Favelas, cachoeiras, borboletas y una iguana
1-Favelas
La famosa playa de Ipanema (de la que volveré a hablar). Al fondo, a la izquierda, monte arriba, se ve una de las muchas favelas de Rio.
Tuve ocasión de pasar unos días en Rio de Janeiro (Brasil) por motivos profesionales. Es una suerte poder hacer este tipo de viajes cortos, que además dan ocasión de hablar personas de diferentes países y hacer un poco de turismo. Pero al mismo tiempo siempre me quedo con la miel en los labios, muy cerca de lugares que me encantaría poder visitar, pero sin tiempo para hacerlo. Teniendo solamente un fin de semana libre y unas pocas horas sueltas cada día es muy difícil poder acceder a los lugares naturales que a mi me gustan. De todos modos, en Rio la naturaleza es exuberante y en la propia ciudad, en cualquier jardín ya se pueden ver colibries y unos insectos despampanantes que dejan a los europeos en total ridículo.
Disponiendo de solamente un fin de semana es casi obligado alquilar un coche para poder ver algo, pero en Rio es peligroso conducir. No solamente por el estilo brasilero de tráfico, si no por que si por error entramos en una favela las consecuencias pueden (¿suelen?) ser fatales. De modo que el primer día nos trajo del aeropuerto un taxista al que preguntamos que nos costaría alquilar el taxi para pasar un día entero en Itatiaia. Nos dijo un precio que, sin ser barato, me pareció una cantidad razonable contando el cambio ventajoso del euro, de modo que quedamos para el sábado a las 7 de la mañana en la puerta del hotel con el joven chófer Tiago.
Pero el sábado a las 7 Tiago no estaba. Al llamarle alegó una avería en su coche que le mantendría ocupado toda la mañana. En el mostrador del hotel nos propusieron una alternativa, que por un precio tripe de la "cantidad razonable" acordada con Tiago, nos daría el mismo servicio. Después de un poco de regateo, lo pudimos bajar a algo más del doble, con lo que la cifra perdió su razonabilidad (y después de pagar, mi bolsillo se quedó con una persistente sensación de vacío). Pero esa era la única forma de desplazarse a Itatiaia. A los cinco minutos de acordar el precio, se presentó el Sr. Antonio con un coche normal (sin taxímetro) que como casi todos los vehículos de Rio podía funcionar con gas, gasolina, alcohol o una mezcla de los dos últimos.
Por el camino, preguntándole acerca de las favelas y su peligro, Antonio (no es su verdadero nombre) nos confirmó que efectivamente, un coche entrando en una favela sin pararse sería tiroteado con seguridad. ¿Por que? No para robar, si no por que podría tratarse de la policía o de periodistas. Según Antonio, si la policía entra en una favela, se trata casi de una operación militar en la que es seguro que habrán muertos. O sin el casi, mirad este espeluznante vídeo. ¿Y los periodistas? Son casi tan mal recibidos como la policía por que sus fotos de armas y drogas en la favela, si se difunden, obligan a intervenir (además del robo, esto es uno de los motivos que hacen desaconsejable llevar mucho equipo fotográfico a Rio).
Esto no significa que la mayoría de personas en las favelas sean delincuentes. Más bien al contrario. El propio taxista Antonio vive en una favela, como el 60% de la población de Rio (no se si este dato es exacto). Se trata de gente normal, trabajadora, pobre pero no famélica, que tienen la desgracia de vivir en un lugar fuera del la ley. O, más bien sometidos a una ley paralela de grupos mafiosos. ¿Es para tanto? Antonio sonrió y dijo que la anterior noche no pudo dormir por que hubo un tiroteo. Por la mañana, a las cinco, viendo que estaba tranquilo, salió y vio que el taxi tenía un disparo entre las dos puertas de la derecha, pero gracias a Dios ningún daño grave.
Al cabo de unos kilómetros paramos a cargar gas y, efectivamente, allí estaba lo que parecía ser un disparo. Impresionados, continuamos el viaje. Para entrar en una favela hay que dejar el coche lejos, acercarse andando y avisar a los niños que están vigilando en la entrada. Se explica quien se es y que se va a hacer. Cuando ya están informados los jefes, si se tiene el permiso, se puede entrar. Gracias a Dios, continúa Antonio, él tiene trabajo y puede sacar a sus dos hijos adelante. Todo lo que viene del gobierno, la educación, la sanidad, la policía, es malo. Las posibilidades de que un niño de la favela salga de este submundo son escasas. Incluso trabajando y siendo aplicado en los estudios, las universidades parecen fuera de su alcance, incluidas las públicas. No existe algo como la clase media. Lula, en su opinión, pese a haber salido de la pobreza, se ha vuelto como "ellos" (pero la televisión insiste en que el porcentaje de niños escolarizados ha aumentado espectacularmente y otros conductores creen que si que ha habido alguna mejora).
