La puesta

Esto son huevos de algún anfibio, creo que de sapo común. Los sapos no necesitan del agua tanto como las ranas y suelen alejarse de los ríos y charcas para su vida adulta. Pero necesitan agua para reproducirse. Y para encontrarla, vuelven a donde nacieron. Esto (imagino) les obliga a un dramático viaje de retorno, abandonando el lugar que habían conquistado como adultos para enfrentarse a los peligros de un viaje incierto. Atraviesan peligros inimaginables para un animal de porte lento, como por ejemplo las carreteras. Allí mueren a centenares. De modo que incluso el sapo común es cada vez menos común (y estoy seguro de que más del 80% de los habitantes de mi ciudad-dormitorio no lo han visto nunca).

Alguien podría preguntarse por que los sapos no se dedican a la vida contemplativa, o a cualquiera de los múltiples placeres de los que puede disfrutar una pareja de sapos, en lugar de embarcarse en una empresa tan peligrosa e ingrata como la reproducción. Y posiblemente algunos de ellos de vez en cuando resuelven no reproducirse. Pero, al ser su comportamiento hereditario, sus hijos inexistentes no pueden heredar este temperamento digamos que hedonista (sin ánimo de ofender).

La puesta y la cópula se realizan a finales de invierno. Yo todavía no he podido presenciar este acontecimiento, pero debe ser impresionante verlos abrazados. La hembra realiza una puesta enorme que parece un enjambre de serpientes transparentes con los huevos fecundados en su interior. Esto es lo que muestra la fotografía.

Al cabo de unos días salen los diminutos renacuajos, o más bien a mi me pareció que los huevos cambian de forma y empiezan a ser cada vez más parecidos a un renacuajo. Al principio casi no pueden ni moverse, pero ahora a principios de mayo ya tienen la presencia de espermatozoides negros que agitan la cola vigorosamente. A medida que crecen, su número disminuye, van siendo víctimas de otros animales. Esto es normal: con tan solo unos pocos que que lleguen a la edad adulta y puedan salir del agua, se ha cumplido su objetivo.

Pero si sus progenitores no eligieron bien y la charca se seca, todos mueren y los peligros del viaje han sido en vano. Este justamente debe ser el motivo del viaje, si a ellos les fue bien, eligen el mismo lugar para sus hijos. ¿Esta estrategia les permitirá hacer frente a la brutal sequía de este año? La lluvia del fin de semana pasado puede haber sido una espada de doble filo si no va seguida de otras.

Comentarios

Mad Hatter ha dicho que…
El istinto de reproducción (transmisión de los propios genes a la siguiente generación, teoría del gen egoísta) es uno de los más fuertes, sino el más, de los seres vivos. Y un sapo no tiene el grado de libertad ni la capacidad de elegir si ese año se reproduce o no, simplemente les llega la época de reproducirse y lo hacen (como también les sucede a los pájaros). La única limitación puede ser la carencia de alimento, es decir que no tengan energías para el esfuerzo añadido que supone la reproducción, con respecto a la mera subsistencia.
En el valle del Rasillo (Cameros, La Rioja) hay un embalse en el fondo, al que bajan a reproducirse los sapos comunes, el éxodo masivo de miles de diminutos sapitos que ascienden desde el embalse a los montes aledaños, especialmente los días lluviosos o de tormenta, en julio, es espectacular y también mueren muchos atropellados o pisoteados.
Saludos.
Anónimo ha dicho que…
Parecen bolitas de caviar. Supongo que la evolución intentarà darles el peor gusto posible de cara a posibles predadores.
frikosal ha dicho que…
Se agradece tu comentario Mad, como siempre bien informado. Aunque alguna vez no tengo tiempo o ánimos de contestar, y otras veces no estamos de acuerdo (como es lógico cada uno ve las cosas a su manera), siempre se agradece mucho que te sientes a poner algo.

Yo creo que la palabra instinto es engañosa. Por ejemplo los ciervos macho que no tienen especiales ganas de pelear con los demás, por la razón que sea, pues no se comen un rosco. Y esa poca combatividad no la heredan sus hijos. El resultado es que todos los machos tienen ese comportamiento, sin que ellos mismos sepan decir (si pudieran hacerlo, se entiende) por que. Claro, eso es justamente un instinto, ya lo se, pero yo lo veo más bien como la eliminación de otras conductas posibles. Como alguien dijo "Nada tiene sentido, en biología, si no es a la luz de la evolución".

