En contra de (casi) todo. Hoy: La Navidad.

La Navidad es el periodo de tiempo que se extiende desde el día que el primer sujeto te coacciona para que le compres un número de lotería hasta que llega el recibo de la VISA con las compras de Reyes a finales de enero. O sea, dos meses largos.

Se trata de la entelequia más atroz que ha creado Occidente. Me parecen detestables, entre otros, los siguientes aspectos:

-El sorteo de lotería de Navidad.

-Los anuncios de juguetes que destruyen el sistema nervioso de los niños.

-Entre tanta fiesta, no poderme marchar de vacaciones ni un par de días ¡son fechas tan señaladas!

-Las luces en las calles. Los villancicos perpétuos (¿alguien se ha parado a escuchar las letras y tratar de analizarlas de forma racional?. Por ejemplo, "Beben y beben los peces en el río")

-Los anuncios de perfume. ¿No se suponía que era una fiesta religiosa? ¿Por que salen esas Sras. en traje de noche con cara de orgasmo anunciando colonia?

-Contar mentiras crueles a los niños, creandoles expectativas falsas de que si se portan bien un poder supraterreno les recompensará.

-Las 12 uvas, la cabalgata de Reyes, papá Noel, las colas en las tiendas, las rebajas del 1 de enero, las comilonas interminables con la familia (pongo varios juntos para acabar antes).

-El belén. Y peor, el árbol de Navidad. En un país que se está convirtiendo en desierto, ¿es lógica la costumbre de matar un árbol y llenarlo de mamarrachadas mientras agoniza?

En fin, de momento lo dejo aquí sin entrar en la base teológico-mercantil del problema ni exponer las propuestas racionales que he pensado para solucionarlo.