El sistema de pensiones y las abuelitas jibarizadas de Moscú
Igual ya habré puesto esta foto en otra entrada, si es así discúlpenme, pero me impresionaron mucho las abuelitas jibarizadas de Moscú. La primera vez que estuve allí, en el 2003, se veían muchas en todos los parques de la ciudad pero no tuve valor para fotografiarlas. La segunda vez, en el 2007, ya apenas quedaban y viendo que su extinción era próxima, me atreví a hacer alguna foto. La que seguían con vida estaban acumuladas en las puertas de las fastuosas iglesias ortodoxas, recientemente reedificadas con todo el esplendor de los rublos procedentes del petróleo. Estas mujeres que imploraban la caridad que se da a veces al abrigo de lo sobrenatural, en su juventud fueron trabajadoras normales, que arrimaron el hombro durante muchos años y pasaron por terribles calamidades como la segunda guerra mundial. Fue la caída del Estado y la multiplicación por cero del poder adquisitivo de las pensiones lo que provocó su encogimiento. Supongo que ellas habían contado con pasar una vejez razonablemente tranquila, al abrigo de su jubilación, pero en pocos meses se vieron en la miseria más absoluta y se fueron consumiendo a causa del frío intenso de Moscú, de la falta de comida, de la deshumanización completa de la ciudad y seguramente de la enorme injusticia de la que habían sido víctimas.
Por aquella época, empezaron a verse en la ciudad coches de un lujo inimaginable (Ferraris, por ejemplo), que confirmaban la opinión generalizada de que unos pocos tipos sin escrúpulos se lo habían quedado todo. Es lo que tiene el juego de suma cero: lo que unos pierden se lo han llevado otros. La teoría de juegos la inventó el matemático John Von Neuman y fue utilizada ampliamente por unos y otros como soporte teórico para las políticas armamentistas más desalmadas de la guerra fría. Cuando las personas se someten a la lógica de los números, entonces cualquier cosa es posible, como por ejemplo condenar a la pobreza absoluta a toda una generación de trabajadores mientras otros se permiten escandalosos lujos de nuevos ricos horteras. La gente obviamente estaba enfadada pero se les privó de una alternativa razonable a la que pudieran votar en la llamada democracia que se instauró. Y además, se consiguió crear una sensación de que todo aquello era inevitable, de que la relativa bonanza económica de años anteriores (al precio injustificable de una completa falta de libertad), había sido una ilusión o un fraude, de que todo funcionaba según el curso esperable de los acontecimientos y de que no había alternativa posible.
Si acaso quedaría la alternativa de la caridad, los milagros, la lotería, las buenas obras de los que siempre socorren a los necesitados con sus donativos. Hace poco mi señora me contaba que había visto un reportaje de una granja industrial de vacas, que son ordeñadas mecánicamente, inseminadas en el momento exacto por unos tipos con una bata verde, y enviadas al matadero cuando un ordenador avisa de que su productividad no las hace óptimas. Ojo, no que cuesten dinero, si no que no son óptimas, que se podría ganar más de otra manera.
Por aquella época, empezaron a verse en la ciudad coches de un lujo inimaginable (Ferraris, por ejemplo), que confirmaban la opinión generalizada de que unos pocos tipos sin escrúpulos se lo habían quedado todo. Es lo que tiene el juego de suma cero: lo que unos pierden se lo han llevado otros. La teoría de juegos la inventó el matemático John Von Neuman y fue utilizada ampliamente por unos y otros como soporte teórico para las políticas armamentistas más desalmadas de la guerra fría. Cuando las personas se someten a la lógica de los números, entonces cualquier cosa es posible, como por ejemplo condenar a la pobreza absoluta a toda una generación de trabajadores mientras otros se permiten escandalosos lujos de nuevos ricos horteras. La gente obviamente estaba enfadada pero se les privó de una alternativa razonable a la que pudieran votar en la llamada democracia que se instauró. Y además, se consiguió crear una sensación de que todo aquello era inevitable, de que la relativa bonanza económica de años anteriores (al precio injustificable de una completa falta de libertad), había sido una ilusión o un fraude, de que todo funcionaba según el curso esperable de los acontecimientos y de que no había alternativa posible.
