Ejercicios espirituales para ateos: besar a una mariposa
Vengo del monte. Le he dado un beso a una mariposa como esta. Sorprendida más que asustada, se ha ido volando a otra flor.
Es una sensación sutil notar las alas en los labios, casi imperceptibles, pero al mismo tiempo tener la certeza de que la has tocado. Nunca lo había conseguido.
En realidad, nunca había intentado besar a una mariposa. Los años van pasando, esta mañana he salido al monte sin la cámara, feliz observando los insectos sin la obligación de tener que fotografiarlos. Buenos días, mariposa diminuta de antenas gigantes y alas metalizadas, ¿como va la caza, chiche asesino?, ¡ que rápido vuelas, mariposa colibrí !. Y así sucesivamente.
Yo no se si voy hacia delante o hacia atrás, pero evoluciono.
Es una sensación sutil notar las alas en los labios, casi imperceptibles, pero al mismo tiempo tener la certeza de que la has tocado. Nunca lo había conseguido.
En realidad, nunca había intentado besar a una mariposa. Los años van pasando, esta mañana he salido al monte sin la cámara, feliz observando los insectos sin la obligación de tener que fotografiarlos. Buenos días, mariposa diminuta de antenas gigantes y alas metalizadas, ¿como va la caza, chiche asesino?, ¡ que rápido vuelas, mariposa colibrí !. Y así sucesivamente.
Yo no se si voy hacia delante o hacia atrás, pero evoluciono.
Comentarios
Como decía mi admirado Thoreau: "A man is rich in proportion to the number of things he can afford to let alone", que traducido vendría a ser "Un hombre es rico en proporción a la cantidad de cosas de las que puede prescindir".
:-)
Qué bueno.
Ahora que nadie nos escucha, te diré que el sábado besé a una empusa adulta (verde, preciosa)