ciclos vista desde la luna: poco después de nuestra luna nueva, los hipotéticos selenitas disfrutan de una luz nocturna muy intensa. Para ellos, la tierra es bastante más grande que la luna para nosotros (y entre los hipotéticos selenitas, hay algunos hipotéticos herejes que al verla tan grande sostienen en contra del dogma que la luna en realidad no es más que un satélite del planeta azul).
Pues bien, en esas noches de tierra llena, la luna refleja dos clases de luz: la que le llega desde el sol, que solamente ilumina una pequeña franja, como un corte de sandía, y la que le llega desde la tierra, que alcanza a todo el satélite. Si se fijan un poco el próximo mes, podrán ver esa luz más ténue que ilumina toda la luna.
Además, estos días junto a la luna hemos podido ver al maravilloso Venus. Estas escenas de conjunción son de una gran belleza, pero es una belleza sutil que hay que aprender a apreciar.
La foto que ilustra la entrada está hecha con un sigma 180 macro, que va muy bien para las libélulas y los sírfidos volando, pero que no es lo ideal para estas escenas. Uno no siempre dispone del material más indicado, y una de las cosas de las que vamos a hablar en nuestro taller es de como hacer estas fotos con poco equipo. Se sorprenderían ustedes.
Aquí pueden ver la luna cenicienta junto con la luz zodiacal, sobre el Océano Pacífico en Valparaíso. Y aquí pueden ver una buena foto urbana de Martín Gállego, que es un tipo que vale mucho.
Comentarios
Un somriure ;))))
Supongo que los selenitas, si los hubiere, sentirían una fascinación más que reverente por la Tierra; se preguntarían por sus habitantes y sus tribulaciones, y tal vez pensarían de nosotros que nuestras vidas son felices como las de los ángeles viviendo en tan maravilloso mundo azul ...
Con respecto a los habitantes del planeta Tierra yo los clasificaría en dos grandes grupos:
- Los que pueden morirse de hambre , de enfermedad corriente o asesinados y/o encarcelados en un conflicto y los que no.
Ya sé que soy muy bestia pero es para darle animos a Martín Gallego y a mi mismo.
No sabia que se llama cenicienta cuando se ve de esta manera.
Si, que es una gozada pasear con luna llena.
Muchas veces nos hizo de farolillo cuando íbamos caminando desde el colegio hacia casa en los meses de invierno.
El no va mas para mi era cuando subimos a un pequeño altiplano sobre mi pueblo en Alemania en invierno estando todo nevado.
Vimos subir la luna llena por el horizonte. Estaba enorme y de un color naranja-salmón.
Dejó bañado el paisaje nevado con esta luz fantástica durante unos minutos para luego pasar poco a poco a un blanco brillante.
Son momentos que quedan grabados en la memoria.
Si, me acuerdo de fotos de la misión Apolo mostrando la tierra desde la luna. Una maravilla.
Pero estamos muy mimados con imágenes fabulosas desde satélites que a veces ya no nos asombramos tanto como antes.
Me gusta lo que he visto y leído de Martín Gallego.
Saludos
...nos solemos quedar muy aburridos y apáticos a la hora de nombrar la luz, y sus luces.
(cuántos enlaces!!!,...aún no visité más de uno,... :)]
Beso y buenos días de luna con/mirada.
Un abrazo
Un abrazo.
Poco a poco voy recuperandoos.
Como siempre me encantó tu post.
Un abrazo
Gran Martín, sí señor.
Un abrazo.
Es sorprendente que los senderos se encuentren mejor bajo la luz de la luna, que del sol. Se hacen más llamativos, más blancos, como mágicos rios de plata.