Marta Gómez (La Foca)

Fotonovelas sin fotos. Hoy: Marta Gómez (La Foca).

Una univesidad Alemana realizó un estudio estadístico muy amplio que demostraba que las personas agraciadas físicamente, al margen de su capacidad intelectual, tienen mejores trabajos, ganan más dinero, y tienen más amigos. En otros lugares del mundo se ha llegado a conclusiones parecidas. Marta Gómez no conoce estos estudios, pero su resultado no le sorprendería. Está a punto de cumplir 16 años y estudia ESO. Digámoslo de una vez: Marta Gómez, La Foca, es bastante fea y muy gorda. Dos cosas terribles que la hacen profundamente desgraciada.

Yo quisiera poder decir que La Foca tiene alguna cualidad intelectual que mitiga su nulo atractivo físico. Pero no es asi, La Foca no es ni muy lista ni muy voluntariosa. No destaca en los estudios ni tampoco tiene ninguna sensibilidad especial para la música, la pintura, la literatura, el diseño ni nada por el estilo. Pasa las tardes sola en casa comiendo patatas fritas y viendo los programas de Ana Rosa Quintana, o esperando a su madre en el trabajo. Y está deseando cumplir los 16 para dejar el instituto y poder trabajar de teleoperadora.

Lo peor es que La Foca no es tonta, como pretenden sus compañeros. Si lo fuera, su caso tal vez no sería grave, por que no sería consciente de sus circunstancias. Nadie debería pensar que puesto que Marta puede comer y beber cada día, su desgracia es relativa, y mucho menor al de las personas que están hambrientas o enfermas. Esto no es cierto, si lo fuera nadie arriesgaría la vida en una liposucción. Si que es verdad que la felicidad es algo que se lleva dentro, y que algunas personas con un caracter excepcional podrían sobreponerse al desprecio de todos sus compañeros del instituto, pero se trata de personas excepcionalmente fuertes y valientes. Desde luego no es su caso.

Llegados a este punto, tal vez esperais que La Foca tenga alguna amiga, o tal vez algún primer amor, algún chico, aunque fuera feo o raro. No es asi, La Foca está siempre sola, llega sola al IES y se va sola. Está sola a la hora del patio y en el comedor. Ve a las chicas hablando entre risas de chicos, de las primeras salidas nocturnas de los sábados, de ropa, de tiendas. Todas estas cosas son totalmente inalcanzables para La Foca.

Es cierto que el dinero no da la felicidad, pero también lo es que un fin de semana en Venecia o unas vacaciones en la playa puede hacer la vida más llevadera. En casa de La Foca, no obstante, la situación económica es complicada y hay que mirar mucho lo que se gasta. Ya hace años que ni ella ni su madre han salido de la sórdida ciudad dormitorio donde viven.

No espereis que nadie tenga misericordia de ella. Cualquier intervención suya en la clase es motivo de risa generalizada. Sus esfuerzos por saltar el plinton son recibidos con burlas y sonidos que imitan al de la foca. Todos sus compañeros, chicos y chicas, la llaman La Foca desde hace años. Ella lo sabe y procura evitar la plaza donde se reunen al salir del IES, pero esto no siempre es posible, y ella pasa rápidamente, mirando al suelo, temiendo oirles insultarla. Pero cuando la ven sola por la calle, sosteniendo la carpeta con las dos manos contra su pecho para disimular en la medida de lo posible sus senos ridículamente pequeños, más en una chica tan gorda, desde lejos gritan "Foca, ¿a donde vas?, ¿no vas a parar de comer patatas fritas, Foca?". Y rien una y otra vez, saboreando su pequeño éxito, felices de no ser ellos los insultados.

Por las noches, a veces se desnuda completamente y se quita las gafas para mirarse al espejo. Cada día se ve más parecida a una foca. Los ojos grandes, saltones y miopes, la nariz chata, el cuerpo gordo y desgarbado, la incipiente celulítis en los muslos. Todo encaja, no se parece de nada a las chicas que salen por la tele. Marta ya hace tiempo que asumió que ella es La Foca, e incluso lleva el pelo corto y tirado hacia atrás para accentuar su parecido. El colmo del infortunio es ese vello, especialmente el de la cara, en el bigote (que tantas chicas tienen y disimulan). Marta no se lo depila ni decolora. Marta, La Foca, se odia. Y suele pensar que estaría mucho mejor muerta.

Asi estaban las cosas cuando Marta escribió "La Foca" al lado de su nombre en el exámen de matemáticas. ¿Tal vez, de forma incosciente, estaba pidiendo ayuda? El profesor se alarmó, comentó el caso con los compañeros y habló con la psicóloga que pasa una tarde cada dos semanas por el IES. Concertaron una entrevista.

Continuará (?)

Comentarios

Aleph el valiente ha dicho que…
Triste y lamentablemente real, muestra de la deshumanizante y estereotipada sociedad que todos contribuimos a engordar solamente para que nos devore; todos aceptamos y pregonamos que de la vista nace el amor.... ¿será?
Dante Bertini ha dicho que…
ay fricosal, ni la fea betty de la tele tuvo tanto en contra...
frikosal ha dicho que…
No. Todo parece indicar que para La Foca no hay solución posible ¿cual va a ser su destino? Veamos que puede aportar la psicología a su caso (en la próxima entrega).
:)
Anónimo ha dicho que…
No me gusta esta entrada.
Los griegos tenian claro que para conmover el alma de un h.sapiens nada havia como la tragedia o la comedia. A los que somos de naturaleza depresiva y solemos ver el vaso medio vacio estas entradas nos dejan sin agua en el vaso.

