Historia de amor y muerte en 13 frases
1-Él era un perro callejero de los más feos, asalsichado, famélico, con el pelo raído y una pata ranca. Ella era mansa, muy menuda, de color negro y carita de rata.
2-Una anciana solitaria se encariñó de ella y la cobijó una temporada.
3-Pero el día del entierro, entre tanta gente desconocida entrando y saliendo, la perrita se marchó lloriqueando por la puerta abierta.
4-Después de tantas pedradas, tanta hambre y tanto frío, el asalsichado tuvo la suerte de encontrarla una mañana propicia.
5-Se olisquearon, y sin más preámbulos fueron a esconderse debajo de un camión.
6-Siendo tan pequeños, entre el diferencial y el depósito de gasoil quedaba un hueco que tenía la altura justa para que pudieran amarse.
7-Yo era el niño que les vio camino de la escuela, y toda la mañana estuve meditando acerca de los misterios de la vida.
8-Al mediodía seguían debajo del camión, descansando tumbados uno al lado del otro para poder continuar.
9-Por la tarde me contaron que un perro finolis olió a la perrita, pero que el asalsichado plantó cara y pudo rechazarle de un mordisco.
10-A las siete de la tarde, volviendo de catequesis, el camión arrancó y pude ver como los dos salieron algo asustados.
11-Y se marcharon trotando juntos calle abajo, él con la pata ranca.
12-Habiendo tenido los dos una vida tan miserable, me pregunto si cuando murieron atropellados, o de un mal parto, o quien sabe como, debieron recordar aquel día debajo del camión.
13-Pero yo no se si el recuerdo de las alegrías pasadas puede mitigar el dolor presente, o si por el contrario, lo aumenta.
2-Una anciana solitaria se encariñó de ella y la cobijó una temporada.
3-Pero el día del entierro, entre tanta gente desconocida entrando y saliendo, la perrita se marchó lloriqueando por la puerta abierta.
4-Después de tantas pedradas, tanta hambre y tanto frío, el asalsichado tuvo la suerte de encontrarla una mañana propicia.
5-Se olisquearon, y sin más preámbulos fueron a esconderse debajo de un camión.
6-Siendo tan pequeños, entre el diferencial y el depósito de gasoil quedaba un hueco que tenía la altura justa para que pudieran amarse.
7-Yo era el niño que les vio camino de la escuela, y toda la mañana estuve meditando acerca de los misterios de la vida.
8-Al mediodía seguían debajo del camión, descansando tumbados uno al lado del otro para poder continuar.
9-Por la tarde me contaron que un perro finolis olió a la perrita, pero que el asalsichado plantó cara y pudo rechazarle de un mordisco.
10-A las siete de la tarde, volviendo de catequesis, el camión arrancó y pude ver como los dos salieron algo asustados.
11-Y se marcharon trotando juntos calle abajo, él con la pata ranca.
12-Habiendo tenido los dos una vida tan miserable, me pregunto si cuando murieron atropellados, o de un mal parto, o quien sabe como, debieron recordar aquel día debajo del camión.
13-Pero yo no se si el recuerdo de las alegrías pasadas puede mitigar el dolor presente, o si por el contrario, lo aumenta.
Comentarios
Bueno, tal vez "con la esperanza de alegrías presentes o futuras"
Pero ¿y los que me decían cuando era joven "disfruta de la vida ahora que puedes"? No lo hice, pero de haberlo hecho, ¿me serviría de algo en los malos momentos?
Y cuando estando ya en la jaula de la perrera vemos al tipo con el garrote acercarse a sacrificarnos, ¿nos sirve de algo el recuerdo de la cópula debajo del camión? Entonces no vale pensar "mañana habrá otras libélulas", por que no hay mañana.
Yo no lo se, creo que no.
Por muchos tipos con garrote que intenten sacrificarme, me defenderé como un perro acorralado.
Peores son las promesas de felicidad post-mortem como prometen los mono y politeistas.
Jo crec que el record de les alegries passades és això, un record. Penso que allò que pot consolar més és probablement de tenir-ne molts, de bons records. I que, a la fi, posats tots en una balança, els bons records arribin a pesar més que les amargures i el dolor. Només llavors, potser, esboçarem (tan sols) un somriure.
Si cal o no mitigar el dolor amb alegries presents és tan sols una opció que té cadascú.
Petonets, Albert i Manel.
Mmm, me alegra que lo veas así.. yo estoy con Manrique:
"cuán presto se va el placer
cómo después de acordado,
da dolor"
"Peores son las promesas de felicidad post-mortem como prometen los mono y politeistas."
