Por fin, la víbora
Vipera lastati
Solamente había visto dos veces a una víbora salvaje, hace más de cinco años, y en ninguna de las dos ocasiones pude fotografiarla, por culpa de no llevar la cámara. Pero desde entonces, siempre que salgo al monte voy con la pesada réflex, el objetivo macro y dos flashes. Y a veces, el trípode. Por si acaso, como quien carga con una cruz.
Después de todas esas largas horas de maldecir el peso de la mochila, de salir muchas veces al atardecer a finales de verano o a primera hora en primavera, de buscar en vano en los lugares donde a mi me parecía que una víbora podría estar soleándose, el otro día apareció en el lugar más inesperado (aunque yo siempre esperaba secretamente poder verla). Me parece un animal muy escaso y al verla en el camino sentí una alegría proporcionada a los años de espera.
Las tres veces que la he visto me ha parecido que la víbora tiene una presencia serena y poderosa, con una majestuosidad que no tiene ninguna culebra. Da la sensación -engañosa- de que es imposible confundirlas incluso desde muy lejos. Esta debía medir unos 60cm, y aunque no sea un animal muy grande, cuando está parada en un camino por el que debemos pasar, tiene entidad más que de sobras para que el camino parezca demasiado estrecho.
Se trataba de fotografiarla sin que se escapara ni nos picara, aunque no me pareció que tuviera ninguna intención de picar a nadie. Las serpientes, cuando se preparan para atacar lo que hacen es doblar el cuerpo de forma que puedan extender la cabeza rápidamente hacia delante. Pero esta víbora ni se inmutó con nuestra presencia y llegué a pensar que estaba muerta. Y ahora al ver las fotos pienso que tal vez estaba digiriendo una presa. Hice una toma de cuerpo entero y algunos primeros planos (este entre ellos). Quise acercarme un poco más por el lado de la luz buena, pero al ir a rodearla se marchó con toda tranquilidad y se escondió entre unas hierbas al lado del camino. Hubiera querido hacer otras fotos mejores, poniéndome un poco más cerca y más bajo, a la altura de sus ojos para poder hacerle un retrato. Pero no pudo ser.
Me dejaste con ganas de más, hermana víbora, espero volver a encontrarte. Pero ahora yo ya soy otro, he crecido un poquitín, ya pude fotografiar a la víbora.
Ese bulto al lado de la cabeza, como si fuera la mejilla del reptil, se debe a las glándulas que segregan el veneno. La culebra viperina (natrix maura) cuando quiere sabe poner cara de víbora, tensando los músculos de la cabeza, como se puede ver aquí o en esta entrada reciente de macroinstantes. Esto es algo extraordinario por que la culebra viperina no sabe como es una víbora: simplemente algunas empezaron a hacer eso por casualidad y asustaron a sus posibles depredadores, mejorando sus posibilidades de supervivencia. Como los sírfidos y las avispas.
Algunas personas que quieren tener serpientes venenosas en casa, cosa que a mi me parece una barbaridad, optan por extirparles las glándulas (otra barbaridad) para que no piquen y como quedan feas y deshinchadas, les ponen silicona para que recuperen su aspecto venenoso (van tres).
A las serpientes venenosas no les gusta picar si no es para cazar y comerse después a la presa. Picarme por ejemplo a mi es un mal negocio para ella. No puede devorarme, por que traga a sus presas enteras y yo soy demasiado grande. Si alguna vez pican a una persona es por el miedo a ser pisadas o cazadas. Las serpientes de cascabel (que yo nunca he visto) tienen un sistema mejor: avisan de su presencia moviendo la cola y los demás animales han aprendido a asociar este sonido a la posibilidad de recibir un picotazo muy grave.
Solamente había visto dos veces a una víbora salvaje, hace más de cinco años, y en ninguna de las dos ocasiones pude fotografiarla, por culpa de no llevar la cámara. Pero desde entonces, siempre que salgo al monte voy con la pesada réflex, el objetivo macro y dos flashes. Y a veces, el trípode. Por si acaso, como quien carga con una cruz.
Después de todas esas largas horas de maldecir el peso de la mochila, de salir muchas veces al atardecer a finales de verano o a primera hora en primavera, de buscar en vano en los lugares donde a mi me parecía que una víbora podría estar soleándose, el otro día apareció en el lugar más inesperado (aunque yo siempre esperaba secretamente poder verla). Me parece un animal muy escaso y al verla en el camino sentí una alegría proporcionada a los años de espera.