De un giro de 180º y publique mas entradas como estas.

-th
frikosal ha dicho que…
Amigo TreeHugger,

De verdad que siento que no le guste esta entrada.

Cuide usted su medio vaso y a ver si el jueves podemos llenarlo.

Pero ya aviso de que vienen entradas durillas, el destino de La Foca se presenta complicado y no es un tema para tratarlo con sentido del humor.
Le Mosquito ha dicho que…
Había pasado esta entrada por alto hasta hoy. Está claro que es amarga, pero no pesmista. Pienso que la denuncia que subyace en el texto (hago esa lectura)es necesaria para mantenernos despiertitos todos los días, y para respetar, sino entender, los calvarios, inducidos o voluntarios, por los que pasan tantas focas y tantos leones marinos; pero también otros esterotipos que, sin quererlo, son la diana de las burlas de una sociedad que se nos fue, y de la que viene; la que se cuece desde el parvulario y culmina en los "ies". A veces, algunos animalitos llegan hasta la universidad, llegan a doctorarse como brillantes especialistas, y un buen día se derrumban al constatar que todo su esfuerzo ha servido para poco, o no ha servido para cambiar lo que ellos quieren ser de verdad: aceptados, queridos, respetados.
Cómo entiendo este relato, tan bien como conozco a una de esas focas; una brillante doctorada que hoy sobrevive entre su obesidad mórbida y los cuidados de su madre; alimentada por cocacola, patatas, y un cóctel de farmacia que le ha cambiado la F de foca por la L de loca.
me gustaría, sí, ver al psicólogo en funcionamiento.
Jesús-A ha dicho que…
La Foca tiene un problema muy gordo, es cobarde y perezosa. Esa es su verdadera tragedia. No es una despiadada crítica sino un diagnóstico personal. Es más complicado que una dieta pero todo tiene solución. Mientras los problemas los veamos siempre en las dificultades externas ... chungo avanzar (Sísifo; suicidio mental).

Sorry, hoy estoy cañero.

JesúsA.
frikosal ha dicho que…
(En primer lugar aclarar una vez más que esto es una ficción, esta persona no existe)

Jesús,

Es un punto de vista interesante, aunque un poco duro.

"..algunas personas con un caracter excepcional podrían sobreponerse al desprecio de todos sus compañeros del instituto.."

Yo diría que si, es cobarde y perezosa, pero solo como el término medio de las personas. Algunas personas excepcionales podrían sobreponerse a su problema, pero ella es *normal*.

Si fuera muy valiente, podría encararse a los demás, si fuera muy lista maquinaría algo, si fuera muy voluntariosa tendría anorexia y adelgazaría (pero estaria integrada en el grupo), si fuera la H adelgazaría y no caería en la anorexia (pero seguiría siendo fea), si supiera cantar y cayera simpatica ganaria operación triumfo. Pero ella es una persona normal, sin nada especial excepto que tiene un problema demasiado difícil para poder resolverlo.

Otro ejemplo. Hay un motorista que ganó el Paris-Dakar (creo), ahora está paralitico irreversible a causa de un accidente. El hombre afronta el asunto con un coraje tremendo, dice que su vida va a cambiar pero que ya se buscara la vida, no hay problema. Este capacidad de salir adelante, que no es normal, ya la tenía y fue lo que le hizo ganar la carrera. Pero para una persona *normal*, su caso seria muy grave. Y a los 1000 tipos que están como él, pero hundidos, por que son normales, verle por la tele no les sirve para nada, todavía les hunde más por que ellos no son capaces de salir adelante.
Anónimo ha dicho que…
Todos somos cobardes, perezosos y otras muchas cosas aun peores. Unos más y otros menos. Los superhombres no existen, aunque algunos se acercan.

Ni mucho menos se lo echo en cara a la pobre que ya bastante tiene.
Es simplemente un pensamiento lanzado, un poco en plan hachazo, como vomitivo a la idea del abandono irremediable a las circunstancias, del dejarse llevar.
Cada uno hace lo que puede, el tema es hacer algo. Y es difícil juzgar, los méritos corresponden al esfuerzo, no al resultado.
Mi amiga La Foca, que desde esta noche la quiero de verdad, tiene todo mi apoyo para luchar y mis brazos para llorar pero no mi lástima por su situación (irreal) sino mi profunda pena por su sufrimiento.

Esa concepción social llevada al extremo si que cuenta con toda mi lástima.

El ejemplo dramático de la parálisis es otra historia o al menos así he entendido tu relato. Tu personaje es víctima de la percepción que tienen sobre ella, no de un hecho objetivo.

Quedo intrigado con la segunda parte ya que es muy posible que me haya desviado del tema.

Jesús
Anónimo ha dicho que…
Mentiría si no reconociera que estoy ansioso de saber cómo sigue la historia. Tema interesante, bien escrito y crea debate. Tiene Ud. un buen futuro como novelista.

Jordi D.

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