La luz de la luciérnaga (I)
De los libros perdidos de Fabre: En nuestros climas, pocos insectos rivalizan en fama popular con la luciérnaga, curioso bicho que para celebrar sus pequeñas alegrías de la vida, se enciende un faro al final del vientre. ¿Quién no lo conoce por lo menos de nombre? ¿Por las calientes tardes del verano, quién no la vió errar entre los herbajes, igual a una chispa caída de la luna llena? La antigüedad griega la denominaba Lampyre, significando portador de farol sobre la rabadilla. La ciencia oficial hace uso del mismo vocablo; llama al portador de farol Lampyris noctiluca. Los tiempos están cambiando, y este insecto que Fabre describe como común, es más bien escaso. Yo creo que por lo menos el 90% de los menores de 18 años nacidos en esta península de asfalto no han visto jamás una luciérnaga encendida. ¿Por que este maravilloso coleóptero es tan escaso cuando parece ser que antes era abundante? No lo se, supongo que la destrucción masiva del medio ambiente tiene algo que ver, también el...