Goya, procesiones y procesionarias
Siempre que he visitado el Prado he salido fascinado por las pinturas negras de Goya. Una de las visitas, en el 96, fue por Semana Santa. De vuelta a la pensión donde pasábamos la noche en un pueblo al sur de Madrid, me encuentro con que se veía una procesión. Inmediatamente me recordó las pinturas negras de Goya, no por la temática sino por los colores oscuros, las luces y las sombras.
Desde la ventana saque unas diapos con mi 601. Hace un par de años las pasé por el escanner. Aclarando las sombras y jugando con el filtro de enfoque para resaltar los bordes, tienen un aspecto más pictórico (pero detestable desde el punto de vista de la decencia fotográfica).
Vayan por usted, Don Francisco de Goya y Lucientes, encerrado en su casa, hasta los cojones de todo, pintando solamente para usted toda o casi toda la mierda que tenía en la cabeza. Estoy convencido de que lo más fuerte lo hizo en papel y lo tiró después al fuego.
Por pura asociación de ideas, había pensado enseñaros otras procesionarias, concretamente las del pino (Thaumetopoeia pityocampa) que fotografié en Semana Santa del 2005, nueve años después. Mucho cuidado con estas orugas porque además de ser una plaga son venenosísimas.
Como todo el mundo sabe, estos bichos siguen a su líder aunque haga cosas absurdas. El sistema es fácil: funciona en base a que cada individuo mete la cabeza en el culo de su predecesor.
Fijaros en las uñas de las tres patas de la oruga trasera, y en estos pelos que son los que provocan la terrible urticaria.
Para hacer buenas procesiones de procesionarias, es necesario que todo el mundo siga la doctrina, en este caso la técnica cabeza-culo, y tenga fe ciega en el líder. El líder, al no tener la frente entorpecida por ningún culo, es infalible.
Herejía. Si algunas orugas empiezan a pensar más de la cuenta, se crea un serio problema. Y finalmente, el caos.
Esto es una reposición de un artículo que en 2005 me publicó la revista El Pollo Urbano
Comentarios
Una vez, hace muuucho tiempo, estaba dando un paseo con mi "ex" por Biescas, en el Pirineo de Huesca, buscando el famoso "Dólmen de Biescas", y vimos que la pista forestal estaba llena de "procesiones", por lo que nos dedicamos a pisarlas a conciencia... llevábamos gruesas botas de montaña, medias gordas altas y pantalón largo.... pues bien, al llegar al hotel y ver que empezabamos a tener picores en las piernas, comprobamos que, a pesar de todas esas "capas" de protección, las teníamos completamente irritadas...
Otro compañero de trabajo, que es de Jaén, me contó que en su pueblo contrataron unas "peonadas" para ir a quitar nidos de orugas... sin ninguna protección, cortaron los nidos con tijeras de podar de esas laaargas, y luego hicieron una hoguera y los quemaron ...
Muchos tuvieron que ir al hospital con problemas respiratorios al aspirar el humo generado...
CUIDADO !
Lo de que no hay que tomar en broma a las procesionarias está fuera de duda. Nada bueno se puede esperar de un animalito que se orienta poniendo su cabeza junto al culo de otro.
Curiosa la relación de ideas pintura/claroscuros/Procesión/procesionaria/orden/desorden
Al ver la primera de la serie y leído el encabezamiento de la entrada, pensé que se trataba de un trabajo de Goya. Desperté.
Cojonudas fotos y cojonudo texto.
saludos
Salut, Myrtus