Domingo de Gloria y el retorno de las lagartijas
Ya es una pequeña tradición tumbarme a la entrada de la iglesia el domingo de Gloria. Se da la circunstancia de que el mejor lugar de la plaza, donde más calienta el sol de primavera a media mañana, y donde mejor puede uno resguardarse del viento helado que todavía baja de la montaña, resulta ser el banco de piedra que hay en la entrada de la iglesia. Todo esto sucede en el pequeño pueblo donde a veces pasamos unos días (posiblemente sea el único pueblo de España donde no se ha recalificado jamás ni un solo metro cuadrado).
En ese rincón privilegiado que hay junto a la iglesia suelen reunirse las lagartijas, que están hambrientas y lujuriosas después de su letargo invernal (y completamente ignorantes del mal momento que está pasando el Santo Padre). Yo empiezo pulcramente sentado en el banco con la cámara en la mano, como si fuera uno más de los feligreses, pero en realidad estoy esperando para ver salir sus hocicos prehistóricos de las fisuras de las piedras.
En cuanto asoman no puedo evitar dejarme llevar por la pasión y terminar tumbado en el suelo, gateando como los niños. Una vez pude oír toda la Santa Misa desde el suelo, y un poco antes de la transubstanciación, una de las lagartijas apoyó su pata en el dedo índice de mi mano izquierda (maravilla). En otra ocasión, a la salida de los feligreses yo seguía estirado en el suelo y tuvieron que dar un pequeño rodeo para no pisarme.
Hablando de lagartijas es inevitable acordarme de Isabel Nuñez y de uno de los personajes de sus cuentos, que habla con las lagartijas. Yo debo confesar que a veces también hablo con ellas, pero se lo pregunté al médico y me dijo que mientras no contesten no debo preocuparme.
Esto naturalmente es una broma: yo jamás le contaría una cosa tan personal al médico.
En otro orden de cosas he recibido una postal de mi joven amiga Luna que se está abriendo paso como fotógrafa. Sigue siendo muy joven y tiene una energía imparable. La conozco desde que era un poco más que una niña - pero ya hacía unas fotos buenísimas que entonces colgaba en Fotonatura. Que ilusión me hace ver como poco a poco ella y su compañero empiezan a ser reputados fotógrafos de bodas, entre otras cosas. Consiguen que la gente normal quede como si fueran artistas de cine; incluso yo saldría favorecido y casi casi me dan ganas de volverme a casar. Sería otra vez con mi Santa, naturalmente.
Comentarios
Pero tengo que verla entera.
En mi pasado he llegado a ser amiga de unas cuantas.
Venian a verme,...y yo,
...me las quedaba mirando.
Con el sol balancean el cuerpo,...y acaban bailando, levantando sus patas al cielo.
Buenas noches.
Besos.
un saludo.
http://bitacoradelvientomontanasdeburgos.blogspot.com/
¿Y no le miran mal a la salida de Misa? Yo hace tiempo que dejé de tumbarme en el suelo o en los bancos de las iglesias para hacer fotos a las cúpulas.
Casualmente, en una horita o así voy a poner yo una entrada (con receta claro) sobre lagartijas y lagartos.
Un abrazo bajo la lluvia
Pd: Imperdonables mis dos errores de esta semana santa: no leer este blog y no abrir stellarium. Mi castigo: perderme a Mercurio en el horizonte.
Abrazo
Las veo atrapar insectos, engordar, y tener bebés, cada verano. Si quieres fotografiarlas, pásate cuando quieras. Estás invitado.
Un abrazo
En las Baleares hay lagartijas muy especiales. Aviso.
Me alegro por su amiga Luna.
Me produce una risa muy sana.
Dr., si usted está en Comunión Espiritual permanente!
Muchas veces casi levito cuando le leo.
Jesús A
Todavía no he visto ni una, debe ser mala señal,,, en cualquier caso es una señal.
Me gustan de toda la vida.
Si mete usted dos lagartijas en un frasco y lo echa a rodar verá cómo se abrazan (experimento realizado en la infancia/adolescencia. No se alarme, luego las soltaba)
Impagable.
Son muy listas.
Un saludo.
Me encantó la entrada. Estoy por denominarle "Señor de las Bestias" ¿Agrimensor de las Bestias? Momento mágico el de le lagartija, le hace sentir a uno especial ¿verdad?
Las fotos de Luna preciosas, ¿pero hace falta ser guapo para salir tan bien? ;-)
Saludos.
Me encanta imaginarte tumbado en tu momento místico muy diferente al de los feligreses, eso si. Yo diría que mucho más especial...
Hace unos días, un compañero de trabajo con el que me llevo bastante bien me preguntó qué era exactamente lo que convertía en artista a un fotógrafo frente a los demás poseedores de cámaras, si se trataba de la mera frecuencia con la que hacía fotos "bonitas".
Yo le dije que cualquiera puede hacer fotos bonitas pero muy pocos pueden hacer arte con una instantánea.
Reflexionó un instante y me espetó de nuevo; ¿y cuándo se sabe que una fotografía es arte?.
No soy fotógrafo profesional, ni crítico de arte, ni filósofo. No puedo definir el arte. Pero lo puedo sentir, en el alma, como una nota de contrabajo tan grave que lo escuchas con las entrañas.
Hay fotografías que te desnudan el alma que se esconde tras la escena.
Luna, felicidades; tú lo tienes.
Maestro Frikosal, no lo piense y cásese de nuevo.