Regresando del altiplano
Esta tarde de Agosto el calor ha sido intenso. Ya casi no queda nadie en la ciudad-dormitorio y aquí cualquier cosa resulta penosa, incluso comprar un sobre se ha convertido en una odisea. En medio de este sopor, la vida en la oficina de agrimensores me ha parecido incluso más claustrofóbica de lo normal y me ha venido de nuevo a la memoria el viaje a Chile.
Hice esta foto regresando del altiplano, donde pasamos un día especialmente intenso el Dr. Garat y yo. Tratamos de llegar en coche a unas lagunas que están a más de 4000 metros de altitud, y nuestra intención era esperar a que oscureciera para poder fotografiar el reflejo de las estrellas en sus aguas. Pero no pudimos ni tan siquiera alcanzar las lagunas. A esa altitud y en invierno, todos los planes hay que hacerlos contando con la aprobación de la naturaleza. Y al regresar me di cuenta de que a veces las cosas que perseguimos con tanto afan resultan ser mucho menos importantes de lo que parecían.
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Pero ya no estoy en la oficina, sigo desconectado y ya ven que últimamente ando con un extraño optimismo. ¿Parezco un personaje de Coelho?. Y por cierto, que vértigo pulsar un botón para que se publique una entrada dentro de casi tres semanas. ¿Quien sabe lo que puede haber pasado entre tanto?. Pero si todo sigue como estaba previsto, pronto voy a regresar (tristemente) a la ciudad-dormitorio.
Hice esta foto regresando del altiplano, donde pasamos un día especialmente intenso el Dr. Garat y yo. Tratamos de llegar en coche a unas lagunas que están a más de 4000 metros de altitud, y nuestra intención era esperar a que oscureciera para poder fotografiar el reflejo de las estrellas en sus aguas. Pero no pudimos ni tan siquiera alcanzar las lagunas. A esa altitud y en invierno, todos los planes hay que hacerlos contando con la aprobación de la naturaleza. Y al regresar me di cuenta de que a veces las cosas que perseguimos con tanto afan resultan ser mucho menos importantes de lo que parecían.
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Pero ya no estoy en la oficina, sigo desconectado y ya ven que últimamente ando con un extraño optimismo. ¿Parezco un personaje de Coelho?. Y por cierto, que vértigo pulsar un botón para que se publique una entrada dentro de casi tres semanas. ¿Quien sabe lo que puede haber pasado entre tanto?. Pero si todo sigue como estaba previsto, pronto voy a regresar (tristemente) a la ciudad-dormitorio.
Comentarios
Un día nos cuenta esa odisea a 4000 m
Yo también espero el relato de la odisea junto al dr. Garat.
;)
Un abrazo y quedate con tus recuerdos para los malos momentos.
Porque ahora hay mucha gente que se lanza a subir montañas o a irse al culo del mundo, luego les pasa algo y al final hay que ir a buscarles poniendo en riesgo más vidas.
A ver que día nos cuenta Ud. las aventuras que pasó en las alturas chilenas junto al doctor Garat.
Qué pecado!
Sigues en el nuevo continente? Me mandaron un mail en ell que me decían que el 29 de este mes, Marte estaría tan cercano a la tierra que parecería otra luna, osea que el 29 sería un día con dos lunas en el cielo, pero en Londres estaba tan nublado que no pude ver nada... tu que ves tanto los cielos, dime...fue eso cierto?
Odette,
No te se decir con precisión pero tan grande no puede ser de ninguna manera, como máximo se verá como una estrella brillante.
Ví en el periódico un artículo de un aficionado a la astronomía de por aquí. Decía que era imposible lo de Marte, que para que se viera como la luna tendría que acercarse no se cuantísimos millones de km. en un solo día, frenar en seco y volver luego a su sitio; de todo punto imposible, y si lo hiciera la influencia de su gravedad sobre nosotros provocaría horribles cataclismos.
Yo también leí la entrevista a Coelho. La conclusión que saqué es que tiene un morro que se lo pisa.
¿le gustó el pan?