Las tres veces que la he visto me ha parecido que la víbora tiene una presencia serena y poderosa, con una majestuosidad que no tiene ninguna culebra. Da la sensación -engañosa- de que es imposible confundirlas incluso desde muy lejos. Esta debía medir unos 60cm, y aunque no sea un animal muy grande, cuando está parada en un camino por el que debemos pasar, tiene entidad más que de sobras para que el camino parezca demasiado estrecho.
Se trataba de fotografiarla sin que se escapara ni nos picara, aunque no me pareció que tuviera ninguna intención de picar a nadie. Las serpientes, cuando se preparan para atacar lo que hacen es doblar el cuerpo de forma que puedan extender la cabeza rápidamente hacia delante. Pero esta víbora ni se inmutó con nuestra presencia y llegué a pensar que estaba muerta. Y ahora al ver las fotos pienso que tal vez estaba digiriendo una presa. Hice una toma de cuerpo entero y algunos primeros planos (este entre ellos). Quise acercarme un poco más por el lado de la luz buena, pero al ir a rodearla se marchó con toda tranquilidad y se escondió entre unas hierbas al lado del camino. Hubiera querido hacer otras fotos mejores, poniéndome un poco más cerca y más bajo, a la altura de sus ojos para poder hacerle un retrato. Pero no pudo ser.
Me dejaste con ganas de más, hermana víbora, espero volver a encontrarte. Pero ahora yo ya soy otro, he crecido un poquitín, ya pude fotografiar a la víbora.
Ese bulto al lado de la cabeza, como si fuera la mejilla del reptil, se debe a las glándulas que segregan el veneno. La culebra viperina (natrix maura) cuando quiere sabe poner cara de víbora, tensando los músculos de la cabeza, como se puede ver aquí o en esta entrada reciente de macroinstantes. Esto es algo extraordinario por que la culebra viperina no sabe como es una víbora: simplemente algunas empezaron a hacer eso por casualidad y asustaron a sus posibles depredadores, mejorando sus posibilidades de supervivencia. Como los sírfidos y las avispas.
Algunas personas que quieren tener serpientes venenosas en casa, cosa que a mi me parece una barbaridad, optan por extirparles las glándulas (otra barbaridad) para que no piquen y como quedan feas y deshinchadas, les ponen silicona para que recuperen su aspecto venenoso (van tres).
A las serpientes venenosas no les gusta picar si no es para cazar y comerse después a la presa. Picarme por ejemplo a mi es un mal negocio para ella. No puede devorarme, por que traga a sus presas enteras y yo soy demasiado grande. Si alguna vez pican a una persona es por el miedo a ser pisadas o cazadas. Las serpientes de cascabel (que yo nunca he visto) tienen un sistema mejor: avisan de su presencia moviendo la cola y los demás animales han aprendido a asociar este sonido a la posibilidad de recibir un picotazo muy grave.
Comentarios
A hacer nocturnas estoy a su disposición, para encorrer culebrotas para fotografiarlas, no gracias ;)
A mi me fascinan las serpientes y en particular las víboras, pero les tengo todo el respeto del mundo por supuesto. Sorprendentemente, al no escaparse tan rápido como las culebras, pude hacer la foto con cierta tranquilidad. No la que yo hubiera querido, claro está, pero por lo menos nos dejó un par de minutos.
Yo creo que es eso, no pican por picar. Entre otras cosas por que picar significa quedarse sin veneno una temporada, es decir, sin poder comer.
Pues tu debes ver de vez en cuando, ¿no?.
A mi me dan mucho yuyu otros animales, a estas les tengo un respeto tremendo pero no me dan repelús.
Si que es cierto que mucha gente lo primero que hace es matarlas.
Está hecha con un 105mm.
Las nocturnas ... a ver cuando se puede.
He visto vívoras tres veces, y otras muchas culebras, hace ya tiempo, pero las tengo bien en la memoria. Sí que me producen una aceleración en la respiración, una cierta taquicardia y una gran emoción como todo lo auténtico y salvaje.
Ahora falta que domines su encantamiento como lo haces con las lagartijas y las libélulas...
