El mandamiento de la nitidez en macrofotografía de naturaleza
Puesto que el cuerpo de los insectos nos resulta desconocido, cuando vemos la fotografía de una mariposa, nuestros ojos son ilimitadamente golosos y exigen todo el detalle posible. En la fotografía de una cara, de un gato o de una escena en la calle, podemos perfectamente aceptar el desenfoque o el movimiento. Incluso esos "fallos" pueden no ser tales, pueden añadir misterio a algo que ya conocemos sobradamente. Pero las alas de las mariposas deben de estar perfectísimamente enfocadas y tener una nitidez ex-qui-si-ta: deben verse todas y cada una de las escamas. De lo contrario, la foto no sirve y deberemos regresar (felices) al monte a repetirla tantas veces como sea necesario. No se engañen con Photoshop ni con mamarrachadas: la fotografía de naturaleza es un ejercicio para el espíritu, un acto de adoración laica al mundo en el no tendría ningún sentido escatimar esfuerzos. Debemos pues someternos a la prueba de la nitidez: ver de las fotos al 100% y comprobar el correc...