Caos y corrupción en el mundo sublunar
Medusa, de Caravaggio.
Hasta donde yo se, se debe a Aristóteles la doctrina de la separación entre el mundo sublunar y el celestial. El primero, el nuestro, estaría sujeto a la corrupción y el caos mientras que el segundo sería el de las esferas celestes, perfecto e imperecedero.
Dijo Russell que Aristóteles tuvo la desgracia de ser el último gran pensador en muchos siglos, de modo que su sistema pasó a ser un dogma de fe que no podía ser criticado sin riesgo. Galileo fue de los primeros que se atrevió, ahora hace 400 años, y ya saben ustedes como terminó el asunto.
En este modesto cuadernillo ya nos hemos entretenido varias veces en burlarnos de Aristóteles (ahora que supongo que ya se puede sin miedo a la hoguera, a la que yo siempre he tenido un gran respeto). Pero en esta entrada de hoy yo quisiera homenajear al sabio griego. Y a tal efecto, el sábado pasado subí al tejado con el telescopio. No es un asunto sencillo. Tuve que hacer cuatro viajes con la montura, el trípode, el ordenador, el telescopio propiamente dicho, el maldito contrapeso, la cámara, una silla, el bocadillo para cenar y una batería de coche para propulsar el conjunto.
Debo completar el montaje del observatorio y su puesta en estación con el mayor de los sigilos, como si fuera un ladrón. Una desafortunada noche hice un pequeño ruido que alertó a la vecina del ático. Y ella subió, terriblemente, con batín y rulos chillando "ladrones, ladrones" como la mismísima medusa que era capaz de paralizar con la mirada.
El telescopio, en el lugar de los hechos (Esa parabólica yo no la recibo, ni falta que hace).
Según Aristóteles, las esferas del mundo celestial giran armoniosamente noche y día, con centro en un punto situado cerca de la estrella polar. Pues bien, el telescopio, con la ayuda de una cámara guía y un ordenador, es capaz de deshacer este movimiento, dejando las estrellas absolutamente fijas durante mucho tiempo y haciendo rotar el mundo sublunar. Durante unos diez minutos jugué a detener el cielo de este modo. Mientras la cámara (¿la ven encima del telescopio?) apuntaba a la constelación de Cefeo, la tierra estuvo girando, y el resultado es esta foto:
El cielo fijo y el mundo sublunar en rotación. Pinchen para poder ver las estrellas absolutamente inmóviles mientras todo gira.
Estando las esferas celestes detenidas, pasaron no menos de siete ciclomotores atronando como demonios en celo, los vapores de la tortilla de patatas emergieron pestilentes del patio de luces, los humos de los autobuses surcaron el cielo de este a oeste formando extrañas bandas de color violeta, un vecino celebró un gol y el sagaz perro de la vecina no dejó de ladrar.
Pero las estrellas siguieron quietas e inmutables, por encima de la contaminación luminosa de la ciudad-dormitorio. Aristóteles, yo te comprendo; Platón, discúlpame. ¿Por donde se sube al mundo celestial?
Hasta donde yo se, se debe a Aristóteles la doctrina de la separación entre el mundo sublunar y el celestial. El primero, el nuestro, estaría sujeto a la corrupción y el caos mientras que el segundo sería el de las esferas celestes, perfecto e imperecedero.
Dijo Russell que Aristóteles tuvo la desgracia de ser el último gran pensador en muchos siglos, de modo que su sistema pasó a ser un dogma de fe que no podía ser criticado sin riesgo. Galileo fue de los primeros que se atrevió, ahora hace 400 años, y ya saben ustedes como terminó el asunto.
En este modesto cuadernillo ya nos hemos entretenido varias veces en burlarnos de Aristóteles (ahora que supongo que ya se puede sin miedo a la hoguera, a la que yo siempre he tenido un gran respeto). Pero en esta entrada de hoy yo quisiera homenajear al sabio griego. Y a tal efecto, el sábado pasado subí al tejado con el telescopio. No es un asunto sencillo. Tuve que hacer cuatro viajes con la montura, el trípode, el ordenador, el telescopio propiamente dicho, el maldito contrapeso, la cámara, una silla, el bocadillo para cenar y una batería de coche para propulsar el conjunto.
Debo completar el montaje del observatorio y su puesta en estación con el mayor de los sigilos, como si fuera un ladrón. Una desafortunada noche hice un pequeño ruido que alertó a la vecina del ático. Y ella subió, terriblemente, con batín y rulos chillando "ladrones, ladrones" como la mismísima medusa que era capaz de paralizar con la mirada.
