Mi vida secreta en los rios
Como Clark Kent, yo soy un trabajador modélico, aburrido y algo mediocre. En mi oficina de agrimensores (La Puntual), yo trazo planos, cierro triángulos y calculo superficies. Este oficio no deja mucho lugar para las emociones.
Pero en cuanto llega la hora de comer, salto al coche y me alejo de la asquerosa ciudad durante dos horas. Monte arriba, sorprendentemente cerca, hay algunos ríos que esta primavera llevan algo de agua. Sin exageración ninguna, debo confesaros que allí, estando en perfecta soledad, realizo una metamorfosis.
Ya convertido en un fauno, me abro paso por los cañizares, persigo ranas y renacuajos, rindo el debido culto a la serpiente de agua y finalmente me baño en las pozas más secretas, las de agua purísima, que solamente conocen los tritones y las hadas.
Todo esto lo hago con la felicidad de nuestro Padre Adán, con una alegría y despreocupación totales. Y estando en el río regreso por unos momentos a la paz absoluta del útero materno.
A veces hago alguna foto.
Antes de marcharme siempre dedico un instante a la memoria de mi amigo. El, que también gustaba de los ríos, me pidió que disfrutara de la vida siempre que tuviera ocasión, como si de esta forma la certeza de su muerte inminente le resultara un poco más tolerable.
Ya vestido con el traje y la corbata de Clark Kent, me como una lata de sardinas en el coche, con cuidado de no mancharme. Y regreso a la ciudad, que sintiéndolo mucho, a mi me parece una mierda sin ninguna utilidad.
Pero en cuanto llega la hora de comer, salto al coche y me alejo de la asquerosa ciudad durante dos horas. Monte arriba, sorprendentemente cerca, hay algunos ríos que esta primavera llevan algo de agua. Sin exageración ninguna, debo confesaros que allí, estando en perfecta soledad, realizo una metamorfosis.
Ya convertido en un fauno, me abro paso por los cañizares, persigo ranas y renacuajos, rindo el debido culto a la serpiente de agua y finalmente me baño en las pozas más secretas, las de agua purísima, que solamente conocen los tritones y las hadas.
Todo esto lo hago con la felicidad de nuestro Padre Adán, con una alegría y despreocupación totales. Y estando en el río regreso por unos momentos a la paz absoluta del útero materno.
A veces hago alguna foto.
Antes de marcharme siempre dedico un instante a la memoria de mi amigo. El, que también gustaba de los ríos, me pidió que disfrutara de la vida siempre que tuviera ocasión, como si de esta forma la certeza de su muerte inminente le resultara un poco más tolerable.
Ya vestido con el traje y la corbata de Clark Kent, me como una lata de sardinas en el coche, con cuidado de no mancharme. Y regreso a la ciudad, que sintiéndolo mucho, a mi me parece una mierda sin ninguna utilidad.
Comentarios
NO ME LO CREO: no me creo que no se manche con la lata de sardinas.
Salude a su padre Adán de mi parte.
En los ríos, como Adán.
Algún lamparón me cae de vez en cuando :)
¿Y cómo se la sujeta?
¿Y por qué no se come las sardinas con los pies metidos en el agua y se deja el traje para luego?
Petons.
Saludos, fauno de los ríos y selvas ribereñas del noreste.
¡Cómo me pones una lata de sardinas en este mundo del agua pura!¡Unas sardinas!, ¿en aceite o en escabeche?, ¿y las raspas?,¿te llevaste el gato para reciclarlas o lo dejaste al libre albedrío de la madre naturaleza? ,¿y con la lata?...un espejo para las hadas?
Tengo dudas razonables de su ecologismo ;))
Auroras de ciertas dudas.
4:39 PM
Gyo, ¿ya regresaste?
Todos hemos sentido alguna vez esa necesidad de volver al útero materno aunque sea una sensación idealizada para buscar algo en nuestro interior que no encontramos en el exterior.
Recordando un título del que guarda una libelula petrificada en su salón, si la naturaleza es la respuesta, cuál es la pregunta?
Me alegra ver que coincidimos, a ver si un día podemos coincidir en algún lugar. Hay un congreso de fotografía de insectos en la Rioja, pero no voy a poder ir.
Siento la alusión a la lata, es un contrapunto desagradable. Y además, otro día tengo que volver sobre el tema.
Mmmm, muchas gracias.
Besotes y buen baño en el río!!!!
Me imagino que tu en lugar de capa voladora tendrás alas de libelula... ;-)
Eres único!
Seguro que se rompió el molde cuando te fundieron...
Un abrazote