Si acaso quedaría la alternativa de la caridad, los milagros, la lotería, las buenas obras de los que siempre socorren a los necesitados con sus donativos. Hace poco mi señora me contaba que había visto un reportaje de una granja industrial de vacas, que son ordeñadas mecánicamente, inseminadas en el momento exacto por unos tipos con una bata verde, y enviadas al matadero cuando un ordenador avisa de que su productividad no las hace óptimas. Ojo, no que cuesten dinero, si no que no son óptimas, que se podría ganar más de otra manera.
Comentarios
Y por desgracia lo que se palpaba entonces en el ambiente, era un ansia, pero no de libertad, ...si ansia de consumo.
Y en lugar de aprovechar aquellas cosas buenas del sistema (si, el sistema soviético tenía algunas cosas buenas) e incorporar el libre pensamiento y la iniciativa privada para el "bien público", se esquilmó el bien público para el lucro privado.
Aquí, no tenemos (eso dicen) dictadura. Podemos votar cada 4 años a los títeres, que sea cual sea su color nos harán tragar con mas o menos vaselina lo que nos dictan... los mercados.
Y los mercados han decidido que si Moscú puede tener abuelitas jibarizadas, porque Barcelona Roma o Madrid, no pueden tenerlas?
Gracias por hacernos pensar Dr.
...primero, a ver si visito como se merece a Xavi Piera.
Besos.
Algo así veo muy a menudo en las carreteras de Tarragona, desde Sant Carles de lal Ràpita hasta Vinaròs, con esas pobres mujeres obligadas a prostituirse con frío, calor, sin higiene y entre basura. Lo veo casi cada semana y me indigna. tengo un pariente alto cargo de la policía que me cuenta que tienen las manos atadas para actuar. Sé que dice la verdad y eso dice mucho del paraíso que representa España para la mafia rusa y de los paises del este que someten a esas pobres chicas bajo engaño en condiciones de auténtica esclavitud.
Me subleva tenerlo que ver casi cada semana(y que lo vean mis hijos de 11 y 7 años).
Yo estoy invirtiendo "a tope" todo lo que puedo para mi vejez y/o jubilación (ya estoy en 53) porque tal como van las cosas la jubilación se presenta muy "chunga".
No me fío del estado, entre otras cosas porque nuestra deriva amonarquía bananera va en progresión geométrica.
Salutacions.
Y después de todo, siguen siendo una dictadura poco disimulada y extremadamente corrupta. Pero los supermercados están abarrotados de chucherías y hay un McDonalds en la Plaza Roja. ¡¡This is the American Way of Life!!
Cuando oígo habla de "libre mercado", no sé por qué, pero la parte inferior de la espalda busca con ahínco la pared.
Y es que se confunden los términos y se abusa de las palabras. "Como decía mi cuñao: No es lo mismo tejidos y novedades en el piso de encima, que te jodes, no ves nada y encima te pisan".
La vida...
Cuando ves a gente que ha entregado toda su vida para sacar adelante una familia, que ha soportado miserias que hoy serían poco menos que pesadillas y abandonadas a su suerte en unas condiciones físicas que no les permiten ni mirarte a la cara... se me vienen a la cabeza adjetivos poco recomendables para estas horas de la noche.
Cuando llegue ese dia, solo nos consolará levantarnos muy temprano para ver salir el sol y soñar en el feliz despilfarro que hemos podido vivir.
Carpe diem.
Muy buenas fotos y comentario de una triste realidad.
Un abrazo
Yo lo veo como tu, estaba por decirle de buena fe que ojo donde metía el dinero ahorrado, que no pase como en Argentina. Mi abuela estuvo toda su vida pagando una especie de plan de pensiones y al final se lo pagaron ... una vez al año de tan poco como era, algo así como 10 o 12 euros en los últimos años. La inflación etc etc .. trampas y mentiras ellos van a inventar las que sean. Muy de acuerdo con lo del estado, si existiera. Muy bueno.
Seguro que me arrepentiré, ojalá me arrepienta, pero en casa tenemos la costumbre de morirnos pronto y yo de momento invierto en sensaciones vividas que no sea que cuando esté encamado y lleno de tubos en el hospital, entre horribles angustias y dolores, entonces tenga que arrepentirme de no haber vivido lo suficiente. Me voy a poner una pantallita con las fotos y al ver los amaneceres a ver si puedo pensar pues mira todo eso que hice.
Qué caprichosos sois los astronautas.
Astronauta también es una bonita palabra, casi tanto como eutanasia.
Mejor tener los dineritos invertidos en vidrio y fluorita que en el banco... ay.