Eso si. Son malas por que son falsas. Si fuera cierto..
Només, estic d´acord amb tu.
Ai si filla es que ahir amb la vaga dels transports, la cua a la benzinera, els camioners pitant com bojos, aquest temps, una feinada que tinc...
Estic com "el asalsichado", una mica ple de garrotades i amb la pota ranca.
:)
HErmosa historia de amor la de los perritos, me encantó faltó final vivieron felices y comieron perdices...
Besikis y feliz dia!!!!!!!
Un abrazo.
Sin embargo, Bioy Casares contestaba a esto con una nostalgia muy rioplatense: "¿Y quién me lo devuelve?"
Tan incorporados los tenemos que nos cuesta entender que el pasado y el futuro son una mera ilusión, que no existen. Lo único que existe es el presente a cada momento diferente; recuerdo y expectativa no tienen la misma participación en la realidad.
Por eso no parte de premisas ciertas el razonamiento que propone que ya que iremos a vivir dos días tratemos de hacerlo buscando la felicidad. Pues ni la felicidad pasada, ni el dolor que fue suman nada a la situación presente. Puede Edipo haber sido el hombre más afortunado de Grecia, pero nada mitigará el dolor de su doble desgracia el recordar los tiempos de gloria pasados. Cuando descubra la verdad que lo hace un incestuoso asesino ese presente será su única realidad.
Somos presente; uno nuevo a cada momento. Y no somos nada más.
Yo no soy más que un humilde preguntador asalsichado, no conozco las respuestas y por tanto todas las intervenciones son bienvenidas.
Sin embargo, me apunto al "¿Y quién me lo devuelve?" del Sr. Bioy. Allí en su invención de Morel parece que es eso lo que buscaba.
Nuestro deseo, lamentablemente, no crea realidad. Las cosas son como son.
Sostener que el recuerdo de la felicidad debe tener peso en nuestro presente porque "La certeza de que nuestra vida ha sido una mierda añadiría más dolor al presente, inundaría de dolor el futuro y no nos dejaría un resquicio, ni motivos, para pensar que la situación puede mejorar", es igual a convencerse de que hemos ganado la lotería de Navidad porque de otro modo no podríamos viajar en yate, comprar un Mercedes e invertir en la bolsa de valores. Claro que no podríamos hacer todo eso, pero nuestra decepción no nos volvería ganadores. Del mismo modo, si el pasado de felicidad no incide en el futuro no habría lugar para pensar que las cosas pudieran mejorar, pero esta insatisfacción no cambia la naturaleza de la realidad, el hecho crudo de que sólo hay presente.
Si somos uno nuevo a cada instante, ¿no habría que soltar a todos los presos?
Ahora me parece -y no sabría decirte por que- que la muy enigmática Desanchá tiene razón. Por lo menos puedes decir fui feliz aquella tarde con la perrita de cara de rata, mi vida no fue una mierda absoluta. Algo es algo, no se.
Los recuerdos felices...fueron felices pero pasaron ya! No sé lo que debe importarnos es el presente pero es dificil pues tendemos a recordar momentos que aunque felices no podremos quizás revivir más y eso es triste...
Lo bueno de esto es que nada es permanente... nada... yo hoy estoy también algo triste, pero mañana haré lo posible porque mi sentimiento sea otro.
Tus cuentos de infancia tienen un aire de Juan Ramón Jiménez que da gusto.
Efectivamente.
¿Puedes decirme a que obra de JRJ? No he leído nada en absoluto, el otro día Albertus hablaba de él. Se agradecería una sugerencia de lectura.
No, asalsichada no se si estarás. En el cuento, el asalsichado es un tipo feo que lucha. Tu comentario me parece más bien melancólico.
(Interesantes fotos en tu blog, por cierto).
"pues tendemos a recordar momentos que aunque felices no podremos quizás revivir más y eso es triste..."
Eso mismo era justamente.
ESO MISMO, justamente es eso, con esta historia tuvieron a la gente engañada durante más de mil años.
Y todavía ahora algunos, cada vez menos, se abstienen de vivir..
Intuición?
No, lo decía por el tono de tu comentario, algo tristón.
Las fotos. Mira esta.
Tu foto es, evidentemente, mejor. El muro de la mía apenas se aprecia, pero dejando eso aparte, me pregunto qué nos induce a fotografiar ventanas a la nada...
En mi caso fue una aversión a las construcciones y a la ciudad. Las ruinas siempre me han gustado.