El cementerio de las ilusiones



Ya se sabe, el mar a veces nos trae cosas inesperadas. Paseando por la playa vi este dos caballos de juguete. Es una réplica de un modelo muy antiguo y está lleno de nácar: habrá pasado tal vez 40 años dentro del mar.

Un niño, me imagino, suspiró por él al verlo en un escaparate, tembló de emoción al abrir el paquete, dormía con el coche a su lado, tal vez pasó tardes enteras con su juguete favorito. Hasta que al fin se hizo mayor, persiguió otros sueños, y lo dejó olvidado.

Es efímera nuestra vida y son vanos nuestros esfuerzos, todo acabará muerto, en el olvido, convertido en ceniza, cubierto de nácar.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que bien escribes, este post te ha quedado genial

"todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia; es hora de morir" de Blade Runner

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