La conversación continua hasta llegar a Itatiaia. Sin dejar de dar gracias a Dios, Antonio nos dibuja un paisaje con dos brasiles. Uno, el oficial, de lujosas playas y gente que vive mejor que los europeos medios, está recibiendo una importante inyección de dinero gracias al aumento del precio del petróleo y se va de vacaciones a Europa o Australia. En el otro, completamente al margen del estado, los niños se acostumbran a convivir con la pobreza (y sobretodo, con la violencia) desde muy pronto. Viendo el video, casi parece que Rio es una ciudad sorprendentemente segura.
Siempre he pensado que normalmente los que dan más gracias a Dios son los que tal vez tienen menos que agradecerle. Después de esta conversación, al entrar en el parque mi interés por los insectos me pareció insoportablemente pueril y el sueldo de Antonio algo mejor gastado, aunque sospecho que una parte importante fue la comisión para el personal del hotel.
De todos modos, si el mundo tuviera arreglo, tal vez pasaría por la apreciación de la naturaleza, y quijotescamente pienso que podría ser que a los niños de las favelas les hiciera algún bien oir algo acerca de los insectos, igual que a los de aquí.
Antes parecía que en el mundo quedaban cosas por probar, buenas (o malas) ideas que, en caso de ser llevadas a la práctica, tal vez podrían resolver los problemas de la humanidad. O por lo menos eran puntos de referencia. Ahora todo eso parece que ya pasó y no nos queda más que una cierta resignación y miedo ante el futuro.
Estas fotos de una favela están tomadas desde la autopista sin correr absolutamente ningún riesgo. He dudado en subirlas, al final he elegido las que no mostraban ninguna persona reconocible. Estos son problemas muy serios para los que yo no tengo ninguna solución. Pero por lo menos, no quisiera dar la impresión de que me recreo en la miseria de los demás.
La famosa playa de Ipanema (de la que volveré a hablar). Al fondo, a la izquierda, monte arriba, se ve una de las muchas favelas de Rio.
Tuve ocasión de pasar unos días en Rio de Janeiro (Brasil) por motivos profesionales. Es una suerte poder hacer este tipo de viajes cortos, que además dan ocasión de hablar personas de diferentes países y hacer un poco de turismo. Pero al mismo tiempo siempre me quedo con la miel en los labios, muy cerca de lugares que me encantaría poder visitar, pero sin tiempo para hacerlo. Teniendo solamente un fin de semana libre y unas pocas horas sueltas cada día es muy difícil poder acceder a los lugares naturales que a mi me gustan. De todos modos, en Rio la naturaleza es exuberante y en la propia ciudad, en cualquier jardín ya se pueden ver colibries y unos insectos despampanantes que dejan a los europeos en total ridículo.
Disponiendo de solamente un fin de semana es casi obligado alquilar un coche para poder ver algo, pero en Rio es peligroso conducir. No solamente por el estilo brasilero de tráfico, si no por que si por error entramos en una favela las consecuencias pueden (¿suelen?) ser fatales. De modo que el primer día nos trajo del aeropuerto un taxista al que preguntamos que nos costaría alquilar el taxi para pasar un día entero en Itatiaia. Nos dijo un precio que, sin ser barato, me pareció una cantidad razonable contando el cambio ventajoso del euro, de modo que quedamos para el sábado a las 7 de la mañana en la puerta del hotel con el joven chófer Tiago.
Pero el sábado a las 7 Tiago no estaba. Al llamarle alegó una avería en su coche que le mantendría ocupado toda la mañana. En el mostrador del hotel nos propusieron una alternativa, que por un precio tripe de la "cantidad razonable" acordada con Tiago, nos daría el mismo servicio. Después de un poco de regateo, lo pudimos bajar a algo más del doble, con lo que la cifra perdió su razonabilidad (y después de pagar, mi bolsillo se quedó con una persistente sensación de vacío). Pero esa era la única forma de desplazarse a Itatiaia. A los cinco minutos de acordar el precio, se presentó el Sr. Antonio con un coche normal (sin taxímetro) que como casi todos los vehículos de Rio podía funcionar con gas, gasolina, alcohol o una mezcla de los dos últimos.
Por el camino, preguntándole acerca de las favelas y su peligro, Antonio (no es su verdadero nombre) nos confirmó que efectivamente, un coche entrando en una favela sin pararse sería tiroteado con seguridad. ¿Por que? No para robar, si no por que podría tratarse de la policía o de periodistas. Según Antonio, si la policía entra en una favela, se trata casi de una operación militar en la que es seguro que habrán muertos. O sin el casi, mirad este espeluznante vídeo. ¿Y los periodistas? Son casi tan mal recibidos como la policía por que sus fotos de armas y drogas en la favela, si se difunden, obligan a intervenir (además del robo, esto es uno de los motivos que hacen desaconsejable llevar mucho equipo fotográfico a Rio).
