El botón de la fe
Hace un par de años, a la hora del café un amigo nos contó que había sido creyente, aunque que perdió la fe. Pero que si pulsando un botón pudiera recuperarla, sin duda lo haría.
Después de mucho reflexionar, entonces pensé que tal vez yo también estaría por lo menos tentado de pulsar el botón de la fe. Pediría un teclado de la fe con diversos mandos para las diferentes fes que uno va perdiendo a lo largo de los años.
La hora del café es muy adecuada para los temas trascendentes. Yo se que en algunos entornos la gente no habla de esas cosas, pero nostros buscamos el sentido de la vida en cada detalle. El fin del toner ya nos parece una metáfora amarga. Y ayer, de nuevo a la hora del café, mi amigo me habló otra vez de su botón ... pero omitió el deseo de pulsarlo. Está mejor.
La verdad es que yo no recordaba su comentario, pero me había impresionado y lo dejé anotado aquí, como un borrador. Después de tanto tiempo me ha dado por revisar las cosas que dejé a medias.
Ahora mismo he visto un galgo afgano muy elegante atado a la puerta de una ferretería, llorando por su amo que había entrado a duplicar una llave.
Y no se si será como un retorno de la fe, pero me ha apetecido contarles estas cosas, después de tanto tiempo.
Después de mucho reflexionar, entonces pensé que tal vez yo también estaría por lo menos tentado de pulsar el botón de la fe. Pediría un teclado de la fe con diversos mandos para las diferentes fes que uno va perdiendo a lo largo de los años.
La hora del café es muy adecuada para los temas trascendentes. Yo se que en algunos entornos la gente no habla de esas cosas, pero nostros buscamos el sentido de la vida en cada detalle. El fin del toner ya nos parece una metáfora amarga. Y ayer, de nuevo a la hora del café, mi amigo me habló otra vez de su botón ... pero omitió el deseo de pulsarlo. Está mejor.
La verdad es que yo no recordaba su comentario, pero me había impresionado y lo dejé anotado aquí, como un borrador. Después de tanto tiempo me ha dado por revisar las cosas que dejé a medias.
Ahora mismo he visto un galgo afgano muy elegante atado a la puerta de una ferretería, llorando por su amo que había entrado a duplicar una llave.
Y no se si será como un retorno de la fe, pero me ha apetecido contarles estas cosas, después de tanto tiempo.
Comentarios
;-))
Si, las tertulias al rededor del café a temporadas servían para "mejorar"
el mundo.
A veces tengo la sensación que el botón no sirve.
2
2
Por cierto, estoy en Barcelona aún unos meses más. ¿Un café?
Te echamos de menos.
Hará ya unos 6 años, me enseñaste a mirar hacia el Universo y fotografiarlo. No fui un buen alumno, apenas logré un par de improntas que todavía contemplo y difícilmente podría repetir. El camino de la fotografía me ha llevado hacia otros lares. Pero la vida no. Mirar el cielo y su agobiante inmensidad me ha trasformado en lo que debo ser: una partícula unidimensional consciente de su pequeñez.
No es poco lo que he conseguido, y en gran parte te lo debo a ti.
Un gran abrazo,
Jorge Garat.