La chica de la cinta de al lado
Son tiempos convulsos. Mi instintiva tendencia a buscar alivio contando mis problemas me haría escribir entradas sobre cosas demasiado personales que ocurrieron hace muchos años. Personas amigas y sensatas me aconsejan, creo que acertadamente, que lo piense dos veces antes de pulsar el botón naranja de "Publicar entrada". Sin embargo, no puedo resistirme a contarles el caso de la chica de la cinta de al lado. Yo siempre he tenido problemas de dolores musculares de todas clases, y para tratar de mantenerme en un estado más o menos regular, desde hace algo más de un año voy a un gimnasio. Cuando no tengo tiempo o no puedo salir al monte, andar en una cinta inclinada, nadar, o mover la elíptica puede ser algo así como un sucedáneo aceptable. Allí, en la elíptica, fue donde por primera vez me fijé en la chica de la cinta de al lado (una elíptica es un cruce entre una cinta de correr y una bicicleta estática). Sin más que entrar en la gran sala llena de aparatos y ...