La vida interior de 8 Bellona
8 Bellona es un asteroide. Un pedrusco, algo así como una patata metálica que orbita alrededor del sol, supongo que más allá de Marte. ¿Como es? ¿Qué forma tiene? ¿Es, tal vez, como una de esas patatas canarias, pequeña y redondeada? ¿O como una patata alargada, casi con forma de pepino? Nadie lo sabe. No tenemos ni idea. Podría ser, incluso, como una tetera de porcelana, tal y como dijo Bertrand Russell en su famosa frase.
¡Como es posible! ¿No podemos verlo en un telescopio? En absoluto. En una fotografía hecha a través de un telescopio, 8 Bellona es simplemente un pixel. Bien, en un mundo ideal, sería un solo pixel. La luz de 8 Bellona, al cruzar la atmósfera se dispersa levemente. Y la óptica del telescopio nunca es absolutamente perfecta. De modo que en cada fotografía, Bellona debe ocupar algunos pixels. Digamos que la energía que nos llega de él se ha dispersado. Pero en lo esencial, solamente tenemos un triste y miserable pixel. No podemos saber nada.
¿No se podría ampliar más la imagen con un telescopio más potente? Si, pero no sería suficiente. Bellona es abismalmente pequeño, visto desde aquí. ¿Que podemos pues saber de la vida interior de este asteroide? ¿Gira, alocado, sobre si mismo como una peonza ? ¿O se mueve con la solemnidad de las naves espaciales en 2001, la película de Kubrik?
Bien, un solo pixel ya es algo. Podemos medir el brillo de Bellona. Pero no es fácil. Su luz, la luz del sol que Bellona refleja, puede estar atravesando una nube. A lo mejor está muy alto en el cielo, o más bajo.. su luz siempre será ligeramente diferente. Pero resulta que -aparentemente- al lado de Bellona hay estrellas, muchas estrellas, de las que si que conocemos su brillo. Su magnitud, en términos astronómicos. Si comparamos la magnitud de la luz de las estrellas con la que sabemos que tienen, puesto que ya han sido medidas, podremos inferir la magnitud de Bellona, a pesar de las nubes. A esto se le llama fotometría.
Bien, aceptemos que sabemos hacer eso... (y no es fácil hacerlo correctamente). Si vamos midiendo una y otra vez la magnitud de Bellona, observaremos que fluctúa. Su brillo sube y baja, imperceptiblemente para un observador humano que lo estudiara a través del telescopio, pero no para la cámara. ¿A qué puede deberse ese cambio en la luz de Bellona? Supongamos que fuera como un pepino. Cuando lo estemos viendo por la parte estrecha, nos llegará menos luz que cuando lo estemos viendo por la parte ancha. De esta forma podremos saber su período de rotación y hacernos una idea -no muy exacta- de su forma.
Esto es precisamente lo que ha hecho Ramon Naves en la anterior figura. Cada uno de esos puntitos es una medida fotométrica. En el eje vertical está la variación en la luz que llega de Bellona y en el horizontal, el tiempo. Su telescopio, adecuadamente programado, va siguiendo el movimiento de Bellona entre las estrellas, y va registrando su luz. A pesar de las farolas, de la prima de riesgo, de las guerras lejanas y las injusticias cercanas, lentamente, hora a hora, los datos van tomando forma... Pero se hace de día y Bellona todavía no ha terminado de girar.. no hay nada concluyente. A la noche siguiente, la caza continúa. Al cabo de unas noches de observación tendremos todos los datos.
Y todo esto ¿para que sirve? Pues no sirve absolutamente para nada. Miento deliberadamente: si que sirve. Servirá algún día cuando alguien quiera comprar o vender a Bellona, o acercarlo a la Tierra, o alejarlo. O, tal vez, sabiendo los períodos de rotación de todos los asteroides se pueda inferir algo sobre su formación y sobre el origen del sistema solar. Pero hoy quiero provocarles, e insisto: NO SIRVE PARA NADA. Sirve solamente por el placer de satisfacer nuestra curiosidad, de hacer algo difícil, de hacerlo bien, de regalar esos datos a una comunidad.
Creo que este acto de estudio metódico de una piedra casi irrelevante encierra una maravillosa poesía. Imagínenlo como un mandala. Y la firma, de una modestia absoluta, simplemente: "Observador: Ramon Naves". OBSERVADOR, el que observa, anota, guarda, estudia ese mundo interior.
Es posible que en esta entrada haya cometido algún error, no he querido consultar ninguna wikipedia ni nada por el estilo. Yo no se gran cosa de todo eso. Se lo suficiente como para que me asombre. Pero declaro: Felices los que se asombran, felices los que se admiran de la obra de los demás, felices los que reconocen su ignorancia y la usan como estímulo para aprender.
Comentarios
La entrada maravillosa, para variar. Desconocía la existencia de 8 Bellona. Me ha asombrado. Casi tanto como la tetera del señor Russell.
Gracias por compartir dicha sabiduría Frikosal!
Y igual que hablamos de pedruscos podríamos hablar de las patas de loas mantis religiosas.
Es difícil ser experto en muchas cosas. No hay tiempo. Sí se puede conocer bastante de mucho, lo suficiente como dice Ud. para atisbar la maravilla que hay detrás de todo y lógicamente maravillarse. Ser consciente de la propia ignorancia es ya un primer y gran paso hacia la sabiduría.
¿Conoce Ud. a algún pájaro de los que nos gobierna -o nos ha gobernado- que sea consciente de su supina ignorancia?
Por cierto, esta crisis que nos está empezando a desgarrar, ( lo que hemos visto hasta ahora era el aperitivo), la han montado "grandes profesionales", "expertos", gente muy preparada" "acumuladores de masters" que se centran tanto en un campo que lo hipertrofian y no ven la armonía del conjunto.
Como dicen por ahí, "cuando la única herramienta es un martillo, todas las cosas parecen clavos"
Feliz e "inútil" fin de semana
Por cierto has quedado muy bien el programa fotografias del canal 33. Felicidades! i Salut!
Carles
...por lo menos, más grande,
...y como mínimo, más interesante.
(y en esta casa hay más de uno,... :)
Besos.
B.N.C.M.