Esto no significa que la mayoría de personas en las favelas sean delincuentes. Más bien al contrario. El propio taxista Antonio vive en una favela, como el 60% de la población de Rio (no se si este dato es exacto). Se trata de gente normal, trabajadora, pobre pero no famélica, que tienen la desgracia de vivir en un lugar fuera del la ley. O, más bien sometidos a una ley paralela de grupos mafiosos. ¿Es para tanto? Antonio sonrió y dijo que la anterior noche no pudo dormir por que hubo un tiroteo. Por la mañana, a las cinco, viendo que estaba tranquilo, salió y vio que el taxi tenía un disparo entre las dos puertas de la derecha, pero gracias a Dios ningún daño grave.
Al cabo de unos kilómetros paramos a cargar gas y, efectivamente, allí estaba lo que parecía ser un disparo. Impresionados, continuamos el viaje. Para entrar en una favela hay que dejar el coche lejos, acercarse andando y avisar a los niños que están vigilando en la entrada. Se explica quien se es y que se va a hacer. Cuando ya están informados los jefes, si se tiene el permiso, se puede entrar. Gracias a Dios, continúa Antonio, él tiene trabajo y puede sacar a sus dos hijos adelante. Todo lo que viene del gobierno, la educación, la sanidad, la policía, es malo. Las posibilidades de que un niño de la favela salga de este submundo son escasas. Incluso trabajando y siendo aplicado en los estudios, las universidades parecen fuera de su alcance, incluidas las públicas. No existe algo como la clase media. Lula, en su opinión, pese a haber salido de la pobreza, se ha vuelto como "ellos" (pero la televisión insiste en que el porcentaje de niños escolarizados ha aumentado espectacularmente y otros conductores creen que si que ha habido alguna mejora).
La conversación continua hasta llegar a Itatiaia. Sin dejar de dar gracias a Dios, Antonio nos dibuja un paisaje con dos brasiles. Uno, el oficial, de lujosas playas y gente que vive mejor que los europeos medios, está recibiendo una importante inyección de dinero gracias al aumento del precio del petróleo y se va de vacaciones a Europa o Australia. En el otro, completamente al margen del estado, los niños se acostumbran a convivir con la pobreza (y sobretodo, con la violencia) desde muy pronto. Viendo el video, casi parece que Rio es una ciudad sorprendentemente segura.
Siempre he pensado que normalmente los que dan más gracias a Dios son los que tal vez tienen menos que agradecerle. Después de esta conversación, al entrar en el parque mi interés por los insectos me pareció insoportablemente pueril y el sueldo de Antonio algo mejor gastado, aunque sospecho que una parte importante fue la comisión para el personal del hotel.
De todos modos, si el mundo tuviera arreglo, tal vez pasaría por la apreciación de la naturaleza, y quijotescamente pienso que podría ser que a los niños de las favelas les hiciera algún bien oir algo acerca de los insectos, igual que a los de aquí.
Antes parecía que en el mundo quedaban cosas por probar, buenas (o malas) ideas que, en caso de ser llevadas a la práctica, tal vez podrían resolver los problemas de la humanidad. O por lo menos eran puntos de referencia. Ahora todo eso parece que ya pasó y no nos queda más que una cierta resignación y miedo ante el futuro.
Estas fotos de una favela están tomadas desde la autopista sin correr absolutamente ningún riesgo. He dudado en subirlas, al final he elegido las que no mostraban ninguna persona reconocible. Estos son problemas muy serios para los que yo no tengo ninguna solución. Pero por lo menos, no quisiera dar la impresión de que me recreo en la miseria de los demás.
Comentarios
Entiendo el sentimiento de puerilidad del que hablas al verificar ese estado de sitio y de miseria normalizado como parte de la estructura social del país.
Lo del video no es policía es un ejército organizado y bien armado. Debe ser aterrador crecer así.
Más que la miseria lo que me chocó es la violencia absurda, que parece normal.
http://www.filmaffinity.com/es/film412004.html
Hace un tiempo a mi jefe y a mi nos ofrecieron ir a Brasil por una temporada a implantar un sistema informático, concretamente a Sao Paulo.No fuimos. Nos acojonamos.