Me dicen que no se en que lugar cortan las carreteras a ciertas horas cuando pasan los sapos.

Hay un congreso en La Rioja y estoy pensando si ir.

Th, Parecen caviar. No son malos, saben más o menos como a pollo poco pasado.

Mentira... no se me ocurriría comérmelos.
Mad Hatter ha dicho que…
Claro, evidentemente, los instintos o comportamientos heredados son el fruto de la evolución. Aquellas estrategias reproductoras que tienen éxito son las que perduran. Estamos de acuerdo, por esta vez (je, je).
Respondiendo a "treehugger", los sapos en todos sus estadíos vitales son tóxicos para muchas especies. Todos los que tengáis perro habreís podido comprobar como éstos nunca muerden a los sapos, salvo quizás algún cachorro inexperto por su juventud. Las secreciones de alguna especie en bajas dosis pueden tener incluso efectos alucinógenos ¿No habéis visto vídeos de hippis en California lamiendo la espalda de un sapo?
frikosal ha dicho que…
Bueno, y todo lo de las brujas y el beso al sapo (alucinógeno) que lo convierte en príncipe. Es un clásico.

Yo una vez estuve manipulando al sapo partero un rato, sin guantes, y me dio un leve escozor en la mano. Desde entonces siempre llevo guantes cuando el asunto va de sapos.

Pero el domingo tuvimos en la mano a la salamandra amarilla y negra, preciosa. A pesar de su mala fama, no segregó ninguna porquería.

Quien más quien menos está al tanto de los problemas de las ballenas, los tigres, osos panda etc pero nadie se preocupa de los anfibios. Es una pena.
igniszz ha dicho que…
Los amfibios son el puente que nos une al agua.

Los sapos, que no pueden esconderse como las ranas, deben desarrolar otros mecanismos de defensa. Que yo sepa, que es poco, aparte del camuflaje, está la toxicidad de su piel, y alguna que otra técnica un tanto sorprendente, como la de hicharse y aumentar su volumen, y así las zancudas aves que se los comen deciden que su ingestión va a ser un mal trago y los dejan tranquilos.
nomesploraria ha dicho que…
Me gustan los sapos.
Me gusta la foto.
Espero que llueva.

Coño, parece un jaicú (sin ánimo de ofender).
nomesploraria ha dicho que…
Nunca he chupado un sapo pero todo se andará
frikosal ha dicho que…
Eso puede traumatizarles!
:)
Kenneth Moreno May ha dicho que…
hermosa entrada, como siempre
Carmen ha dicho que…
Pues no pienso chupar a ninguno... ni para comprobar si saben a caviar, y eso que el caviar me gusta! Ni para tener alucinaciones... que ya alucino bastante cuando estoy currando. Pero sí les miraré con más cuidado cuando les vea en ese viaje hacia las charcas... ufff... menos mal que sapos sí he visto en mi vida! (qué alivio)
Belnu ha dicho que…
Ay... Ojalá la sequía no acabe con ellos. Qué bonitas hileras, parecen cenefas! Hoy uno de los obreros que ha entrado en mi casa, interrumpiéndome una y otra vez, ha señalado el suelo diciendo Oh! Creí que se refería a las pisadas blancas que iba dejando por no haberse limpiado los pies, pero no, señalaba una rana de hierro, tailandesa, que me sirve para sujetar la puerta... Parece que se ha asustado al verla...
Anónimo ha dicho que…
Hola
Yo encontré en un rió huevos de sapo como los que enseñas, no sabia de que eran y lo pregunte en un foro. Mas tarde buscando huevos de todo tipo di con tu blog.
Sin intención de molestarte he cogido tu imagen y tu explicación. Si no te gustase lo que echo dímelo que lo retiro, pero ya digo en el foro y pongo de donde lo he sacado.Si quieres te digo donde esta publicado lo que pongo.Es un lugar de meteorologia y de la naturaleza en general.
Muchas gracias y un gran saludo

Entradas populares de este blog

La libélula negra

Los apócrifos, pájaros de barro

La salvación de las libélulas caídas