El telescopio, en el lugar de los hechos (Esa parabólica yo no la recibo, ni falta que hace).
Según Aristóteles, las esferas del mundo celestial giran armoniosamente noche y día, con centro en un punto situado cerca de la estrella polar. Pues bien, el telescopio, con la ayuda de una cámara guía y un ordenador, es capaz de deshacer este movimiento, dejando las estrellas absolutamente fijas durante mucho tiempo y haciendo rotar el mundo sublunar. Durante unos diez minutos jugué a detener el cielo de este modo. Mientras la cámara (¿la ven encima del telescopio?) apuntaba a la constelación de Cefeo, la tierra estuvo girando, y el resultado es esta foto:
El cielo fijo y el mundo sublunar en rotación. Pinchen para poder ver las estrellas absolutamente inmóviles mientras todo gira.
Estando las esferas celestes detenidas, pasaron no menos de siete ciclomotores atronando como demonios en celo, los vapores de la tortilla de patatas emergieron pestilentes del patio de luces, los humos de los autobuses surcaron el cielo de este a oeste formando extrañas bandas de color violeta, un vecino celebró un gol y el sagaz perro de la vecina no dejó de ladrar.
Pero las estrellas siguieron quietas e inmutables, por encima de la contaminación luminosa de la ciudad-dormitorio. Aristóteles, yo te comprendo; Platón, discúlpame. ¿Por donde se sube al mundo celestial?
Comentarios
Estaba flotando en tu relato hasta que has incluído la anécdota de tu vecina/medusa, y la mosqui se ha mosqueado con mi estruendosa carcajada. Más que una "licencia cómica" es todo un tratado del bueen humor; así que repito: gracias.
PD:
La fotografía la he dejado tan pinchada que no sé si la van a poder ver otros.
Así mismamente sucedió y desde entonces tengo lumbalgia (también la entiendo, pobre mujer, oir ruido de telescopios a altas horas de la noche, pues se asustó). La próxima vez gritaré goooooool.
No te preocupes que con esa risa ya estoy más que recompensado. Además, yo no desespero de encontrar un mecenas que me libere de la pesada agrimensura, lo que me permitiría dedicarme a frikosalear día y noche. Quien sabe, ¿tal vez algún constructor corrupto y forrado de millones me contrate de bufón?
Una maravilla.
Saludos
Inuits
Pesa de la h la montura, sobretodo las patas.. el contrapeso del telescopio es de 5kg, la batería del coche ya te puedes figurar.. es una amargura.
El PC es para controlar el guiado, que sirve para hacer que este movimento del telescopio sea más exacto, se controla como se mueve una "estrella guia" y se va corrigiendo. Todo esto lo hace un programa, pero es complicado. Ahora que he podido ponerlo en marcha, en cuanto pueda, trataré de hacer fotos de galaxias un poco mejores.
Semejante ático con tumbonas, cervecitas y filosofadas mientras el mundo se mueve a nuestro antojo, para poder contemplar hasta el último rincón del universo.
Se podrían incluir los canelones del poéta cósmico.
Y parabólica!
Y hasta a aurora boreal !!! (ya saturaremos después los verdes)
Jesús A
Increible todo lo que tienes que montar para deleitarnos...
Muchas gracias, para muchos eso es toda una proeza.
Que bueno saber hacer todo esto. Y hacerlo.
Ojalá encuentres el mecenas y puedas frikolear sin más... es como si yo lo encuentro y me quito el "futuro" del nombre, y me dedico a bloguear sin más, por gusto.
Abrazo agradecido.
"Friko" tú tenías que haber sido astrónomo o entomólogo, (investigador en cualquier caso) y vivir en lo alto de la Isla de la Palma o en mitad del desierto de Nuevo Méjico.
¡Qué miedo la medusa! Nen.
Buen finde.
Muchas gracias.
Jesús,
Si eso fuera un ático y fuera mio ya tendría hecho un observatorio como Dios manda y no esta agonía de subir y bajar chismes. Pero no me quejo !
Futuro,
Está muy complicado eso de los mecenas. Hoy en día se dedican todos al fumbol.
Mad,
Oh que bien, en un lugar alejadísimo (pero con internet).
Zbelu,
Me alegra que te guste. No entiendo a que te refieres con lo de Aristóteles.