La Ciudad de México, donde yo vivo son también muchas ciudades en una. Yo vivo en un pequeño departamento pero en una zona maravillosa que se llama Coyoacan, una vez una amiga alemana vino a visitarme y estaba impresionada de la cultura, la rica vida citadina entre parques, galerías, cafés al aire libre, museos... pero ella no había salido de Coyoacan. Así que antes de irse a Alemania la llevé a una zona de muy ricos y a una de muy pobres. La zona rica es una copia de una ciudad americana, no hay vida citadina, ni lugares para caminar...todo se debe hacer en auto y a pesar del lujo, se respira una atmósfera plástica y sin vida. Horrible! Lo único que hay qué hacer ahí es ir a los shopping centres pues no hay ningún lugar de asueto... Y bueno en la zona pobre pasamos solo por las afueras, son tipo favelas también y se respira un aire de intranquilidad espeluznante, a pesar de sólo estar en el contorno.
Es muy triste nuestra realidad latinoamericana...
No valoramos lo que tenemos y tampoco lo queremos compartir.
Sobre la violencia absurda, como el egoismo absurdo, te pudo dar una razón: es genético. No le des vueltas.
Me gusta esa frase tuya de que los que dan más gracias a dios son los que menos tienen. Lo pensé ayer viendo un trozo de esa otra película terrible de lars von trier, Rompiendo las olas. La perversidad de la religión católica da esas cosas.
La frase que destaca Zbel de los que dan más gracias a Dios es precisa.
Entiendo que no fuerais, yo estuve a punto de hacer lo mismo.
Odette,
Aqui estamos en un nuestro pequeño mundo de relativo bienestar (que no llega a ser como a la Europa de verdad), quejandonos de nuestras pequeñas penas y en el fondo nos importa un pito todo lo demás. A ver si tengo ocasión de ir a México. Lo de los shoppings, no deja de ser una anecdota al lado de lo demás, pero no puedo entender como a la gente le gustan esos lugares.
Ignis,
Cuando llega a esos grados no se si la violencia es realmente genetica. Parece que hay un sistema que predispone a ella.
Zbel,
No vi la pelicula. No creo que pudiera soportarla, las de Tarantino ya me ponen enfermo ¿Por que Tarantino tiene que recrearse en esas cosas? Y ha hecho escuela.
El video parece de las noticias, es tremendo, debe ser lo mas normal.
Albert,
No te preocupes, no hace falta decir nada, es que no tiene solucion.
Se confirma el sinsentido de nuestra existencia.
Con todo respeto, no se trata de sentirse mal por haber tenido la suerte de nacer en un país de Europa o en una familia con mejor situación económica como en nuestros países del "tercer mundo", más bien creo que todos podemos poner en acción un poco de ayuda.
Nosotros los que vivimos en países "pobres" tenemos la gran oportunidad de hacerlo y no tenemos que esperar que otros vengan a hacerlo por nosotros, si vienen excelente un par de manos siempre son bien recibidas y donde come uno comen dos.
Talves con nuestras pequeñas acciones no cambiemos el mundo pero si ayudamos a hacer de este un mundo mejor...
Saludos.
Sin sentido, en efecto. Debe ser impresionante esa frontera.
Fab,
No se que decirte, agradezco tu comentario. Es un poco inevitable sentirse algo mal, aquí hay contrastes pero no son tan fuertes. La palabra es "suerte", tu lo dijiste.
No se que solución tendrá todo este mundo, si es que la tiene.
"y en el fondo nos importa un pito todo lo demás"
pero qué podemos hacer Frikosal? Hace mucho tiempo otra amiga alemana vino a visitarme, un día paradas en pleno tránsito empezó a gritar dentro del coche, al preguntarle que le sucedía, aterrada me señaló un niño pobre descalzo que se empapaba bajo la lluvia...me dijo Odette! Hay un niño ahí mojándose! hay que recogerlo y llevarlo a algún lado...entonces miré a mi entorno y le señalé fácil media docena de niños igual que él, y le expliqué que no era posible recogerlos a todos...
Después de ese incidente, me dí cuenta que soy ciega "ex profeso" de muchas cosas que ocurren en mi ciudad... después me sentí mal, pero después pensé que es una manera de sobrevivencia...si yo a diario me percatase de todo el dolor que hay a mi alrededor, qué solucionaría? primero no puedo hacer gran cosa, y segundo no puedo deprimirme por eso. Así que lo único que nos queda es ser felices, éticos y bondadosos con lo que tenemos y enseñárles a nuestros hijos lo mismo: ser personas de bien...
Bufaforat,
Sí creo que Tijuana y San Diego son surrealistas en el contraste tan terrible que tienen.
Fab,
Nosotros que vivimos en países pobres estamos habituados a vivir siempre en CRISIS, y eso si lees el blog de el objeto a, puede también ser una gran ventaja. V comentó que en chino CRISIS está formada por peligro y oportunidad... maravilloso no? creo que los que hemos vivido en estos países, podemos más fácilmente encontrar oportunidades, no crees?
Si, tienes razón. Sería como sacar agua del mar con una cuchara. Aqui ocurre algo parecido con la gente que llega de africa en barca, medio muertos. Mosquito escribio unos textos estupendos sobre eso.