El caso del te con piñones



Incluso en Túnez la lluvia es fría y mojada en Diciembre. Entramos en un bar a resguardarnos y pedimos un te. No se si bar es la palabra adecuada. Era un lugar precioso y los clientes fumando en pipa de agua parecían salidos de las 1001 noches.

El te era delicioso, con piñones y acompañado de esos dulces árabes tan buenos (y que no habíamos pedido). Pedimos otro. El camarero nos lo sirvió con rapidez. Era enorme e impasible como un eunuco vigilando un haren. Trajo más dulces. Mal asunto.

Cuando fuimos a pagar nos dimos cuenta: era una estafa. El eunuco guardián nos cobró una barbaridad de dinero, por ese precio hubieramos podido cenar dos veces en un restaurante caro. Pregunté a los otros clientes los precios. Sonrieron y señalaron al camarero: Preguntadle a él.

Con el rabo entre las piernas, pagamos y salimos a la calle. Volvió a empezar a llover. Mientras andaba calle abajo, mojado, medité mucho acerca de la mísera condición de turista.

Un grupo de alemanes descendió de un autocar. Según iban subiendo calle arriba, yo señalaba el local de los piñones y les advertía de que se abstuvieran de entrar. Al llegar al final de la calle, antes de doblar la esquina, miré hacia la puerta del local. Alli estaba el eunuco-camarero, con cara de sorpresa, viendo pasar de largo a todos los alemanes que habían hablado conmigo. O eso me pareció a mi.

Comentarios

Eduardo Gómez Marchesi ha dicho que…
Bien hecho, pero te jugaste un buen susto. Que mal sienta que te engañen, sobre todo cuando estás fuera y lejos.
nomesploraria ha dicho que…
Es doloroso pero demuestra poca inteligencia. El engaño es mal negocio. Si el té y las pastas son buenas y el tipo es honrado el lugar se convierte en recomendable, sale en las guías y se llena de turistas a los que se les puede aplicar un precio adecuado pero no abusivo.
Tu perdiste pero él más.
Anónimo ha dicho que…
Me ha encantado la expresión "mísera condición del turista". La leí y me sentí totalmente identificado con las experiencias vividas en Egipto recientemente.

La foto, preciosa. Qué envidia de fotos que sacas.
Anónimo ha dicho que…
Tras leerte me queda mal sabor de boca por partida doble. Primero porque me gano la vida con los turistas y segundo porque me gusta hacer de turista. Allá donde no veáis una lista de precios expuesta de cara al público mucho mejor pactar el precio antes de tomar la consumición. Yo también fui "estafado" en Túnez y salí perdiendo una vez; el estafador salió perdiendo cada vez que dejé de utilizar sus servicios en beneficio de su competencia. Tal y como bien dice nomesploraria " el engaño es mal negocio". Como anécdota lo ocurrido en un merdado de Djerba en el que un comerciante de especies no entendía que pudiera ejercerse su oficio sin el "arte" del regateo.

Jordi D.
Anónimo ha dicho que…
Que mala leche... Pero bien que haces puñetas, a robar a sierra morena.
Anónimo ha dicho que…
Pues que se joda el eunuco... de los guevos.

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