La importancia del diagnóstico en la infancia

El joven Franz.

Jesús, sobre los siete años, demostró una extraordinaria lucidez y una sorprendente capacidad para hacer las preguntas más incómodas a los sacerdotes. Su madre, angustiada, le llevó al médico y posteriormente fue derivado al psiquiatra. "Este niño tiene un conflicto no resuelto con su Padre, pero lo peor no es eso, si no su hiperactividad. Menos mal que le hemos pillado a tiempo, si no, hubiera acabado colgado como un vulgar delincuente. Total, para que otros se aprovecharan de sus ideas". Adecuadamente medicado, se reincorporó a la vida normal y ya de mayor trabajó felizmente en la Caja de Ahorros hasta el fin de sus días.

Vincent fue un niño solitario e introvertido, que hacía unos dibujos muy raros de escarabajos y otros insectos. Al llegar a la adolescencia, empezó a manifestar cambios de humor repentinos, como alegrías extraordinarias al contemplar determinados paisajes o las estrellas. Su madre, angustiada, le llevó al médico y posteriormente fue derivado al psiquiatra. "Este niño padece déficit de atención y un trastorno bipolar. Menos mal que le hemos pillado a tiempo, si no, hubiera terminado por cortarse una oreja y pegarse un tiro. Total, para no vender ni un cuadro". Adecuadamente medicado, se reincorporó a la vida normal y ya de mayor trabajó felizmente en la Caja de Ahorros hasta el fin de sus días.

Siddhartha ya desde muy niño fue sensible y solitario; no se interesó especialmente por los fastuosos regalos que le hizo su padre, que era el rey que gobernaba el clan de los shakia. En cierta ocasión se escapó de palacio y volvió terriblemente impresionado por el hambre, la pobreza y la enfermedad que asolaban a los súbditos. "Este niño sufre stress post traumático. Menos mal que le hemos pillado a tiempo, si no, hubiera sido toda su vida un soñador y un Iluminado". Adecuadamente medicado, se reincorporó a la vida normal y ya de mayor trabajó felizmente en la Caja de Ahorros hasta el fin de sus días.

El joven Franz desde pequeño se encerraba a escribir cosas raras, se sentía observado y en todas partes veía maquinaciones (que después demostraban ser ciertas). "Menos mal que le hemos pillado a tiempo, de lo contrario, hubiera pasado las noches escribiendo cosas raras para terminar muerto consumido por la turberculosis. Total, para no ver nada publicado". Adecuadamente medicado, se reincorporó a la vida normal y ya de mayor trabajó felizmente en la Caja de Ahorros hasta el fin de sus días... que no fueron muchos puesto que Hitler le mandó a un campo de exterminio.