El peso de los bits
Mi abuelo, que era de Granada, se murió a los 74 años justo cuando empezaba a escribir sus memorias. Y hubieran sido muy interesantes, desde luego mucho más que las mías. Ahora que tengo los 40 tacos a la vuelta de la esquina (un par de meses después de Navidad) creo que ha llegado el momento de empezar a ordenar mis recuerdos, los buenos y los malos.
Revisando lo que la gente cuenta de su vida, veo que hay cierta tradición en contar la primera experiencia sexual. Para no aburrir a la audiencia, yo por el momento no voy a abordar este apasionante tema, y empezaré por algo que para mi fue anterior al primer polvo: Mi primer programa.
Lo recuerdo perfectamente. A un buen amigo de mi juventud, sus padres le compraron un Spectrum. Al salir del Castillo de Curas donde estudiábamos secundaria, fuimos disparados a su casa para ponerlo en marcha por primera vez. Con expectación, lo sacamos de la caja (ahora parece un chisme ridículo), lo enchufamos a la tele y allí apareció el mensaje
(c) 1982 Sinclair Research Ltd.
Y ahora ¿que hacemos con esto? Por que en aquellos tiempos los ordenadores llamados domésticos no servían prácticamente para nada como no fuera aprender a programar en Basic y usar unos juegos que tardaban más de cinco minutos en cargarse desde un caset.
Resulta que mi hermana había hecho un cursillo de Basic un par de años antes y yo había leído los apuntes con deleite. Y recordaba algunas cosas. Lo suficiente como para poder escribir (después de luchar con el odioso teclado) algo así como:
10 LET x=10
20 PRINT x
Entonces, apretando RUN salió, glorioso un
10
en la pantalla.
¡Que emoción que gran maravilla de la tecnología era el Spectrum!, ¡Hacía exactamente lo que le pedías!
Y que suerte haber nacido en esta época de prodigios. Por que el Spectrum del 82, que era casi un juguete para chavales, ya era muchísimo más potente que el ordenador que llevaban los cohetes Apolo del 68.
En casa de mi amigo, y después en la mía, y en otros muchos lugares, he pasado horas y horas escribiendo programas, unas veces cobrando y otras sin cobrar, pero casi siempre con la sensación de descubrimiento de aquella primera tarde.
PS. Aunque no he estudiado informática ni soy programador profesional, soy un obsesivo irremediable. Y a fuerza de disfrutar y disfrutar escribiendo programas, el peso de los bits acabó cargándome el cerebro y ahora soy un poco frikosal. Tened cuidado los que trabajáis en este sector, escribir software es malo para el cerebro (pero solamente si se disfruta haciéndolo).
Revisando lo que la gente cuenta de su vida, veo que hay cierta tradición en contar la primera experiencia sexual. Para no aburrir a la audiencia, yo por el momento no voy a abordar este apasionante tema, y empezaré por algo que para mi fue anterior al primer polvo: Mi primer programa.
Lo recuerdo perfectamente. A un buen amigo de mi juventud, sus padres le compraron un Spectrum. Al salir del Castillo de Curas donde estudiábamos secundaria, fuimos disparados a su casa para ponerlo en marcha por primera vez. Con expectación, lo sacamos de la caja (ahora parece un chisme ridículo), lo enchufamos a la tele y allí apareció el mensaje
(c) 1982 Sinclair Research Ltd.
Y ahora ¿que hacemos con esto? Por que en aquellos tiempos los ordenadores llamados domésticos no servían prácticamente para nada como no fuera aprender a programar en Basic y usar unos juegos que tardaban más de cinco minutos en cargarse desde un caset.
Resulta que mi hermana había hecho un cursillo de Basic un par de años antes y yo había leído los apuntes con deleite. Y recordaba algunas cosas. Lo suficiente como para poder escribir (después de luchar con el odioso teclado) algo así como:
10 LET x=10
20 PRINT x
Entonces, apretando RUN salió, glorioso un
10
en la pantalla.
¡Que emoción que gran maravilla de la tecnología era el Spectrum!, ¡Hacía exactamente lo que le pedías!
Y que suerte haber nacido en esta época de prodigios. Por que el Spectrum del 82, que era casi un juguete para chavales, ya era muchísimo más potente que el ordenador que llevaban los cohetes Apolo del 68.
En casa de mi amigo, y después en la mía, y en otros muchos lugares, he pasado horas y horas escribiendo programas, unas veces cobrando y otras sin cobrar, pero casi siempre con la sensación de descubrimiento de aquella primera tarde.
PS. Aunque no he estudiado informática ni soy programador profesional, soy un obsesivo irremediable. Y a fuerza de disfrutar y disfrutar escribiendo programas, el peso de los bits acabó cargándome el cerebro y ahora soy un poco frikosal. Tened cuidado los que trabajáis en este sector, escribir software es malo para el cerebro (pero solamente si se disfruta haciéndolo).
Comentarios
Lagrimita... sniff
20 PRINT "Que bien escribes. Cabrón!"
30 NEXT
-th
Desde luego, hay que estar un poco chalado para creerse que 1+1 son 10.
La cosa me dió para pagarme un aerógrafo importado, y también para reconocerme como uno de los `peores ilustradores del mundo.
Si es que le he echado un morro a la vida...
:)
Luego del PRINT el GOTO, después el FOR-NEXT, cuando empezabas a entenderlo el GOSUB y el RETURN. La enfermedad empezaba con los POKE's y los DATAS. Y el cáncer al hacer tus propios "copiones" que se cargaban en la memoria de video para evitar la principal protección del software consistente en ocupar el 100% de la memoria.
Programar en lo que se llamaba "código máquina" era como alcanzar la semidivinidad y un mundo mágico que parecía sin límites se abría de repente. Con 16 años te sentías poderoso.
Claro que lo mio fue peor, me inicié con el ZX81 de 1Kb de Ram, lo del Spectrum fue un lujo asiático posterior con sus 16Kb ampliables a 32!!!
Que tiempos!
Jesús A.
Efectivamente!!
Pero yo no tuve un Spectrum, compre (me compraron) otro con un 6502 en lugar de un Z80.
Siempre te he dicho que piensas como los tecno frikis, y se va confirmando. Ya hablaremos del asunto :)
A lo mejor te gusta leer esto:
ant attack making off
Lamentablemente ya no programo y ya no siento esa sensación frankensteiniana del creador.
Un saludo
Voy a organizar una reconquista del frikismo. Los que disfrutabamos haciendo programas saldremos del armario. Por dos duretes hoy en dia se pueden hacer unas virguerias de la H. Estate al loro.
Alguazul,
Exactamente eso es, "esa sensación frankensteiniana del creador". Lo has clavado y me encanta la frase.
Nmp,
Jugar al tenis y pintar oleos, cbrn.
Treeh
:)
GG,
Si, el mitic Fernandez. Li dedicare una entrada.
Mas tarde me regalaron un MSX con el que realicé gran cantidad de programas ...pero eso ya es otra historia
saludos