Un abrazo
Una vez toqué una en un safari park, de esas tremendas que te ponen en el cuello (no a mí) y no era viscosa como siempre había oído decir, sino fría, como un bolso de charol.
Y, cómo no, me viene a la cabeza la serpiente Kaa hipnotizando a Mowgli. ¿Es hipnotismo, o simple terror que paraliza? Me inclino por lo segundo.
Y sí, la gente del campo si puede le atiza con un palo.
Pocas posibilidades tengo de encantarlas, apenas veo y desde luego no pienso hacer ninguna imprudencia. En fin, se hará lo que se pueda.
Siguiendo los enlaces he visto la diferencia de pupila entre la víbora y ese tipo de culebra de agua. Por aquí he oido el caso de un guía de barrancos que quiso hacerse el chulo delante de las señoritas a las que guiaba por el barranco y dijo: "si es una culebra de agua", la fue a coger y picotazo que te crió y posterior evacuación en helicóptero. Me fijaré en las pupilas, aunque siempre me ha dado repelús incluso coger las culebretas de agua pequeñas.
Esas que ponen suelen ser piton molurus, que son mansas como corderos, comen pechuga de pollo y están acostumbradas a que las toquen. A algunas personas les da mucho yuyu, a mi me encantan y ese tacto mmmm es fantástico, tienen la piel como de cera. Eso va como va. A mi me dan repelús y fobia otros bichos.
Pero habría que procurar que desapareciera la costumbre de matarlas.
Eso que comentas de encontrar una víbora en un río ya es la segunda vez que lo oigo, de dos casos diferentes. Trataré de tenerlo presente. ¿Fueron a verle al hospital las señoritas? ¿Copularon? Yo creo que sería lo mínimo, vamos.
No había oído lo de la silicona ¿de verdad hay gente tan animal? ¿Y veterinarios que se prestan a ello? ¿No será una leyenda urbana?
De ser cierto, la gente me da más miedo que las serpientes...
(Hay que ver! eres capaz de escribir esta entrada mientras paseas!!!)
Jesús A.
Me alegro mucho que la tengas, se que la querías. Bueno, a esta y a otras tantas especies que poco a poco van cayendo. Y cuando digo 'tener' se que para ti no es sólo la foto, sino el encuentro.
NO sé si ví alguna pero esa me suena... y culebras veíamos a montones, aunque no las distinguíamos ;)
Besos
Sin duda esta es la mejor época para fotografiarlas ya que se están desentumeciendo de su letargo invernal y hace fresquito, quizás sea ese el motivo por el que no salió corriendo a la velocidad del rayo en cuanto te sintió.
Por la Sierra de Cameros la que hay es la Víbora aspid, con un hocico más corto aunque más venenosa, según dicen, aunque nunca me he parado a fotografiar una.
La única vez que he tenido un susto con una víbora fue cuando me salió una debajo de una mata de guisantes en una huerta, cosa muy rara, y al verse sorprendida se tiró a moderme, sin conseguirlo. Otra buena razón para llevar botas cuando se anda por el campo.
Lo habitual es que estén en zonas rocosas a la puerta de su agujero y en cuento sienten alguna molestia se meten rápidamente, por eso son tan difíciles de ver.
Hay años que son más abundantes que otros, después de las llamada "plagas" de topillos u otros roedores suelen ser más abundantes.
Plagas de langostas, víboras, gripe porcina, la crisis... ¡Esto es el acabose!
Qué alegría saber de tu encuentro, y de que pudieses fotografiarlo.
Por el ensanchamiento de su cuerpo, si es posible que estuviese de digestión, aunque no es seguro. Su cuerpo se ve engrosado, sí, pero esta es una desproporción común (en las que he visto) Si te fijas, bajo la parte gruesa, su piel se relaja. De alojar alguna musaraña en sus entrañas la piel estaría tensa en su totalidad, y hasta se dibujaría en parte la anatomía de la víctima.
Enhorabuena viperina.
Besitos y ojo cuando la vuelvas a ver, ves con cuidado a ver si por hacerle un primer plano la lias...!!
Me lo contaron en un curso de manipulación de reptiles, yo creo que si debe ser cierto, solo es un paso más. Pero claro, no puedo asegurarlo.
Un beso víboro.